Cuando pensamos en cómo será el transporte en el futuro, una de las cosas principales que sabemos es que estará repleto de datos y respaldado por datos.
Escuchamos continuamente sobre las oportunidades ilimitadas que se derivan del uso de los datos. Sin embargo, surge una pregunta que aún se debe responder: ¿cómo podemos usar de manera sostenible los datos para la planificación? El objetivo de los Gobiernos no debería ser acumular la mayor cantidad de datos, sino “convertir los datos en información, y la información en conocimientos”. (i) Esos conocimientos ayudarán a impulsar el mejoramiento de la planificación y de la formulación de políticas.
Siempre que viajo, uno de los signos alentadores que observo es la diferencia que está marcando la tecnología en la vida de millones de personas marginadas. En la mayoría de los casos, esto sucede a pequeña escala, sin atraer la atención y de cientos de maneras diferentes, mejorándose silenciosamente las oportunidades de progreso denegadas a las comunidades remotas, las mujeres y los jóvenes.
Y debido a que esto pasa desapercibido, me atrevo como optimista que soy a insinuar que estamos en el inicio de algo importante, un lento “tsunami” de cosas positivas. Permítame mencionarle algunas de las razones por las que creo esto.
Un camino pavimentado puede abrir un mundo de posibilidades para los propietarios de pequeñas empresas, dándoles mayor acceso a otros mercados y proveedores, así como a oportunidades para hacer crecer sus negocios.
Haya despertó asustada y sin aliento. Desde niña sufre de asma, por lo que el polvo y la humedad de la habitación no le permitieron respirar bien. Sintió su pecho apretado y, a la luz de las velas, notó que sus dedos se ponían azules. En Siria, Haya tenía acceso a seguro médico y recibía los medicamentos que necesitaba tomar a diario para mantener despejadas sus vías respiratorias. Pero ella y su familia huyeron de Alepo, estableciéndose en un campamento de refugiados [en Líbano] cerca de la frontera con Siria. Mientras los trabajadores sanitarios entregaban atención gratuita a los pacientes con enfermedades infecciosas en el campamento, los enfermos con afecciones crónicas, como Haya, eran remitidos al hospital público más cercano. Pero al no tener los medios para pagar la atención médica o no poder trabajar en el país que la acogió, Haya se quedó sin medicamentos y sin aliento.
Las mujeres ocupan un lugar destacado en los esfuerzos de la iniciativa “Water Wise Women” (Mujeres conocedoras del agua) de Jordania, que tiene como objetivo abordar los graves problemas existentes en los servicios de abastecimiento de agua y de saneamiento. El programa, coordinado por el Gobierno alemán, capacitó a más de 300 mujeres para que se convirtieran en plomeras y creó una cooperativa de mujeres que participa en licitaciones de contratos comerciales en escuelas, mezquitas y organismos públicos.
Un breve documental (i) producido por Al Jazeera expone cómo estas mujeres no solo están desafiando los estereotipos al prosperar como plomeras, una profesión predominantemente masculina, sino también al implementar diversas técnicas de gestión del agua en sus comunidades.
Cada grupo de “Water Wise Women” recibe capacitación para eliminar las filtraciones de agua y mejorar la higiene. Las mujeres participantes reciben cajas de herramientas y financiamiento para difundir información en sus comunidades y llegar por lo menos a una cantidad de entre 20 y 25 mujeres.
El filme acaba de ganar el Premio de Reportajes sobre Mujeres Emprendedoras patrocinado por la Iniciativa de Financiamiento para Mujeres Emprendedoras (We-Fi) y que forma parte de los “One World Media Awards 2018”. Esta es la primera vez que los “One World Media Awards” incluyen una categoría para reportajes sobre iniciativas empresariales de mujeres. En el premio de reportajes pueden participar trabajos periodísticos audiovisuales, digitales o impresos que exponen el tema de las mujeres emprendedoras en los países en desarrollo. Los reportajes pueden relatar historias sobre emprendedoras exitosas, o abordar los desafíos que enfrentan las mujeres cuando tratan de iniciar o hacer crecer sus negocios, o destacar la función crítica que desempeñan las mujeres emprendedoras en el desarrollo económico al impulsar el crecimiento y crear empleos.
Fardowsa, una joven somalí de 20 años refugiada en Uganda, sabe bien cuán importante es para los refugiados tener un documento de identidad. Ella y su familia se vieron forzadas a huir de su país en el año 2001 sin portar ninguna identificación oficial. La tarjeta de identidad que le entregó el Gobierno de Uganda, además de proveerle protección y acceso a ayuda humanitaria, le ha permitido estudiar en la universidad y abrir una cuenta de dinero móvil. Con esta base, Fardowsa planea iniciar su propio negocio para mejorar aún más su propia vida y la de su familia. Mientras eso sucede, ella contribuirá también a la economía de Uganda y, al mismo tiempo, desarrollará su potencial como una joven refugiada.
El Grupo Banco Mundial aumenta el apoyo (i) a los refugiados, los desplazados y las comunidades que los acogen, y en este contexto el Programa de Arte del Banco Mundial organizó la exposición de arte multidimensional titulada Uprooted: The Resilience of Refugees, Displaced People and Host Communities (Desarraigados: La resiliencia de los refugiados, los desplazados y las comunidades de acogida) para aportar una perspectiva única. En esta exhibición se presentaron obras de artistas afectados por la crisis de refugiados, o de artistas que han sido refugiados.
Artist Marina Jaber from Iraq.
En la exposición Uprooted, que incluyó obras de arte visual (i) y actuaciones musicales, (i) participaron más de 30 artistas de Bangladesh, Pakistán, Colombia, Líbano, Iraq, Siria, Jordania, la República Centroafricana, Burundi y Guinea. Las obras de los artistas cuestionaron el impacto de la transitoriedad en las vidas de las personas y en las comunidades.
Una piedra angular de la exposición fue la construcción de una caseta para evocar los albergues que se encuentran en lugares como el campamento de refugiados de Azraq en Jordania. Todos los costados de la caseta fueron adornados con murales pintados por los siguientes artistas: Suhaib Attar de Jordania e hijo de padres refugiados palestinos; Marina Jaber de Iraq, un país con millones de desplazados internos; Diala Brisly, una refugiada de Siria, y Didier Kassai de la República Centroafricana, un país en el cual la violencia y la guerra han obligado a cientos de miles de personas a desplazarse.
Hace poco, contactamos a expertos en educación de todo el mundo para que nos dijeran cuáles son, en su opinión, los problemas más apremiantes que enfrenta nuestro sector en la actualidad. Sorprendentemente, todos dijeron que poco ha cambiado en términos de los problemas más comunes. Coincidieron en que el cambio se refleja en las maneras innovadoras usadas por la comunidad mundial para abordar dichos desafíos.
Nuestros debates suelen relacionarse con los avances en la neurociencia, los cursos en línea masivos y abiertos (CEMA), la cadena de bloques y las consecuencias del crecimiento demográfico negativo, así como las maneras en que estos fenómenos están cambiando y cuestionando la forma en que concebimos la educación. Algunos de estos cambios han generado más interés que otros, pero estamos convencidos que todos son importantes, y las partes interesadas del sector educativo en todo el mundo deberían prestar atención.
Durante casi una década, la comunidad internacional y los Gobiernos nacionales han llevado a cabo esfuerzos conjuntos para aumentar la inclusión financiera, creando un sistema financiero que funcione para todos y abra las puertas a una mayor estabilidad y un progreso equitativo.
Este ha sido un desafío difícil. En 2013, cuando nos comprometimos a promover el acceso a los servicios financieros, sostuvimos que tener una meta real con un plazo definido nos permitiría mantener nuestra atención y nos daría un punto de referencia con el que medir los avances.
Annette Dixon, actual vicepresidenta de Desarrollo Humano del Banco Mundial, durante una visita en 2016 al Proyecto de Refugios Multipropósito en el distrito de Barisal, en Bangladesh, en calidad de vicepresidenta del Banco para la región de Asia meridional. Fotografía: Dominic Chavez/Banco Mundial (uso bajo Licencia Creative Commons BY-NC-ND).
La salud, la educación y los servicios sociales no son esferas de especialidad nuevas para el Banco Mundial, (i) pero la necesidad de que los Gobiernos se centren en lograr resultados de calidad nunca parece haber sido tan alta como ahora.
En lasReuniones Anuales(i) del Banco Mundial que se celebrarán en Bali (Indonesia) en octubre, la institución pondrá en marcha el nuevo Índice de Capital Humano para clasificar a los países de acuerdo con los resultados obtenidos a través de inversiones en salud, educación y servicios sociales. Si bien el índice es un elemento muy visible —y quizás controvertido— de la labor del Banco en estos temas, es tan solo una parte de una cartera más amplia sobre capital humano en la que la institución está haciendo cada vez más hincapié.
Este sábado, 16 de junio, celebramos el Día International de las Remesas Familiares para reconocer “la importante contribución financiera de los trabajadores migrantes al bienestar de sus familias en sus lugares de origen y al desarrollo sostenible de sus países”.
Por ello, es el momento perfecto para hablar sobre una tendencia que enfrentan los proveedores de servicios de remesas de los cuales dependen los migrantes para enviar su dinero a través de las fronteras y a sus países de origen.
En los últimos años, los servicios de remesas internacionales han estado sometidos a un fenómeno denominado “eliminación del riesgo”. Los bancos creen que las reglamentaciones y las prácticas de observancia para combatir el lavado de dinero y el financiamiento del terrorismo han hecho que la prestación de servicios a los operadores de transferencias de dinero sea demasiado riesgosa en términos legales y desde el punto de vista de la reputación. Los bancos consideran que las ganancias obtenidas a partir de los servicios a dichos operadores no son suficientes para justificar el nivel de esfuerzo necesario para gestionar estos mayores riesgos.
A partir de este mes, unos 9 millones de mujeres (i) podrán conducir vehículos en Arabia Saudita, luego del histórico anuncio efectuado en septiembre del año pasado por el que se levantó la prohibición de manejar a las mujeres. A menudo, la atención internacional se ha centrado en la prohibición de conducir a las mujeres en ese país, pero se suele pasar por alto el hecho de que en varios otros países las mujeres están legalmente inhabilitadas para trabajar como conductoras en ciertas circunstancias. En el informe Mujer, Empresa y el Derecho 2018 (PDF) publicado recientemente por el Banco Mundial se señala que en 19 países existe una restricción legal al empleo de mujeres en el sector de transporte en las mismas condiciones que los hombres.
Un niño con el síndrome de Down mira su teléfono inteligente. Foto: Thitiwat Samitinantana/Shutterstock.
En 2015, el mundo se comprometió a lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 4 para “garantizar una educación inclusiva, equitativa y de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante toda la vida para todos”. El ODS 4, además de una meta inspiradora, es un aspecto esencial para el bienestar de nuestras sociedades y economías, y para la calidad de vida de todas las personas.
Hoy, 65 millones de niños en edad escolar no van a la escuela, y cerca de la mitad de ellos son niños con discapacidades. Incluso los niños discapacitados que se matriculan tienen menos probabilidades de finalizar la escuela que otros niños. Según algunos cálculos, menos del 5 % de los niños con discapacidad se graduarán. Esto ha causado que solo el 3 % de adultos con discapacidades esté alfabetizado, y de manera increíble que solamente el 1 % de mujeres discapacitadas sepa leer y escribir.
La exclusión de los niños discapacitados se agrava por la percepción dominante de que la discapacidad es una desventaja, y las creencias que la escuela les sirve a los estudiantes con discapacidades para socializar y no para aprender. Negar a los niños discapacitados el derecho a la educación refuerza las actitudes y presunciones comúnmente sostenidas de que ellos tienen menos capacidad, colocándolos en una situación aún más desventajosa.
El 8 de mayo, se declaró un brote de ébola en la República Democrática del Congo (RDC). El Gobierno de la RDC anunció un plan de respuesta de tres meses de duración por un valor de USD 56,8 millones, y la comunidad internacional actuó con rapidez. Esto contrasta fuertemente con el episodio de hace cuatro años, cuando la comunidad internacional respondió de manera lenta al brote de ébola en tres países de África occidental.
El comercio se recuperó repentinamente en 2017, luego de un periodo de lento crecimiento y pese a la reciente incertidumbre acerca de las políticas comerciales. El volumen del comercio de bienes y servicios aumentó en un 4,3 % en 2017, la tasa más rápida en seis años (gráfico 1). La recuperación fue generalizada, y las principales contribuciones al crecimiento se produjeron en Asia oriental y la zona del euro. Datos del primer trimestre de 2018, que se acaban de publicar, indican que el rápido crecimiento continúa: el volumen del comercio de mercancías creció en un 4,4 % en el primer trimestre de 2018 en comparación con el primer trimestre de 2017. ¿Cuáles podrían ser las razones de estos acontecimientos?
Rupeni Vatugata, de 75 años, con su esposa Losena miran su relato incluido en el filme producido en realidad virtual. (Tom Perry/Banco Mundial)
Si tuviera que describir en esencia lo que hago, diría que narro historias sobre proyectos de asistencia que se llevan a cabo en la región del Pacífico.
Sin embargo, cuando pienso más detenidamente, veo que mi trabajo consiste más en generar empatía. Busco historias con las que las personas se sientan identificadas, y trato de transmitirlas lo mejor que puedo para provocar compasión, comprensión y, en última instancia, motivar a las personas a actuar de alguna manera.
Pero en esa afirmación falta algo. Mientras las personas cuentan sus historias, estamos —en gran parte inconscientemente— demasiado concentrados en la audiencia final, es decir las personas que verán, leerán o procesarán la información que relatamos.
Puesto de otra manera: en esa afirmación, ¿dónde se ubica la persona cuya historia tengo el privilegio de contar? Una vez que el último fotograma se filma, y el último audio se graba, transcribe y edita, ¿qué pasa con la persona que compartió su vida y nos contó su historia?
Los titulares y las imágenes en las noticias son desalentadores: la muerte de una ballena piloto (i) en una playa tailandesa luego de tragar 80 bolsas plásticas; impactantes fotografías de tortugas atrapadas en anillos de plástico que sirven para mantener unidos los paquetes de latas de soda; una imagen desgarradora de un caballito de mar aferrándose a un bastoncillo de algodón (i) que se viraliza en las redes sociales. Los productos plásticos son arrastrados a diario por la marea en las playas de todo el mundo, desde Indonesia a las costas de África occidental, y los canales y los ríos en las ciudades están cada vez más contaminados con desechos plásticos.
Ocho meses después de que el huracán María azotara la pequeña nación insular de Dominica, hogar de más de 73 000 personas en el cinturón de islas del Caribe oriental, está por comenzar otra activa temporada de huracanes que, según las predicciones de los expertos, será “casi normal o superior a lo normal”. Mientras recorríamos la isla, pudimos comprobar que la naturaleza está comenzando a recuperar terreno, la cubierta forestal está verdeando nuevamente, se han retirado los escombros y desperdicios, y las tiendas han vuelto a abrir sus puertas. Los niños han regresado a la escuela y lentamente la vida de las personas vuelve a la normalidad. El bullicio en las calles de Dominica un viernes por la noche es testimonio de la resiliencia y el espíritu de su población.
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