El momento oportuno lo es todo: ¿Nos dirigimos hacia una nueva crisis de los precios de los alimentos?

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Hoy en día el mundo nuevamente contiene la respiración ante la abrupta subida de los precios de los alimentos causada por una sequía sin precedentes en Estados Unidos y la falta de lluvias en Europa oriental . No es fácil predecir si las alzas de los precios más recientes desembocarán finalmente en una crisis de magnitud similar a las de 2007-08 y 2010-11. El precio de la energía, uno de los factores que impulsa este encarecimiento, es distinto en el escenario actual y esto da motivos para mantener el optimismo. De igual manera, se espera que los Gobiernos entiendan hoy mejor que antes las dolorosas consecuencias de algunas políticas que aplicaron en medio del pánico en los episodios anteriores. Pero por otro lado, meses de volatilidad en los precios mundiales de los alimentos, la merma en las reservas mundiales y las alertas de crisis de la seguridad alimentaria en partes de África oriental y occidental muestran una imagen pesimista.

¿Vamos hacia otra crisis alimentaria mundial?

La respuesta breve es que no lo sabemos. No podemos predecir lo impredecible, como acontecimientos climáticos futuros y otros eventos que disparan el precio de la energía o las presiones internas que obligan a los Gobiernos a tomar decisiones riesgosas. Pero esto es obvio. Lo que no es tan evidente es si necesitamos nuevas herramientas para poder advertir a los países de posibles amenazas de crisis con la suficiente antelación. O si necesitamos que quienes se encargan de tomar decisiones presten más constante atención al estado de los precios de los alimentos en los meses previos. Idealmente necesitamos las dos cosas. 

No podemos predecir lo impredecible, pero necesitamos, o más bien debemos, estar mejor preparados para estas situaciones. En parte, la planificación y preparación para hacer frente a una crisis implica identificar las señales de advertencia y preparar las respuestas adecuadas en el momento oportuno.

Entonces, ¿cómo podemos estar mejor preparados para hacer frente a las crisis en los precios de los alimentos?

No se puede estar suficientemente preparados para prevenir una crisis futura (sea esta del precio de los alimentos o de cualquier otra índole). Pero planificar una respuesta adecuada ante una crisis en ciernes también puede ser complicado: si bien una respuesta tardía suele ser mucho más costosa y menos efectiva, una reacción muy anticipada puede eventualmente estar actuando ante una “falsa alarma”. Además, la formulación de medidas adecuadas puede complicarse aún más debido a los distintos factores que ocasionan las crisis, que abarcan desde un problema grave pero transitorio de inseguridad alimentaria a raíz de una sequía excepcional o una baja predecible y cíclica en la oferta de alimentos debido a una estación mala hasta emergencias recurrentes y problemas estructurales como conflictos y migración, como ocurre en el Cuerno de África y la región del Sahel.

Lamentablemente, qué exactamente constituye una crisis mundial de alimentos es bastante difícil de determinar. La comunidad internacional no cuenta con una definición clara de qué es una crisis alimentaria y el acuerdo en torno a lo que significa este concepto o su precisión sigue siendo un desafío. La comunidad internacional utiliza nociones generales como “acontecimientos anormales” y “sufrimiento excepcional”, pero carece de una conceptualización específica del problema; tampoco dispone de indicadores ni umbrales de referencia ni de una muestra representativa de países a los que debería hacerse un seguimiento . Avanzar en este frente ciertamente ayudaría a mejorar la preparación de la comunidad internacional para responder a nuevas crisis.

Recientemente, la plataforma de conocimientos SecureNutrition y el Banco Mundial patrocinaron un seminario titulado “Calling a Spade a Spade” (Las cosas por su nombre) en el que se estudiaron los méritos y limitaciones de tres métodos de seguimiento y alerta temprana actualmente utilizados para detectar el desarrollo de futuras crisis en los precios de los alimentos. Los métodos analizados fueron FEWS NET de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés); la herramienta de seguimiento de volatilidad excesiva de los precios, del Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI, por sus siglas en inglés) y el marco para el seguimiento de crisis alimentarias del Banco Mundial. La conclusión sigue siendo que, a pesar de los avances que consigamos en el diagnóstico de futuras crisis, todavía estamos lejos de acordar un conjunto válido y sólido de definiciones y herramientas y, más todavía, de la gestión eficiente de los datos que disponemos actualmente. Y esto no es solamente un ejercicio académico: Responder a una crisis de los precios de los alimentos no es “solo” calibrar intervenciones —combinando la prevención con la mitigación, aunando los intereses de distintas partes y movilizando recursos— sino también considerar el momento oportuno para implementar las medidas.

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[1] Comunicado de prensa del Banco Mundial, 30 de julio de 2012.
[2] Alerta sobre precios de los alimentos, abril de 2012.

[3] Seminario “Calling a Spade a Spade: When do Food Prices Turn Into a Crisis?” (Las cosas por su nombre: ¿Cuándo el alza en el precio de los alimentos se convierte en crisis?), 30 de abril de 2012.

Autores

José Cuesta

Economista principal