La salud y la riqueza de las naciones

Hace más de 20 años, atendí a un joven llamado Melquíades Huaya Ore en Carabayllo, Perú, que tenía tuberculosis multirresistente. Según la concepción tradicional de ese momento, tratar a los pacientes pobres como él con los mismos medicamentos que se utilizaban en los países ricos era insostenible, demasiado caro y no valía la pena el esfuerzo.
En contra de todos los consejos, hallamos la manera de llevar los medicamentos y, con la ayuda de un grupo de trabajadores sanitarios comunitarios muy dedicados, pudimos tratar con éxito a Melquíades. Me alegra contar que hoy en día es contador en Perú y está prosperando.