El liderazgo de las mujeres es crucial para afrontar el cambio climático

Disponible en:
Mujeres en Paraguay trabajando en sus computadoras portátiles Mujeres en Paraguay trabajando en sus computadoras portátiles

Paraguay es uno de los países más vulnerables al cambio climático en América Latina y son las personas que viven en situación de pobreza y las mujeres quienes enfrentan una mayor exposición a sus efectos. Por ejemplo, estimaciones de la Cámara Paraguaya de Exportadores y Comercializadores de Cereales y Oleaginosas (CAPECO) indican la pérdida del 70% del cultivo de soja en Paraguay debido a la sequía de 2021-2022, afectando los ingresos y la seguridad alimentaria de los hogares rurales, donde el 36.4% de la población ya vivía por debajo de la línea de pobreza.

Diversos estudios muestran que los choques climáticos no son neutrales al género. En general, no solo son las mujeres y niñas quienes enfrentan mayores riesgos y vulnerabilidades , sino que también tienen más dificultades para recuperarse de dichos eventos. Estas dinámicas están en gran parte explicadas por las desigualdades de género ya existentes en el acceso a activos productivos, crédito, y oportunidades económicas, entre otros, que reducen la capacidad de respuesta y recuperación de las mujeres.

Un dato del Diagnóstico de Género en Paraguay desarrollado por el Banco Mundial es muy revelador: en el pico de la edad productiva (20-49 años) la tasa de pobreza entre las mujeres supera a la de los hombres. Esto llama la atención pues para la población general, las tasas de pobreza de hombres y mujeres no difieren. Sin embargo, no es casualidad que estas disparidades en las tasas de pobreza coinciden con un período de la vida de las mujeres donde tienen más probabilidades de asumir la carga del trabajo doméstico y de cuidados no remunerados.

Según los indicadores de las fichas de puntuación de género del Banco Mundial que estudian a 30 países de América Latina y el Caribe, las brechas entre hombres y mujeres en Paraguay se manifiestan de muchas maneras. Por ejemplo:

  • En la calidad del empleo
  • En la distribución desigual de las tareas domésticas y de cuidado
  • En la participación de las mujeres en la toma de decisiones.

La violencia de género también es un fenómeno preocupante que además tiende a agravarse con los choques climáticos, particularmente cuando éstos generan desplazamiento forzado. 

En zonas rurales, algunas de estas dificultades en acceso a oportunidades económicas y las brechas de género de la pobreza se agravan aún más debido a las normas que refuerzan los roles tradicionales de género, a las barreras de movilidad, y a la falta de acceso a servicios básicos, entre otros factores.

Más de la mitad de las mujeres rurales de Paraguay en edad de trabajar no se dedican a actividad económica alguna. Entre aquellas que trabajan, aproximadamente el 25% son trabajadoras familiares no remuneradas y el 42% son cuentapropistas (en comparación con el 5% y el 28%, respectivamente, en las zonas urbanas). Las mujeres rurales también dedican más horas al trabajo no remunerado y las tareas del hogar.

Comparado con los hombres, las mujeres rurales de Paraguay tienen un acceso más limitado a activos productivos, como la tierra, que son clave para enfrentar y recuperarse de los choques climáticos.  Alrededor del 31% de las parcelas de tierra registradas en alrededor de 200 colonias están a nombre de mujeres, menos de la mitad en comparación con el 69% que están a nombre de hombres.

El liderazgo femenino y el cambio climático

A pesar de que las brechas de género agudizan la vulnerabilidad de las mujeres y las niñas ante el cambio climático, existe evidencia acerca de la importancia que tienen en la lucha contra este fenómeno. En un estudio comparativo de 91 países Mavisakalyan y Yashar (2019) encuentran que un aumento en la representación de las mujeres en el parlamento está asociado con la adopción de políticas de mitigación y adaptación al cambio climático más estrictas. El estudio también indica que la participación de mujeres en el parlamento está asociada a la disminución de dióxido de carbono en sus países ya que tienden a impulsar medidas climáticas que derivan en este resultado.

Queremos hacer un llamado a promover el liderazgo de las mujeres en la adaptación y mitigación al cambio climático en Paraguay.  Pese a la persistencia de brechas de género que les impide tener una participación adecuada en dicho proceso, hay un potencial que podemos explotar mejor, por el bien de todos.

Dentro de las políticas que pueden contribuir a cerrar las brechas aprovechando el referido potencial, priorizamos tres para el momento actual:

  1. Promover la participación de las mujeres en la economía verde, brindando capacitación en sectores tradicionalmente más productivos pero dominados por hombres como la producción de energía renovable, el transporte sostenible y la innovación científica
  2. Garantizar financiamiento para emprendimientos que apuesten por el desarrollo sostenible y contribuyan a conservar el medio ambiente
  3. Promover la participación de mujeres en la política, en los parlamentos y los diversos estamentos de la política pública.

Autores

Matilde Bordón

Representante Residente del Banco Mundial en Paraguay

Eliana Rubiano-Matulevich

Economista sénior en la práctica global de Pobreza y Equidad para América Latina y el Caribe del Banco Mundial

Únase a la conversación

Este contenido no se mostrará públicamente
Caracteres restantes: 1000