Fortalecer los sistemas de salud al tiempo mientras se enfrentan los efectos de la COVID-19

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New COVID-19 test kits, purchased with World Bank support, arrive in Georgia. Photo: © World Bank
Los nuevos kits de prueba COVID-19, comprados con el apoyo del Banco Mundial, llegan a Georgia. Foto: © Banco Mundial

Cuando la COVID-19 (coronavirus) se reveló como una amenaza mundial, el Grupo Banco Mundial reaccionó con la respuesta más rápida y de mayor envergadura de su historia ante una crisis. Las operaciones de emergencia ya han llegado a más de 100 países, en los que vive más del 70 % de la población mundial.

Dichas operaciones están destinadas a financiar programas sanitarios y sociales dirigidos, en especial, a las personas más pobres y vulnerables. Siete de cada 10 de estos proyectos se llevan a cabo en los países más pobres del mundo, con el respaldo de la Asociación Internacional de Fomento, el fondo del Banco Mundial que otorga donaciones y préstamos sin interés o a bajo interés.

Estos proyectos se enmarcan en la promesa más general formulada por el Grupo Banco Mundial de otorgar donaciones y financiamiento por valor de hasta USD 160 000 millones a lo largo de 15 meses para ayudar a los países en desarrollo a aliviar los efectos sanitarios, sociales y económicos de la COVID-19. Nuestras operaciones sanitarias de emergencia tienen por objeto reforzar la preparación y la capacidad de los países para responder a la pandemia y proteger a la población más expuesta a sus efectos perjudiciales. 

El Banco, mediante su asociación con el Mecanismo Mundial de Financiamiento para las Mujeres, los Niños y los Adolescentes (GFF) (i), trabaja para garantizar un acceso constante a los servicios de atención prenatal y posnatal, partos sin riesgo, vacunación infantil y otros servicios de salud que permiten salvar vidas, y para prevenir los efectos secundarios de la pandemia en la salud que amenazan con echar por tierra años de avances en la reducción de la mortalidad materna e infantil en los países de ingreso bajo y mediano bajo.

Nuestro objetivo no consiste solo en salvar vidas, sino también en ayudar a los países a crear sistemas de salud más sólidos y resilientes que estén mejor preparados para afrontar brotes epidémicos en el futuro y no dejar a nadie afuera.  En Pakistán, mediante un proyecto multisectorial por un monto de USD 200 millones se están adquiriendo equipos y suministros médicos que se necesitan con urgencia y, al mismo tiempo, se está proporcionando una red de protección que consiste en la transferencia de efectivo y la distribución de raciones de alimentos para la población más gravemente afectada.

“Nuestro objetivo no consiste solo en salvar vidas, sino también en ayudar a los países a crear sistemas de salud más sólidos y resilientes que estén mejor preparados para afrontar brotes epidémicos en el futuro y no dejar a nadie afuera”.

Georgia está usando USD 80 millones en financiamiento del Banco para apoyar los ingresos de los hogares pobres y vulnerables, y para comprar material de diagnóstico, ambulancias y equipos médicos que necesita urgentemente. En Filipinas, un país con 107 millones de habitantes que se cuenta entre los más afectados por la COVID-19 en Asia sudoriental, el financiamiento por valor de USD 100 millones otorgado por el Grupo Banco Mundial se utilizará para adquirir equipos de protección personal, medicamentos esenciales y kits de pruebas, y para ampliar la capacidad de los laboratorios.

Cerca de un tercio del financiamiento proporcionado por el Banco Mundial en relación con la COVID-19 está destinado a países frágiles y afectados por conflictos (i) cuyos sistemas sanitarios tienen capacidad limitada para responder eficazmente. Entre ellos, Malí recibirá USD 25,8 millones para mejorar los exámenes, la detección y el tratamiento de los casos de COVID-19, y con los fondos para Gambia se mejorarán la detección y el rastreo de los casos de COVID-19, los centros de tratamiento y la capacidad de vigilancia y diagnóstico.

En todos los países, es fundamental prestar apoyo para proteger a los trabajadores de primera línea que se desempeñan en condiciones difíciles.  En Ecuador, gracias al financiamiento suministrado por el Banco, los agentes de salud pueden tener acceso a orientaciones sobre cuidado personal y salud mental, y se está duplicando la capacidad de las unidades de terapia intensiva.

El distanciamiento social, el lavado de manos y otras medidas de protección son cruciales para reducir la tasa de infección y para evitar la saturación de los sistemas de salud, particularmente cuando estos son frágiles. La participación de la comunidad es fundamental a la hora de difundir estos mensajes, explicar cómo se transmite el virus y comunicar adecuadamente los riesgos involucrados, por lo que resulta un componente básico de todas las operaciones del Banco Mundial vinculadas a la COVID-19.

“Mientras los científicos están en carrera para desarrollar vacunas y terapias contra la COVID‑19, se debe recurrir a la cooperación mundial para evitar la fragmentación y la duplicación de esfuerzos”.

La experiencia recogida al responder al ébola y a otros brotes de enfermedades infecciosas muestra que generar confianza interactuando con los ciudadanos y los dirigentes de las comunidades, y promover la transparencia y la responsabilidad social reviste importancia crítica para el éxito de la respuesta a cualquier pandemia. Este enfoque también contribuye a la seguridad del personal de salud. Un ejemplo de ello se puede observar en Djibouti, donde, con respaldo del Banco, las instituciones comunitarias y las organizaciones de mujeres ayudarán a difundir información sobre la forma correcta de lavarse las manos y las medidas de higiene en zonas vulnerables.

Mientras los científicos están en carrera para desarrollar vacunas y terapias contra la COVID‑19, se debe recurrir a la cooperación mundial para evitar la fragmentación y la duplicación de esfuerzos.  El Banco Mundial considera que un acceso justo y equitativo a las vacunas resulta esencial para que todos los países, en especial los más pobres, puedan reducir la destrucción provocada por esta pandemia, reconstruir los medios de subsistencia y encaminarse hacia la recuperación.

El Banco Mundial respalda la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias (CEPI) (i) y la Alianza Mundial para el Fomento de la Vacunación y la Inmunización (GAVI) (i) con el propósito de alentar la investigación científica que podría conducir a la producción de vacunas efectivas contra la COVID-19 y de asegurar su distribución. Asimismo, está prestando asistencia técnica y financiera a los Gobiernos para que elaboren los mecanismos necesarios para una distribución segura y eficaz de las vacunas.

Los Gobiernos de todo el mundo están tomando medidas decisivas, en muchos casos con asistencia del Grupo Banco Mundial, que contribuyen a salvar vidas y a proteger los medios de subsistencia. El Banco sigue abocado a ayudar a traducir los compromisos mundiales en medidas concretas a nivel nacional.  Continuaremos apoyando a los países mientras redoblan sus esfuerzos por proteger a sus ciudadanos contra los efectos de la COVID-19 y por construir un futuro mejor.

ENLACES RELACIONADOS

El Grupo Banco Mundial y la COVID-19 

Autores

Muhammad Ali Pate

Director mundial del Departamento de Prácticas Mundiales de Salud, Nutrición y Población | Director del Mecanismo Mundial de Financiamiento para respaldar la iniciativa Todas las mujeres, todos los niños (GFF)

Elizabeth Lema
13 de Enero de 2021

El fenómeno de la pandemia para todo el mundo es un desafío que no estar controlado, los países Latinoamericanos son más golpeadoras