América Latina no está en riesgo de sufrir una crisis semejante a la de los años ochenta (pero se avecina una era de oportunidades perdidas)

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Filas de varias cuadras para recibir comida. Niveles de desempleo que se disparan. Inflación descontrolada. Deuda insostenible. Estos problemas, que sacudieron a muchas economías de América Latina en los años ochenta, siguen resonando hoy en día y, dadas las condiciones económicas actuales, resulta casi inevitable pensar que la historia pueda repetirse.

Sin embargo, hoy el mayor riesgo que enfrenta la región no es la posibilidad de otra “década perdida” generada por las crisis financieras, sino que sobrevenga una década de oportunidades perdidas. 

Las crisis de deuda de los años setenta y ochenta fueron experiencias dolorosas que resuenan en los problemas actuales. En aquel momento, al igual que ahora, los países de América Latina tenían grandes cargas de deuda. En aquel momento, al igual que ahora, la economía mundial experimentó perturbaciones macroeconómicas extraordinarias que llevaron a que la inflación se disparara (el embargo petrolero árabe en aquel entonces; la pandemia y la guerra de Ucrania en la actualidad). Y posteriormente, al igual que hoy en día: los bancos centrales de todo el mundo —especialmente la Reserva Federal de Estados Unidos— subieron las tasas de interés para combatir la inflación.

Sin embargo, hay una diferencia clave entre aquel entonces y ahora, hoy los países latinoamericanos están mucho mejor preparados que hace cuatro décadas para reaccionar frente a estas conmociones , debido en gran parte a las enormes mejoras que se han introducido en las políticas económicas y financieras de toda la región. Si bien la Reserva Federal de Estados Unidos ha sido acusada de “quedarse corta” (i), la mayoría de los bancos centrales latinoamericanos han actuado con rapidez para mitigar la inflación y reorientar sus economías hacia los niveles de inflación previstos.

La decisión de subir las tasas desde un primer momento ha ayudado a mantener los tipos de cambio bajo control. En el pasado, las economías de América Latina estaban inmersas en un círculo vicioso de depreciación-inflación-depreciación: las monedas perdían valor, lo que generaba inflación, que a su vez las hacía perder aún más valor a medida que se deterioraba la confianza en la gestión macroeconómica. Hoy en día, ese ciclo representa un riesgo menor en la mayoría de las economías latinoamericanas. Si bien es cierto que algunas monedas (por ejemplo, el peso en Chile y Colombia) se han depreciado considerablemente en los últimos meses, los circuitos de retroalimentación que tienen lugar durante los períodos inflacionarios están más controlados que antes.

Más allá de la reciente lucha monetaria que la región ha emprendido —con éxito relativo— hasta ahora, las economías latinoamericanas también han experimentado mejoras estructurales que las hacen más resilientes que durante la década de 1980. 

Por ejemplo, la creación de bancos centrales independientes, la adopción de tipos de cambio flotantes y regímenes de metas inflacionarias, y el fortalecimiento de las instituciones normativas han reforzado la mayoría de los sistemas financieros latinoamericanos. En un contexto de inflación más previsible y monedas estables, los mercados de deuda locales se han convertido en la principal fuente de financiamiento público y han generado mayor estabilidad reduciendo la dependencia de la deuda denominada en dólares (que es vulnerable a las perturbaciones cambiarias) y el financiamiento a corto plazo. Esto explica por qué las principales economías de la región han logrado implementar grandes programas anticíclicos para proteger a las familias y las empresas de los peores impactos de la crisis de la pandemia, una respuesta fiscal que habría sido impensable en las últimas décadas.

Asimismo, en los años ochenta, muchas empresas e instituciones públicas de América Latina carecían de acceso a los mercados financieros nacionales: el sistema bancario mundial era la principal fuente de financiamiento para los Gobiernos, lo que significa que, debido a los altibajos de los mercados financieros externos, los Gobiernos tenían más dificultad para controlar su propia política fiscal.

Esta situación ha cambiado: en las últimas décadas, los mercados de capital locales se han desarrollado y los Gobiernos han recuperado el control de la política fiscal. El mayor control fiscal se ha traducido en una mayor capacidad para enfrentar con eficacia perturbaciones como la pandemia (aunque de distintas maneras entre los países latinoamericanos). La combinación de mayor acceso a los mercados mundiales y mercados internos más desarrollados brinda a las empresas privadas muchos más mecanismos para acceder al financiamiento y protegerse de sus riesgos que hace 40 años.

En resumen, somos optimistas acerca de la mayor parte de la capacidad de la región para evitar las crisis.

Esto no equivale a decir que el camino está allanado. Si bien es muy poco probable que América Latina experimente una gran contracción económica o un aumento desenfrenado del desempleo, corre el riesgo de que se prolongue el estancamiento económico de la última década. 

Desde el auge de los productos básicos impulsado por la rápida expansión económica de China en la primera década del siglo xxi, los países de América Latina y el Caribe no han encontrado un motor de crecimiento comparable. En la última década, el crecimiento del producto interno bruto per cápita de la región ha sido, en promedio, casi nulo, lo que representa el nivel más bajo registrado desde fines de los años ochenta. El crecimiento modesto no debería ser la norma.

Los países de América Latina y el Caribe comercian poco con otras economías (especialmente en el caso de Brasil y de Argentina), lo que significa que los líderes del mercado nacional no se sienten presionados por la competencia internacional para innovar. Las condiciones comerciales no son tan propicias para la actividad empresarial como podrían ser. La regulación de los consumidores sigue siendo innecesariamente engorrosa. Los sistemas escolares siguen generando resultados educativos decepcionantes, sobre todo entre los niños de familias de bajos ingresos, lo que refuerza los patrones históricos de gran desigualdad. La ausencia de un mercado regional que permita la libre circulación de la mano de obra obstruye la asignación eficiente de recursos e impide lograr mayores economías de escala.

Hay mucho en juego. La falta de capital humano y de incentivos para innovar está poniendo freno al ingenio e impidiendo que la región se convierta en el hogar de la próxima gran invención disruptiva. La consiguiente disminución de la productividad también limita la reducción de la pobreza, obstaculiza la inclusión y aumenta la necesidad de bienestar.

Estos avances logrados con tanto esfuerzo en la gestión macroeconómica también son vulnerables a los retrocesos, ya que el lento desarrollo económico es terreno fértil para el malestar social y las ideas populistas. El aumento de los niveles de deuda —atribuibles en parte a la respuesta a la pandemia— ahora deberá controlarse gradualmente, en un momento en el que la polarización y el malestar social dificultan el ajuste fiscal.

Estos resultados son completamente evitables. Los encargados de formular políticas deben actuar ahora mismo para que no se hagan realidad.

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cesar ruben hernandez
06 de Septiembre de 2022

Estoy en una gestion sobre varios temas, El Gobierno de Mexico, -el actual- no me ha escuchado.
Me refiero a una maravillosa tecnica pesquera, llamada ACUAPONIA.
OJALA, PUDIERA TENER UNA ENTREVISTA CON UN ESPECIALISTA DEL BANCO.

(MEZCLA E INTERDEPENDENCIA ENTRE PECES Y HORTALIZAS)

Elmer Vidal
06 de Septiembre de 2022

Excelente articulo

Dr Vidal Ibarra P.
06 de Septiembre de 2022

El fin del siglo XX fue difícil para América Latina y el Caribe, ALC. Las diversas crisis que comenzaron en el año de
1982 hicieron ver las debilidades de los diversos modelos de crecimiento, situación agravada por los altos montos de la deuda externa. El siglo XXI parecía más prometedor. Los procesos de apertura comercial estuvieron acompañados de varios acuerdos de libre comercio, lo que nos hizo pensar en una probable menor dependencia del coloso del norte y lograr, por fin, una diversificación exitosa de nuestros mercados. Pero la realidad nos despertó: la baja en la actividad económica de China en la segunda década de este siglo, nos hizo ver que seguimos exportando lo mismo de hace décadas: materias primas. Finalmente, la irrupción del COVID-19 hace replantearse, desde otra perspectiva, el desarrollo de esta región (Introducción a nuestro libro "EL COMERCIO Y EL DESARROLO ECONÓMICO DE AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE 1980-2020, Ed. UNIVERSIDAD AUTÓNOMA METROPOLITANA, MÉXICO).

Guillermo Rubio Rivera
06 de Septiembre de 2022

¿Década pérdida o generación perdida?

Los nacidos entre los 70-80 hemos padecido crisis recurrentes en las economías de la región de América Latina. Los niveles de vida y las expectativas a mejores salarios, empleo, salud, vivienda asi como desarrollo local in situ; son demagogia de discursos de los gobiernos. Si bien las condiciones estructurales son distintas por la transformación realizadas décadas en la región; el covid así como sus efectos en las cadenas de suministro saco a flote la punta del iceberg de lo que se quiso esconder en décadas: pobreza, marginación en salud y educación, desempleo, migración. Y el surgimiento de gobiernos populistas y anti-democráticos.

El alza de precios de los alimentos, la migración , el cierre de empresas; solo han venido a deteriorar la calidad de vida de millones de personas en la región aunado al cambio del clima.

No se trata de actuar y formular más de lo mismo: ¿Que acaso no se requiere una nueva visión de desarrollo desde el sur?

YIMMY ROBERTO COTTO GARCES
06 de Septiembre de 2022

Trabajamos por un mundo globaluzado y en opirtunidades iguales sin fronteras ni barreras alcanzando un equilibrio de altos niveles en los recursos tantos humanos como materia para la existencia mancomunado y ser ,hacer , y tener todo lo que rrequiera de manera aplausible confiable en todos los ambitos de antemano gratitud gratitud gratitud

Fatima analia Leyton
06 de Septiembre de 2022

Pienso que desde el Banco Mundial deberían exigir aumentar las metas de asistencia a la educación inicial y primaria y la incorporación de materias tecnológicas e innovación,para aumentar el deseo de los niños de meterse en el mundo digital actual.

Jose Lizardo Reyes
06 de Septiembre de 2022

Muy buena publicación su análisis además de instructivo es reflexivo

JOSEFA IDA ROJAS CORONADO
06 de Septiembre de 2022

Para salir adelante necesitamos grandes líderes, personas preparadas, que piensen como afrontar está crisis tanto a nivel de País como a nivel mundialmundial y no gente improvisada que cada vez nos lleva al borde del abismo,

Alvaro Manuel Gonzalez Ortega
06 de Septiembre de 2022

America Latina y del Caribe al igual que otras Regiones de los paises en vias de Desarrollo, por la limitada oferta exportadora que experimentan, deberan reactivar sus economías domesticas pero paralelo a lo anterior, es necesario abrirse a los mercados externos pero sin ninguna imposición de la Naciones desarrolladas, y de esta forma generar las divisas necesaria, que lograr a mediano plazo ser competitivas en el concierto mundial.

Wbeimar Bermudez
06 de Septiembre de 2022

Bien

Hernando González
06 de Septiembre de 2022

De gran ayuda este tipo de documentos. Gracias

Enrique J. Burton
06 de Septiembre de 2022

Hay que profundizar en los temas, pues en este artículo se tratan de manera muy general y superficial. Lo cual entiendo; no es crítica, sino invitar a continuar la conversación. Por ejemplo el que "Los sistemas escolares siguen generando resultados educativos decepcionantes" debe movernos a repensar para qué deben servir los sistemas escolares; ¿para generar mano de obra eficiente? ¿para generar individuos orientados a la colaboración social? ¿Ambas cosas? ¿Cómo? En fin, ojalá no dejemos perder más tiempo y oportunidades de hacer sociedades de paz, solidaridad y oportunidades para todos. COLEGIO DE CIENCIAS POLÍTICAS Y ADMINISTRACIÓN PÚBLICA QUINTANARROENSE, A. C. México

ARTURO
07 de Septiembre de 2022

falta mayor investigacion en el presente articulo, son situaciones generalizadas

pedro torres
08 de Septiembre de 2022

Deseo incorporarme al medio para el intercambio y la correspondencia, De opiniones con ustedes.

Mauro Perez
09 de Septiembre de 2022

Excelente el comentario de las perspectivas de desarrollo de América Latina.

Edgar López Loaiza
10 de Septiembre de 2022

El resultado de un endeudamiento elevado y no ajustar el tipo de cambio en Bolivia en régimen de facto DE Banzer, por un lado y por otro, el volver a la democracia, la re activación de los sindicatos y la gama de partidos políticos. Las elecciones sin tener un ganador fue decepcionante. El periodo hiperinflacionario fue fatal, en el caso boliviano.

Rafael Cuesta Alvarez
10 de Septiembre de 2022

America Latina debe aprovechar la oportunidad de crear zonas francas de maquila industrial para productos de consumo masivo, tecnológicas y comerciales para atraer la inversión de USA y CEE., y fortalecer la producción de productos agrícolas, piscícolas y crustàceos de exportación para abastecer la demanda de las crecientes clases medias del mundo.

alberto nuñez leonardo
11 de Septiembre de 2022

Considero los aspectos indicados sobre la situación de Latinoamérica no es igual a la década del 80 es diferente para varios países, en el caso de Peru se observa que el desempleo, se ha incrementado los costos de los alimentos básicos, Para la reactivación económica se requiere generar acciones que nos permita ayudar a los agricultores en exportar a Europa y el Banco Mundial podría apoyarnos en la Gestión de la cadena productiva. con proyectos de riego, agricultores asociados, y venta comercial de los productos que requieren los países de Europa, castigados por la sequia y elevados costos de productos agrícolas de Europa.

Carlos Carranza V
12 de Septiembre de 2022

Si hay que hacer esfuerzos para lograr los equilibrios adecuados eso sin sacrificar programas estratégicos y aquellos que logren propiciar talento humano y desarrollo humano.

Luis Araujo
28 de Septiembre de 2022

Excelente artículo, en Latinoamérica la educación estatal sigue siendo de bajo nivel, esto me parece que es más decisión política que gestión, no puede ser que exista diferencia en educación en estos tiempos, donde la tecnología favorece a unos cuantos y a otros no. digo decisión política por que los que gobiernan no se ponen de acuerdo, para inversión en salud y educación parece que se tapan los ojos.
En cuanto a llegar al estado de la década de los 1980, no veo la comparación, la región se encuentra mucho más preparada que esos tiempos.

Atentamente,

Luis Araujo