Publicado en Voces

¿Sabías que la coordinación entre los acreedores es clave para la sostenibilidad de la deuda?

This high-level conference in Freetown, Sierra Leone was among a series of engagements convening borrower governments, creditors and partners to share information and drive debt sustainability. Photo: Moses Kargbo/World Bank This high-level conference in Freetown, Sierra Leone was among a series of engagements convening borrower governments, creditors and partners to share information and drive debt sustainability. Photo: Moses Kargbo/World Bank

Sabemos que el endeudamiento, cuando se usa de manera inteligente y transparente, es útil para financiar el desarrollo. Una deuda prudente puede impulsar a las economías y allanar el camino para un futuro resiliente; esto permite a los países centrarse en inversiones clave para las personas y el crecimiento económico. 

Sin embargo, en la actualidad, los países más pobres gastan más de USD 46 200 millones anuales, equivalentes a más del 10 % de sus ingresos de exportación, para atender el servicio de la deuda externa a largo plazo, tanto pública como con garantía pública. Esta es la proporción más alta desde el año 2000. En medio de esta crisis de deuda para los países en desarrollo que continúa intensificándose, es evidente que se necesita un enfoque integral.

La Asociación Internacional de Fomento (AIF) del Banco Mundial presta servicios a estos 75 países como fuente de financiamiento en condiciones concesionarias (es decir, a través de donaciones o préstamos con intereses bajos o sin interés). Si bien dichos fondos en sí mismos son una fuente de gran alivio e impacto, somos conscientes de que el financiamiento en condiciones concesionarias no es adecuado para hacer frente a los desafíos del desarrollo, especialmente cuando hay crisis superpuestas que empujan al sobreendeudamiento a una cantidad cada vez mayor de países.
 
La AIF también respalda específicamente los esfuerzos de los países por lograr la sostenibilidad de la deuda a través del Programa de Acercamiento a los Acreedores, que trabaja de manera proactiva para eliminar los esquemas de información fragmentada e inaccesible y promover la comunicación entre los países y una variedad de acreedores. Este programa forma parte de la Política de Financiamiento Sostenible para el Desarrollo (PFSD) de la AIF, cuyo objetivo es incentivar la sostenibilidad y la transparencia de la deuda en los países más pobres y vulnerables.
 
Desde que asumí como nuevo director de movilización de fondos de la AIF hace unos meses, he viajado a África occidental y al Caribe oriental para ver el programa en acción y he escuchado a Gobiernos prestatarios, prestamistas, organismos de clasificación de riesgos, bancos multilaterales de desarrollo y organizaciones de la sociedad civil. Durante esos viajes, entendí por qué estas conversaciones son un elemento importante para lograr una deuda responsable y gestionada de manera sostenible.

Hace poco estuve en Saint Kitts y Nevis, donde la AIF organizó, en colaboración con el Banco Central del Caribe Oriental, un diálogo de alto nivel sobre la sostenibilidad de la deuda (i). Participaron ministros de Finanzas de Dominica, Guyana, Haití, Santa Lucía, y San Vicente y las Granadinas, junto con diversas partes interesadas de todo el Caribe. De manera similar, la AIF aunó fuerzas con los Gobiernos de Sierra Leona (i) y Uganda (i) para organizar conversaciones similares el año pasado. El diálogo fue oportuno debido a los desafíos superpuestos que enfrentan estos países, como el cambio climático, el elevado endeudamiento, la alta inflación, la inseguridad alimentaria, la pobreza y la desigualdad de género.

(Foto: Banco Central del Caribe Oriental)
Foto: Banco Central del Caribe Oriental

El consenso fue rotundo: las iniciativas de intercambio de información, como el Programa de Acercamiento a los Acreedores de la AIF, son esenciales para apoyar las reformas orientadas a la transparencia y la sostenibilidad de la deuda.  A continuación, incluyo cuatro elementos destacados de los intercambios con los acreedores.

  1. Las conversaciones y la comunicación tienen el poder activo de detener las crisis de deuda de una vez: como señaló Razia Khan, jefa de investigaciones para África de Standard Chartered (i), el creciente riesgo de la deuda en África oriental y meridional, por ejemplo, podría haber sido diferente si hace 10 o 15 años, “todos los actores involucrados hubieran prestado mucha más atención a la capacidad de movilizar ingresos, es decir, a la capacidad de pagar esa deuda”.
     
  2. Algunos países en desarrollo —especialmente los pequeños Estados insulares— enfrentan un riesgo de deuda que se agrava debido a desafíos simultáneos. Como nos recordó Timothy Antoine, gobernador del Banco Central del Caribe Oriental (i): “También estamos enfrentando una crisis climática, y para esta región, es una amenaza existencial”.
     
  3. La transparencia no es solo algo deseable; es fundamental para la sostenibilidad de la deuda y para el trabajo de todas las partes interesadas: como señaló Elena Duggar, oficial principal de crédito de Moody's para América, la transparencia sirve de base para la evaluación de “la solidez de las instituciones y la gestión, y la solidez fiscal de los Gobiernos, que son dos de los cuatro factores principales en los que agrupamos nuestro análisis de la solvencia crediticia soberana”. La importancia de la transparencia de la deuda también fue destacada por Richard Francis, director de calificaciones soberanas de Fitch (i): “Los países con una gestión deficiente de la deuda o problemas de presentación de informes tienden a obtener una calificación mucho más baja”.
     
  4. Escuché repetidamente que la AIF es una valiosa fuente de financiamiento en condiciones concesionarias, y que el Banco Mundial es un asociado confiable: Sheku Bangura, actual ministro de Finanzas de Sierra Leona (i), señaló que el financiamiento en condiciones concesionarias de la AIF, combinado con otras fuentes, ha estado proporcionando un alivio clave frente al aumento del riesgo de deuda, las presiones inflacionarias y una serie de desafíos superpuestos en el país. Además, Julius Kapwepwe, director de programas de la Red de la Deuda de Uganda (i), aportó la perspectiva sumamente importante de la sociedad civil y destacó el alcance de las inversiones del Banco Mundial en “los sectores viales, la energía y [las tasas de alfabetización]” de su país.

Por lo tanto, a cada paso me siento reconfortado por la franqueza de estas conversaciones y revitalizado por el profundo compromiso de las partes interesadas con las soluciones y el camino que tenemos por delante. Si bien la magnitud del riesgo de deuda es inmensa, fortalecer el protagonismo de los países y respaldar un diálogo abierto son, sin duda, pasos esenciales en la dirección correcta. La AIF se ha comprometido a continuar con esta importante labor para ayudar a los países a tomar la iniciativa y garantizar que nadie quede rezagado en el camino hacia una recuperación resiliente. 

 


Autores

Dirk Reinermann

Director de movilización de fondos de la AIF y finanzas corporativas del BIRF, Finanzas para el Desarrollo

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