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Por qué los inversionistas respaldan la fijación del precio del carbono

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Por Stephanie Pfeifer, Grupo de Inversionistas Institucionales sobre el Cambio Climático (Europa); Nathan Fabian, Grupo de Inversionistas sobre el Cambio Climático (Australia/Nueva Zelandia); Chris Davis, Red de Inversionistas sobre el Riesgo Climático (América del Norte), y Alexandra Tracy, Grupo de Inversionistas sobre el Cambio Climático de Asia.
 
El economista británico Lord Nicholas Stern ha calificado al cambio climático como “el mayor fracaso del mercado que el mundo haya visto”. No fijar el precio de las emisiones de carbono deja al mercado sin recursos para abordar el daño creado por estas emisiones. Y sin la existencia de un costo asociado a una actividad perjudicial, los que participan en el mercado no tienen incentivos para buscar alternativas menos nocivas. Afortunadamente, esto está cambiando.

Unas 40 jurisdicciones nacionales y más de 20 jurisdicciones subnacionales en todo el mundo han puesto en marcha o planean implementar mecanismos de fijación del precio del carbono. Los regímenes de comercio de derechos de emisión (ETS, por sus siglas en inglés) a nivel mundial se valoran en unos US$30 000 millones. China tiene el segundo mercado del carbono más grande del planeta, cubriendo el equivalente a 1115 millones de toneladas de emisiones de dióxido de carbono. El sistema de intercambio de emisiones de la Unión Europea (UE) cubre 2309 millones de toneladas.
 
Este avance es una buena noticia, y promover la fijación del precio del carbono es esencial. Este tipo de medida reduce las emisiones y los costos asociados a ellas, que terminan siendo soportados por todos —incluidas las empresas y sociedades—, a través de diversos impactos derivados del cambio climático.
Pero el precio del carbono debe proporcionar una señal económica fuerte que estimule las inversiones favorables a las alternativas con bajo nivel de emisiones de carbono. Un precio débil sin certezas a largo plazo no ayuda a alentar este tipo de inversiones.
 
Por eso es tan importante que los inversionistas reciban una señal cierta del precio del carbono. Cuando el combustible convencional tiene un costo acorde con las emisiones que genera, las energías renovables y con bajo nivel de emisiones de carbono pueden competir a lo largo del tiempo en un nivel de igualdad cada vez mayor.

Además de fomentar las inversiones que producen bajo nivel de emisiones de carbono, la fijación del precio de este elemento también ofrece a los inversionistas un incentivo para, por ejemplo, alejarse de las carteras de inversiones con altas emisiones de carbono, ya que tienen una visión más clara del costo económico de tener activos con altos niveles de carbono. Sin embargo, sin una señal de precios clara, no existen tales estímulos y las inversiones se retrasan o cancelan.
 
Y los proyectos retrasados y cancelados han sido la realidad de la UE, donde el colapso del precio del carbono debido a un exceso de oferta de créditos hace que los inversores se muestren reticentes a invertir ya que no tienen una señal fuerte ni certezas a largo plazo. No obstante, las dificultades que han enfrentado los ETS de la UE han aportado enseñanzas importantes durante el proceso de creación de los sistemas de otros países y jurisdicciones.
 
El mercado del carbono de California –el tercer mercado más grande del mundo después de China y la UE– incluye un precio máximo y un precio mínimo. El precio de la tonelada de carbono se ha mantenido dentro de las expectativas en torno a los US$12 desde el lanzamiento de este mercado a fines de 2012. Casualmente, también ha habido  un crecimiento de la economía y un aumento de las inversiones en energía renovable.
 
Los siete sistemas piloto de intercambio de cuotas de emisión implementados por China se fundamentaron, en parte, en el estudio de los problemas que enfrentaron los ETS de la UE. Las enseñanzas extraídas de estos sistemas servirán de base a un ETS nacional que se pondrá en marcha en 2020. Y muchos regímenes de comercio de derechos de emisión están considerando la viabilidad de vínculos formales, siguiendo el ejemplo de California y la provincia canadiense de Quebec de comienzos de este año.
 
No obstante, la tendencia mundial hacia la fijación del precio del carbono no es uniformemente positiva. En Australia, fue derogado un impuesto sobre el carbono que había reducido con éxito las emisiones (i) e impulsado las inversiones de proyectos con bajos niveles de carbono.
 
La fijación del precio del carbono es la manera más eficaz en función del costo de reducir las emisiones y cambiar la dirección de las inversiones de los proyectos energéticos con alto nivel de emisiones de carbono a otros con bajo nivel de emisiones. Sin embargo, para actuar con eficacia, el precio debe ser económicamente significativo. Dado que se acerca la fecha límite para un acuerdo mundial sobre el clima, estamos entrando en un periodo decisivo para la adopción de medidas en esta materia. 
 
Los encargados de formular políticas deben aprovechar la oportunidad que ofrecen los diversos regímenes de comercio de emisiones para aprender y establecer nuevos mercados del carbono y perfeccionar los ya existentes. El mejoramiento y la ampliación de la fijación del precio del carbono (i) de una manera permanente son fundamentales para un futuro energético con bajos niveles de emisiones de carbono.
 
Foto: Generación de energía limpia en Nueva Zelandia. Jondaar_1/Flickr Creative Commons.


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Global Investor Coalition on Climate Change

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