Publicado en The Water Blog

Los acuerdos protegen el agua: Las razones para aumentar la cooperación transfronteriza... ¡ahora!

Pescadores en un afluente del río Senegal. Pescadores en un afluente del río Senegal, que atraviesa Guinea, Malí, Mauritania y Senegal en África occidental. Crédito: Sarah Farhat/Banco Mundial.

Preocupación y esperanza son los dos sentimientos en este Día Mundial del Agua, cuyo lema es “Agua para la paz”. La preocupación surge debido a la presión que imponen el cambio climático, la fragilidad y la degradación de los ecosistemas sobre los recursos de agua dulce del mundo. Hay esperanza porque, a pesar de lo anterior, la comunidad internacional se está uniendo para apoyar a los países y las organizaciones de cuencas hidrográficas que trabajan en la gestión colectiva del agua a través de asociaciones como el Fondo Mundial de Cooperación Transfronteriza para el Uso del Agua (i) y la Coalición para la Cooperación en materia de Aguas Transfronterizas (i).

A través de estas y del Convenio sobre la Protección y Utilización de los Cursos de Agua Transfronterizos y de los Lagos Internacionales (i) (“Convenio del Agua”), y en encuentros como el Foro Mundial sobre Cooperación Transfronteriza para el Uso del Agua en favor del Clima y el Desarrollo (i), celebrado en julio de 2023, vemos el poder de las alianzas a la hora de promover la cooperación relativa a los recursos hídricos.

No hace falta decir que el agua es un recurso fundamental para la vida en la tierra, y su gestión es crítica para el bienestar de las sociedades humanas. Pero también puede ser una fuente de tensiones y conflictos, particularmente en regiones donde el agua es escasa o su asignación es impugnada. A medida que las poblaciones crecen y el cambio climático afecta la disponibilidad de agua, es probable que aumenten las posibilidades de disputas por este recurso. Para la paz y el desarrollo son cruciales las instituciones y los mecanismos que, mediante el diálogo y la cooperación, permiten resolver los conflictos, limitar las soluciones de compromiso y maximizar los beneficios compartidos.

Hasta ahora, sin embargo, solo 24 naciones cuentan con mecanismos operativos de cooperación en el ámbito hídrico para todas las cuencas que comparten con países vecinos, como muestra la segunda ronda de informes sobre el indicador 6.5.2 de los ODS sobre cooperación en materia de aguas transfronterizas, realizada por la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (CEPE) (i) y la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco). La cooperación relativa a los acuíferos transfronterizos está aún menos avanzada: en el trabajo sobre el ODS 6.5.2 se identificaron solo ocho acuerdos específicos relacionados con acuíferos y aguas subterráneas en todo el mundo.

Dada esta falta de acuerdo sobre los mecanismos que rigen las aguas transfronterizas y la magnitud de los desafíos que enfrentan las comunidades en las cuencas hidrográficas y en otros lugares, se necesita mucho más apoyo de la comunidad internacional para la gestión de las aguas transfronterizas. Más aún ahora que el agua tiene el potencial único de servir como un catalizador para la cooperación y el diálogo.

Hacia una mayor cooperación

Cuando las partes interesadas se unen para gestionar lagos, acuíferos y ríos compartidos, forjan confianza, elaboran marcos de colaboración y generan beneficios mutuos más allá de los que contribuyen a la paz y la estabilidad. Esto se debe, en parte, a que la gestión compartida de los recursos implica la recopilación y el intercambio de datos, la toma de decisiones conjunta y la asignación equitativa del agua. Estos procesos colaborativos pueden ayudar a las partes a abordar las causas principales de los conflictos relacionados con el agua, y a desarrollar soluciones aceptables para todos. También generan más beneficios sociales y económicos derivados del agua que los que estarían disponibles si los países gestionaran unilateralmente este valioso recurso. La experiencia mundial indica que la cooperación transfronteriza en el ámbito del agua aumenta el tipo y la magnitud de los beneficios —el tamaño del “pastel”— que los países pueden obtener de la gestión sostenible de los recursos hídricos.

La CEPE y el programa relativo a la cooperación en materia de aguas internacionales en África (i) (CIWA, por sus siglas en inglés) del Banco Mundial apoyan la elaboración de acuerdos para la cuenca del acuífero Senegal-Mauritania, en el Sahel occidental. Las enseñanzas que hemos extraído de este esfuerzo son pertinentes para otros acuíferos transfronterizos alrededor del mundo.

La cooperación en materia de agua se extiende a un desarrollo más amplio, en que los marcos y las instituciones conjuntas crean un entorno propicio y poderoso. Las organizaciones de cuencas hidrográficas son el mejor ejemplo de instituciones colectivas para gestionar los recursos hídricos compartidos, ya que ayudan a los países a identificar visiones comunes y poner en marcha inversiones conjuntas. Sobre la base del Convenio del Agua, más de 100 acuerdos han hecho más previsible la disponibilidad del agua, han provocado menos pérdidas por inundaciones y sequías, o han respaldado los sectores de la agricultura y la energía.

Estos acuerdos mejoran los medios de subsistencia y reducen la pobreza en las comunidades de una cuenca fluvial y más allá de ella. Dichos resultados positivos pueden aliviar algunas de las presiones socioeconómicas que contribuyen a la fragilidad y los conflictos.

Cuencas africanas

El Proyecto Hidroeléctrico Regional de las Cataratas Rusumo (i), que finalizó recientemente, beneficiará a personas de Burundi, Rwanda y Tanzanía. Este proyecto se materializó después de más de un decenio de diálogo encabezado por la Iniciativa de la Cuenca del Nilo y su oficina técnica, el Programa de Acción Subsidiaria de los Lagos del Nilo Ecuatorial.

En la cuenca del río Senegal, la labor de 20 años del Banco Mundial con la Organización de la Cuenca del Río Senegal (Organisation Pour la Mise en Valeur du Fleuve Sénégal [en francés]) facilitó la integración de Guinea —donde se encuentra la cabecera del río—, el intercambio de información, un plan maestro y una fórmula de reparto de costos.

Aún queda mucho más por hacer. En este sentido, globalizar el Convenio del Agua es una señal prometedora. Desde 2016, año en que todos los Estados miembros de las Naciones Unidas tuvieron acceso al Convenio, 11 países de África, América Latina y Oriente Medio se han adherido a él—cinco en 2023— y más de 20 están en proceso de hacerlo.

El Convenio del Agua, administrado por la CEPE, ha fortalecido la cooperación entre Estados ribereños tanto a nivel político como técnico: En 2017, respaldó un marco para prevenir conflictos relacionados con el uso compartido de los recursos hídricos en la Comunidad Económica de los Estados de África Central (i).

Al adherirse al Convenio del Agua, los países expresan su compromiso con la cooperación y reciben ayuda para definir sus prioridades y elaborar una hoja de ruta con ese fin. La Coalición para la Cooperación en materia de Aguas Transfronterizas (i) —una alianza diversa de múltiples partes interesadas conformada por Gobiernos, organizaciones intergubernamentales, organizaciones de integración regional, instituciones financieras internacionales, instituciones académicas y ONG— tiene como objetivo realzar el perfil de la cooperación en el ámbito de las aguas transfronterizas en todos los niveles para 2030. Aprovechando las ventajas comparativas de cada uno de los países, se allana el camino para una acción coordinada destinada a encarar las múltiples crisis relacionadas con el agua.

Día Mundial del Agua 2024

Este Día Mundial del Agua es un momento importante para nosotros, una oportunidad para repensar las formas en que apoyamos la cooperación transfronteriza en materia de agua. Nuestra experiencia colectiva indica que cuando unimos fuerzas para proporcionar apoyo estratégico a los países y las organizaciones de cuencas hidrográficas, los beneficios son mucho mayores. En una época de crisis mundiales complejas, el mundo necesita una mejor coordinación de las acciones y el financiamiento de bienes públicos. La cooperación pacífica y eficaz para el desarrollo de las aguas compartidas es un bien público importante, y debe financiarse como tal.

El Banco Mundial y la CEPE continuarán trabajando de manera conjunta para aprovechar el potencial del agua como recurso para fomentar la paz y la estabilidad, en particular en las zonas frágiles y afectadas por conflictos. A medida que el mundo enfrenta una mayor escasez de agua y más desafíos relacionados con el clima, el papel de la cooperación en la esfera del agua para la consolidación de la paz será cada vez más importante.

Al reconocer que el agua es un instrumento que puede fomentar la paz, así como un motor para el crecimiento y la prosperidad, estaremos en condiciones de ofrecer la estabilidad que tanto se necesita en un mundo convulsionado.


Saroj Kumar Jha

Director, Práctica Global de Agua

Dmitry Mariyasin

Deputy Executive Secretary of the UN Economic Commission for Europe

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