Garantizando la equidad y la inclusión para estudiantes LGBTI

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Inclusive laws and policies can go a long way toward supporting LGBTI students? right to education. Photo: Shutterstock Inclusive laws and policies can go a long way toward supporting LGBTI students’ right to education. Photo: Shutterstock

La igualdad de oportunidades y la no discriminación son centrales al doble objetivo del Banco Mundial de erradicar la pobreza extrema y promover la prosperidad compartida. Sin embargo, hoy en día muchas personas se han quedado atrás debido a la discriminación y exclusión relacionadas con su orientación sexual o identidad de género (OSIG). Cuando se excluye a las personas de las oportunidades educativas, se pone en peligro su derecho a una vida plena y la oportunidad de contribuir a la sociedad en general.

Invertir en la educación de los jóvenes es fundamental para garantizar la igualdad de oportunidades; sin embargo, muchas personas jóvenes lesbianas, gays, bisexuales, transgénero o intersexuales (LGBTI) quedan excluidas de las oportunidades de aprendizaje cuando los sistemas educativos no garantizan la inclusión e igualdad en las aulas. En algunos países se han hecho avances dignos de mención, mientras que en otros prevalece la indiferencia. En algunos lugares la discriminación es generalizada, aceptada y está creciendo.

Las leyes y políticas de inclusión contribuyen en gran medida a proteger el derecho de los estudiantes LGBTI a la educación. El informe del Banco Mundial sobre Igualdad de oportunidades para las minorías sexuales y de género (EQOSOGI) arroja luz sobre las barreras legales y regulatorias de inclusión que afrontan las minorías sexuales y de género en 16 países a través de seis indicadores, incluyendo el acceso a una educación inclusiva.

El informe señala que las minorías sexuales y de género en los 16 países analizados enfrentan diversas barreras para acceder a una educación inclusiva y no discriminadora. El informe ofrece una serie de recomendaciones de buenas prácticas en materia de políticas, que ofrecen valiosos aportes para los encargados de formular políticas educativas a nivel mundial. A continuación, presentamos las siguientes:

  1. Prohibir la discriminación de jóvenes LGBTI en la admisión y en la escuela y garantizar mecanismos de cumplimiento efectivos.

Menos de la mitad de los 16 países analizados en el informe prohíbe de manera explícita la discriminación relacionada con OSIG en espacios educativos y en la admisión en las escuelas. Solo algunos pocos prohíben el acoso y hostigamiento en base a OSIG, mientras muchos sistemas simplemente ignoran el tema. Sin embargo, si no existen mecanismos adecuados de información y cumplimiento, en efecto los estudiantes quedan expuestos a la discriminación y violencia que a menudo los obliga a abandonar la escuela, con graves consecuencias para su salud mental, autoestima y oportunidades futuras. Además de garantizar disposiciones integrales contra la discriminación, los países pueden crear sistemas para realizar denuncias seguras contra el acoso y hostigamiento en base a OSIG, así como mecanismos para hacer cumplir estas prácticas.

  1. Garantizar que el currículo y el material de enseñanza y aprendizaje no sólo no sean discriminatorios, sino que promueven la inclusión de manera activa.

Un entorno de aprendizaje inclusivo es aquel donde los materiales de enseñanza y aprendizaje no son discriminatorios y las minorías sexuales o de género son incluidas. En muchos países, todavía existe el lenguaje discriminatorio en los libros de texto, lo que contribuye a perpetuar estereotipos negativos y acoso y hostigamiento homofóbico y transfóbico. Solo tres de los países analizados han ordenado la revisión del currículo nacional y de los materiales para eliminar el lenguaje discriminatorio. A pesar de estos avances, se necesita hacer más para promover un verdadero entorno de aprendizaje inclusivo. Los países podrían fomentar la inclusión aún más incluyendo mensajes positivos relacionados con la orientación sexual, identidad de género y expresión en los materiales de aprendizaje y enseñanza.

  1. Promover la capacitación de los educadores en temas de inclusión y no discriminación.

Si bien muchos de los países analizados tienen leyes que prohíben la discriminación en entornos educativos, no alcanzan a promover de manera activa la no discriminación y prevención a través de la educación de los maestros. Los maestros y educadores a menudo carecen de los conocimientos y herramientas necesarias para abordar la violencia homofóbica y transfóbica, el acoso y la discriminación. Asimismo, es posible que no promuevan la inclusión en su comportamiento cotidiano. Si bien algunos de los países del estudio ya han tomado las primeras medidas para establecer capacitaciones obligatorias para todos los maestros de primaria y secundaria sobre la prevención y resolución de la discriminación contra estudiantes LGBTI, la mayoría no se ha centrado en este tema todavía. Las escuelas pueden hacer aún más exigiendo de manera obligatoria la capacitación para superar prejuicios implícitos y equipar a los educadores con las herramientas necesarias para promover activamente la no discriminación y la inclusión en las aulas.

  1. Educar a los estudiantes en temas de orientación sexual e identidad de género para promover la inclusión.

Dejar de lado temas de OSIG en la educación no solo significa ignorar las realidades de muchos estudiantes, sino también contribuir a un ambiente de exclusión y discriminación. Solo uno de los países analizados ha incluido la representación de minorías de género en sus libros de texto, mientras que solo en dos países se imparten cursos de educación sexual con un enfoque inclusivo a temas de OSIG. Incluir temas de OSIG en la educación, sobre todo en los cursos de educación sexual, es fundamental para que los países puedan crear entornos de aprendizaje seguros e inclusivos para los estudiantes.

Combatir la discriminación es crucial para crear entornos de aprendizaje seguros e inclusivos. Las intervenciones de aprendizaje no sirven si los estudiantes jóvenes no perciben a sus instituciones de esta manera. Esta es la razón por la que esto se ha convertido ahora un pilar clave del enfoque estratégico del Banco Mundial  para la educación; no es un elemento añadido ni “agradable de tener,” sino un elemento esencial para la educación de calidad.

También es hora de pensar de manera holística sobre la educación inclusiva, y de que los encargados de formular políticas consideren toda la gama de intervenciones inclusivas de OSIG al momento de establecer políticas. Por ejemplo, es un avance cuando los entornos educativos adoptan un currículo que contempla la inclusión de OSIG. Pero sin un ambiente que facilite la inclusión y esté libre de discriminación, este avance podría resultar inútil. Hoy en día, sigue siendo común ver en las aulas cómo se presentan y se perpetúan las normas más negativas para la sociedad. En el mismo sentido, sin embargo, las aulas son precursoras del cambio para los estudiantes LGBTI y un importante punto de partida para que los jóvenes piensen y actúen de manera inclusiva.


El informe sobre Igualdad de oportunidades para las minorías sexuales y de género en 16 países es el primero de una serie de informes destinados a analizar las leyes y regulaciones que afectan las oportunidades económicas de las minorías sexuales y de género en distintos países del mundo.


Autores

Jaime Saavedra

Director de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe del Banco Mundial

Louise Cord

Directora global, Sostenibilidad e Inclusión Social, Banco Mundial

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