La paradoja del aprendizaje a distancia: Qué podrían hacer los gobiernos para verdaderamente minimizar las pérdidas de aprendizaje relacionadas con el COVID

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A student studying at home, Karail Taltala Slum, Dhaka.
A student studying at home, Karail Taltala Slum, Dhaka. Photo Credit: Mowshomi Akter

El aprendizaje a distancia está teniendo su mejor momento. Con el prolongado cierre de las escuelas y los nuevos cierres, este momento se está volviendo cada día más relevante. Y los gobiernos están comprometidos. Una reciente encuesta realizada en 149 países muestra que casi todos han incluido el aprendizaje a distancia como parte de su respuesta educativa ante el COVID-19. 

Sin embargo, si se examina este eje del aprendizaje a distancia de manera más detallada se podrá advertir una paradoja. Los gobiernos están priorizando las soluciones en línea para minimizar las perdidas de aprendizaje. Sin embargo, los alumnos que se encuentran en mayor riesgo de pérdida de aprendizaje no pueden acceder a las soluciones en línea. Globalmente, el 60% de las soluciones de aprendizaje a distancia a nivel nacional dependen exclusivamente de plataformas en línea. Sin embargo, casi el 47% de los alumnos escolares no tiene acceso a la internet en casa. A esto le llamamos la paradoja del aprendizaje a distancia.

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Source: Author calculations from ITU, World Bank, UNICEF & UNESCO Data

Fuente: Cálculos del autor a partir de información procedente de ITU, el Banco Mundial, UNICEF y UNESCO.

En algunos casos, la paradoja del aprendizaje a distancia puede verse también a nivel país. Por ejemplo, a pesar de que la penetración de internet en Camboya es de solo 40%, el país logró asignar cerca de 54% más para el aprendizaje a distancia (US$ 1.7 millones), en comparación con lo asignado a radio y televisión (US$ 1.1 millones). Los países ricos tampoco son inmunes a esto. En Estados Unidos, donde las escuelas se desarrollan casi exclusivamente en línea desde mediados de marzo de 2020, aproximadamente el 14% de hogares con niños en edad escolar no tiene acceso a internet.

Es precisamente a estos alumnos –los que no tienen acceso a internet– a quienes el gobierno más necesita apoyar para prevenir pérdidas de aprendizaje. Aproximadamente 3 de cada 4 alumnos a quienes no llegan las oportunidades del aprendizaje a distancia existentes provienen de zonas rurales y/o hogares pobres. Los alumnos de las familias 40% más pobres representan el 74 – 86% de aquellos a quienes no llegan las soluciones de educación a distancia existentes en los países de ingresos medios y la cifra es de 47% en países de ingresos bajos. Al mismo tiempo, los alumnos de familias pobres tienen más probabilidades de tener un aprendizaje bajo y son mucho más susceptibles a experimentar mayores pérdidas de aprendizaje y mayores niveles de deserción escolares  debido al COVID. 

“Me siento frustrado porque los maestros no están tomando medidas suficientes para educarnos, a pesar de que les están pagando de manera regular. Los alumnos pobres por lo general tienen que cumplir con ciertas tareas domésticas para apoyar a sus familias económicamente, cosa que afecta su aprendizaje. No están tomando las lecciones en línea. Necesitan ayuda”. -  Lulu Bhuiyan, hermano mayor de un alumno de secundaria en Dhaka, Bangladesh.

Esto no quiere decir que los gobiernos no estén invirtiendo en soluciones fuera de línea. La mayoría de países tienen sistemas multimodales en funcionamiento, los cuales complementan las soluciones en línea con programas de TV/Radio y/o paquetes impresos para llevar a casa. Sin embargo, por lo general las soluciones fuera de línea reciben menos recursos, atención y énfasis en comparación con las soluciones en línea. 

Llevamos a cabo una revisión sistemática de los planes de respuesta educativa ante el COVID-19 desarrollados por gobiernos en todo el mundo y encontramos que los países del sur de Asia se referían hasta tres veces más a intervenciones en línea que a iniciativas fuera de línea. Ello a pesar de que el aprendizaje en línea solo llega al 7%  de sus 430 millones de alumnos, mientras que la TV llega al 60%. Y esto no solo se da en el sur de Asia. El plan de Somalia hace referencia al aprendizaje en línea el doble de veces que al aprendizaje fuera de línea; el plan de Filipinas menciona el aprendizaje en línea cerca de 211 veces, en comparación con solo 41 menciones a la TV.  

Esto no solo es cierto en el caso de los gobiernos, sino que podría aplicarse también a los propios padres y alumnos. En la India, donde las familias pobres luchan con las lecciones vía WhatsApp, pocos están interesados en los más de 32 canales de televisión que ofrecen aprendizaje a distancia. En Bangladesh, la mayoría de alumnos de secundaria pobres  (86%) saben de los programas de aprendizaje vía TV provistos por el gobierno, sin embargo, solo la mitad de los alumnos con acceso a estos programas elige acceder a los mismos, aun cuando no cuentan con acceso al aprendizaje en línea. 

¿Cómo se explica la paradoja del aprendizaje a distancia? Una serie de factores, que no exploramos aquí, apunta hacia incentivos políticos. Otra hipótesis consiste en que las soluciones en línea reciben relativamente mayor atención porque son percibidas como más efectivas, más prometedoras y entusiasman más que las soluciones fuera de línea. En una reciente encuesta entre 149 ministerios de educación, solo el 6% de los países indicó que las plataformas en línea no eran efectivas. Por el contrario, el 13% y el 22% de países indicaron que la TV y la radio no eran efectivas, respectivamente.

Esto, en parte, podría deberse a la gran publicidad que tiene todo lo que es en línea. Las soluciones en línea presentan un mundo emocionante de palabras de moda y promesas placenteras: aprendizaje personalizado, aprendizaje adaptativo, aprendizaje de inmersión, ¡tanto aprendizaje! Además, estas no siempre son frases publicitarias vacías. Tal como lo han demostrado diversas evaluaciones de aprendizaje asistido por computadora y Mindspark –ambos pueden funcionar fuera de línea, pero en cierto punto requieren de conexión a internet y de inversión en equipos– las soluciones en línea brindan resultados sólidos. Y, si se garantiza el acceso, ¡pueden también ser rentables! 

Sin embargo, la idea de que las soluciones en línea deberían atraer mayor atención porque son las más efectivas es engañosa en al menos tres sentidos. Primero, tal como se mostró anteriormente, las soluciones en línea no llegan a tantos alumnos como las soluciones fuera de línea, especialmente en el caso de quienes necesitan ayuda con urgencia. Segundo, existen varios ejemplos donde costosas soluciones en línea no solo no han resultado efectivas, sino que han reducido el aprendizaje del estudiante (hay ejemplos de Rumania y de EE.UU. ).

La tercera forma en que esto resulta engañoso es la casualidad inversa. Podría esgrimirse el siguiente argumento: no se trata de que las soluciones en línea obtienen más inversión porque son más efectivas. En lugar de ello, las soluciones en línea tienen más probabilidades de parecer más efectivas porque cuentan con mayor inversión. Se espera que el mercado global de tecnología de la educación, valorado en US$ 163 mil millones antes del COVID19, aumente su valor a US$ 404 mil millones para el 2025. Muchas empresas ofrecen contenido gratis y atractivo como una estrategia de marketing. Es muy popular el mantra tecnológico que dice: si no estás pagando por el producto, tú eres el producto. Esta es la formula que empresas como Coursera han seguido. De manera similar, la empresa de tecnología de la educación más valiosa de la India, BYJU’S, obtuvo 7.5 millones de nuevos usuarios en su plataforma desde que comenzó a ofrecer acceso gratis a contenido. 

Por el contrario, existe por lo general la (falsa) percepción de que el aprendizaje mediante radio y TV ofrece únicamente contenido aburrido, desactualizado y no atractivo. Esto podría ser cierto en algunos casos. Las lecciones emitidas pueden ser de calidad mala o dispareja. Sin embargo, esto solo refleja la falta de inversión en ellas.

“Hemos colaborado con Radio Sarathi FM (FM local), que emite clases en base a los planes de estudios de los grados 1 a 8. Tenemos 1,000 alumnos y cerca del 60% de ellos ha estado escuchando la radio. Algunas veces, en la radio se emiten contenidos originalmente elaborados para la TV, con lo cual podrían sonar algo torpes…  deberían adaptar los contenidos para los oyentes de radio … materias como estudios nepalís y sociales son más fáciles de entender debido a que sus contenidos se presentan en un formato teatral/de juego. Sería bueno que las materias difíciles también pudieran presentarse en una forma simplificada”. - Sr. Dhalmani Bhandari, director, Baglung, Nepal

No tendría porqué ser así. Cuando las soluciones fuera de línea tienen contenidos atractivos y bien elaborados pueden tener amplia cobertura y alta efectividad. Sesame Street, el súper popular programa educativo de TV americano, ha sido adoptado en todo el mundo para las audiencias locales y se ha demostrado que logró mejorar habilidades básicas en Indonesia y la India. Ubongo, un programa educativo para niños en Tanzania, ha mostrado resultados similares. Incluso la programación televisiva básica puede resultar valiosa para los alumnos más pobres. En Bangladesh, 76% de los alumnos pobres de noveno grado que vieron Sangsad TV, de propiedad del gobierno, encontraron la programación motivadora. 

Los teléfonos básicos también están ofreciendo un aprendizaje sólido a distancia fuera de línea. Una intervención en Botsuana en la que se usó teléfonos con características básicas redujo el desconocimiento matemático en 52% e incrementó las habilidades numéricas promedio en 24% en comparación con el grupo de control. Esta intervención incluso logró llegar a regiones remotas de Botsuana y solo requirió de SMS y llamadas telefónicas. Eneza Education (en Kenia, Ghana y la Costa de Marfil) ofrece material de aprendizaje y de revisión vía teléfonos de características básicas, lo que ha impactado a más de 6 millones de alumnos con una mejora del 23% en desempeño académico luego de usarse durante 9 meses. 

Finalmente, ya sea en línea o fuera de línea, lo que importa es la calidad del contenido (ver, por ejemplo, este estudio).  En resumidas cuentas, los países de todo el mundo están invirtiendo menos de lo que deberían en soluciones fuera de línea, las mismas que resultan críticas para prevenir pérdidas de aprendizaje y deserciones escolares entre los niños más pobres. Las soluciones fuera de línea pueden tener un alcance masivo y, si están bien diseñadas, pueden ser altamente eficientes para lograr mantener a los alumnos en riesgo conectados y comprometidos con la educación.

Los niños pobres necesitan y merecen soluciones educativas a las que puedan acceder hoy; y estas soluciones deben ser diseñadas y entregadas con mucho más cuidado, experiencia y recursos. Ya se ha hecho, puede volver a hacerse. 


Autores

Cristian Aedo

Practice Manager for Education, East Asia and Pacific Region.

Vatsal Nahata

Consultant, World Bank Group

Shwetlena Sabarwal

Lead Economist, Education Global Practice, World Bank

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