Para mejorar el aprendizaje, enseñar a los alumnos en la lengua que utilizan y entienden mejor

Portada del informe Alto y Claro. Crédito: Banco Mundial Portada del informe Alto y Claro. Crédito: Banco Mundial

Parece obvio: enseñar a los alumnos en la lengua que entienden. Pero no es obvio para muchos. En las últimas décadas hemos sido testigos de un enorme progreso en el aumento de la escolarización, pero el mundo sigue encontrándose en medio de una crisis global de aprendizaje. A pesar de que la mayoría de los países cuentan con un nivel de escolaridad universal o casi universal en la educación primaria, el aprendizaje es demasiado escaso. Más de la mitad de los alumnos de primaria del mundo se enfrentan a la pobreza de aprendizaje porque no son capaces de leer y comprender un texto sencillo a los 10 años. Su capacidad para tener éxito en la escuela e invertir en sí mismos y en su futuro como adultos está en peligro.

Una de las razones se esconde a plena vista: hasta el 37% de los alumnos del mundo reciben la enseñanza en una lengua que no hablan en casa y que no usan ni entienden bien. Las políticas sobre la lengua de enseñanza, que deberían preparar a los niños para el éxito, los condenan con demasiada frecuencia al fracaso desde el comienzo de la escuela primaria.

La ciencia del aprendizaje

La evidencia es clara: los alumnos aprenden a leer y a escribir al trazar los sonidos y los símbolos de un sistema de escritura sobre las palabras que aprendieron en el regazo de sus padres. Cuanto mejores sean sus habilidades lingüísticas orales, más rápido y fácil será su aprendizaje de la lectura. Cuando se enfrentan a una lengua desconocida en el salón de clase, el progreso se hace casi imposible. Esta es una de las razones por las que, en algunos países, muchos estudiantes no son capaces de leer ninguna palabra y sólo conocen algunas letras en el idioma que deben aprender. Están en la escuela, sus padres suponen que están aprendiendo, pero no es así. Les ocurre a los niños nigerianos que deberían aprender en hausa, a los niños haitianos que deberían aprender en criollo haitiano, a los niños mozambiqueños que deberían aprender en makhuwa.

Un nuevo informe del Banco Mundial señala las muchas maneras en que la situación puede y debe mejorarse.  Cuando se enseña a los alumnos en la lengua que hablan y entienden bien, aprenden a leer mejor y más rápido. También están mejor preparados para aprender una segunda lengua; para dominar otros contenidos académicos como las matemáticas, las ciencias y la historia; y para desarrollar al máximo sus capacidades cognitivas. Los niños que aprenden en su lengua materna también tienen más probabilidades de matricularse y permanecer en la escuela durante más tiempo. Las políticas eficaces de enseñanza en la lengua materna mejoran el aprendizaje y la progresión escolar y también reducen los costes nacionales por estudiante, permitiendo un uso más eficiente de los fondos públicos para mejorar el acceso y la calidad de la educación para todos los niños.

Practicas exitosas de la lengua de enseñanza

Los países se enfrentan a una gran variedad de retos. En un país pueden hablarse docenas de lenguas diferentes. En otro, los alumnos pueden hablar una lengua en casa, otra en el patio, y se espera que aprendan en una tercera lengua nacional. A partir de estas variadas experiencias, el informe muestra practicas exitosas: (i) enseñar a los niños en su lengua materna desde la educación infantil hasta, al menos, el final de la escuela primaria; (ii) utilizar la lengua materna para la enseñanza de las asignaturas académicas más allá de la lectura y la escritura; (iii) introducir cualquier lengua adicional como asignatura haciendo hincapié en las habilidades lingüísticas orales; (iv) seguir utilizando la lengua materna para la enseñanza de alguna manera, incluso después de que una lengua diferente se convierta en la lengua oficial de enseñanza; y (v) planificar, desarrollar, adaptar y mejorar continuamente la aplicación de las políticas sobre la lengua de enseñanza.

Al considerar el factor lingüístico en la experiencia escolar de los alumnos, los responsables políticos orientan sus sistemas escolares para el éxito al pensar cómo reconstruir mejor después de la COVID19. Los sistemas deben centrarse en el aprendizaje esencial y aumentar la eficacia del proceso de enseñanza y aprendizaje. La enseñanza en las lenguas adecuadas y la aplicación de buenas políticas lingüísticas de instrucción ayudarán a alcanzar estos objetivos.

Las buenas políticas lingüísticas son fundamentales, pero no suficientes

Aunque representan un factor importante para el fomento de la alfabetización, estas políticas de lengua de enseñanza deben estar bien integradas en un paquete más amplio de políticas de alfabetización. Las iniciativas aisladas son ineficaces. Debe haber: i) un compromiso político y técnico con la alfabetización, reflejado en parte por el compromiso de medir y supervisar los resultados del aprendizaje, ii) los profesores deben ser apoyados, iii) los profesores deben ser entrenados, iv) los libros y textos de calidad deben estar disponibles, y v) los padres y las comunidades deben participar para fomentar el amor por los libros y la lectura en el hogar.

Al mismo tiempo, un uso inteligente de la tecnología puede facilitar la implementación de todo el paquete de políticas y, en general, el diseño y la implementación de buenas políticas y prácticas lingüísticas. Tanto si se trata de formas innovadoras de mapear y medir los niveles de competencia de alumnos y profesores, como de simplificar la creación y adaptación de nuevos materiales de aprendizaje entre lenguas, o de impartir y complementar la propia enseñanza, la tecnología está produciendo herramientas mejores y más fiables. Muchas de ellas, como las tecnologías basadas en los teléfonos móviles, se han convertido en algo habitual incluso en las regiones más pobres del mundo. Ahora pueden hacer que la enseñanza en la lengua adecuada sea más rápida, más fácil y potencialmente menos costosa.

Al fin y al cabo, para hacer frente a la pobreza de aprendizaje, es necesario un enfoque coherente desde el punto de vista de la instrucción. Un enfoque centrado en lo que se necesita para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje entre el estudiante y el profesor, y luego buscar formas alineadas y coordinadas para apoyar esto a escala. Un paquete de políticas de alfabetización en la lengua adecuada puede garantizar la alfabetización básica y permite una mejor experiencia en la escuela y una introducción más fácil de una segunda lengua. Las inversiones en los sistemas educativos de todo el mundo no producirán mejoras significativas en el aprendizaje si, al final, los alumnos no entienden la lengua en la que se les enseña.

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Autores

Jaime Saavedra

Director de Desarrollo Humano para América Latina y el Caribe del Banco Mundial

Michael Crawford

Lead Education Specialist

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