En Perú, la mitad de las mujeres reportan haber sido víctimas de algún tipo de violencia por parte de sus parejas, y el 59 % de los peruanos muestran tolerancia hacia la violencia contra las mujeres, según la Encuesta Nacional sobre Relaciones Sociales (ENARES).
Abordar la violencia de género (VG) en Perú requiere más que concientización: demanda acciones basadas en evidencia. Datos fiables son esenciales para desafiar normas perjudiciales y guiar políticas efectivas. En esta publicación se destacan iniciativas clave que contribuyen a la acumulación de evidencia y a respaldar políticas para un cambio significativo.
Promoción de la investigación local y la generación de evidencia
Para entender qué funciona para abordar la VG en Perú, se han desarrollado esfuerzos significativos para financiar actividades innovadoras y generar nueva evidencia. Un ejemplo notable es el “Development Marketplace to Address Gender-Based Violence”, una iniciativa global del Banco Mundial y el “Sexual Violence Research Initiative” (SVRI). Bajo esta iniciativa, cinco proyectos de investigación en Perú están contribuyendo directamente a la base de evidencia.
Por ejemplo, una investigación sobre la prevención de la violencia de género en la Amazonía destacó que las intervenciones participativas lideradas por la comunidad son una de las estrategias más efectivas para abordar las normas sociales profundamente arraigadas que perpetúan la violencia. Otra investigación sobre masculinidades y la prevención de la violencia sexual enfatizó la importancia de movilizar a los hombres como actores clave en la prevención y reeducación de la VG, mientras una evaluación experimental de un programa de visitas domiciliarias de la policía destacó el potencial de la capacitación personalizada de los oficiales y la mejora de las herramientas de evaluación de riesgos para reducir la recurrencia de la violencia durante el período crítico antes de que se otorguen medidas de protección. Para medir los impactos económicos de las acciones de prevención en las empresas, un modelo de evaluación innovador ha proporcionado a las empresas herramientas prácticas para evaluar y mantener sus esfuerzos para prevenir la violencia contra las mujeres.
Notablemente, la evaluación de impacto en curso de "Líderes en Acción" (LIA o ICLLOS por su nombre técnico en español) está estudiando el valor de empoderar a los líderes comunitarios para que trabajen como modelos a seguir y difusores de estrategias de prevención de violencia.
“Líderes en Acción” (LIA) – Evaluar los impactos para informar su expansión
Otro de los proyectos está ayudando al gobierno de Perú a dar pasos importantes para informar sus políticas y su posible expansión. En asociación con el Laboratorio de Innovación de Género de América Latina y el Caribe del Banco Mundial, académicos de la Universidad de Duke y ETH Zurich, la organización sin fines de lucro Innovations for Poverty Action, e investigadores del Think Tank peruano Instituto de Estudios Peruanos, el gobierno del Perú está probando cómo implementar mejor su programa LIA, el cual prepara a los líderes de organizaciones locales en zonas rurales de Perú para llevar a cabo campañas de capacitación y concientización siguiendo un currículo específico destinado a cambiar las normas sociales en torno a la violencia.
Tradicionalmente, LIA se ha llevado a cabo a través de campañas puerta a puerta, donde voluntarios de salud comunitaria realizan visitas domiciliarias. El análisis preliminar de los datos recopilados durante la intervención muestra que las campañas puerta a puerta son efectivas para llegar a los hogares, con más del 80% de los hogares objetivo participando y recibiendo las sesiones. Sin embargo, es difícil asegurar la participación de los hombres durante estas visitas, ya que a menudo están trabajando en el campo. Además, dado que algunas normas y creencias dependen de dinámicas sociales, podría ser más efectivo si todo el pueblo participa simultáneamente.
Por lo tanto, la evaluación de impacto está poniendo a prueba otras formas de cambiar las normas sociales en torno a la violencia. Además de las visitas puerta a puerta, el currículo se ha adaptado para ser impartido en reuniones a nivel comunitario. Aquí, las discusiones sobre normas y violencia son moderadas por expertos en salud, y evidencia anecdótica de pruebas piloto de las sesiones grupales sugiere que tanto hombres como mujeres participan activamente en las discusiones. El proyecto también está evaluando la utilidad de complementar la intervención involucrando a más líderes locales en las actividades, quienes podrían ser clave para cambiar las normas y expandir el tratamiento. Además, se está probando una miniserie corta en estilo de telenovela para ver si puede ayudar a intensificar los impactos del programa.
La evaluación de impacto de LIA pronto arrojará resultados. El equipo de investigación visitó recientemente Ayacucho, donde parte del experimento está teniendo lugar, para pilotar la recopilación de datos del cuestionario final. Los resultados preliminares probablemente estarán disponibles a mediados de 2025.
Un futuro construido sobre la evidencia
Como muestran estos proyectos, Perú está construyendo una base sólida de evidencia para la prevención efectiva de la violencia de género. Al integrar datos robustos, métodos innovadores y enfoques impulsados por la comunidad, el país está abordando desafíos inmediatos mientras crea un modelo replicable para otros países y regiones. La lucha para acabar con la violencia de género está lejos de terminar, pero estos esfuerzos demuestran que el progreso real comienza con sólida evidencia y el compromiso de actuar en consecuencia.
El LACGIL, dentro de la Práctica Global de Pobreza y Equidad, trabaja en asociación con unidades del Banco Mundial, agencias de ayuda y donantes, gobiernos, organizaciones no gubernamentales, empresas del sector privado e investigadores académicos. Este trabajo ha sido financiado en parte por el “World Bank Group's Umbrella Facility for Gender Equality” (UFGE) un fondo fiduciario administrado por el Banco Mundial para promover la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres a través de la experimentación y la creación de conocimiento para ayudar a los gobiernos y al sector privado a enfocar políticas y programas en soluciones escalables con resultados sostenibles. El UFGE cuenta con el apoyo de generosas contribuciones de Australia, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Alemania, Islandia, Irlanda, Letonia, los Países Bajos, Noruega, España, Suecia, Suiza, el Reino Unido, los Estados Unidos, la Fundación Bill y Melinda Gates y el Fondo Filantrópico Wellspring.
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