Proteger la selva tropical de la Amazonia es vital para preservar su papel de «pulmón del mundo». La selva tropical almacena dióxido de carbono de la atmósfera, funciona como foco de biodiversidad y mantiene estables las temperaturas regionales. Estos beneficios son valiosos para todos, sin importar dónde vivamos. Por esto, la Amazonia es un auténtico bien público; de hecho, su valor procede principalmente de la importancia que tiene para el mundo, que va más allá de lo que aporta a los países amazónicos. Sin embargo, como ocurre con muchos bienes públicos, protegerla requiere colaboración internacional, coordinación y una verdadera comprensión del riesgo de deforestación que acecha a la selva amazónica.
Junto con el Instituto de Investigación Ambiental de la Amazonia (IPAM), hemos desarrollado un modelo que puede decirnos dónde y en qué grado es más probable que se produzca la deforestación: el bosque en riesgo. Esto es relevante para una vigilancia eficaz y para generar incentivos legales y económicos que protejan la selva. Por ejemplo, debemos tener en cuenta el contexto particular de cada región —si la tierra es pública, privada o pertenece a los pueblos indígenas—, pero debemos también comprender el papel de los precios mundiales de la carne vacuna o la madera, que son importantes motores de la deforestación.
Fruto de esta nueva colaboración entre el Banco Mundial y el IPAM, la nueva publicación «Escenarios espaciotemporales de deforestación en la Amazonia Legal brasileña» identifica la conexión entre los ciclos macroeconómicos y las dinámicas locales de deforestación. El modelo proyecta las tasas de deforestación para el futuro próximo y calcula en el mapa dónde es más probable que se produzca. Solo conociendo de antemano el bosque en riesgo se pueden diseñar y ejecutar medidas para protegerlo más eficazmente.
Tres escenarios de deforestación
El escenario habitual (BAU) reconoce que los factores macroeconómicos, junto con las iniciativas de política y las variables regionales, influyen en la deforestación. En una publicación anterior, se analizó el impacto de los precios internacionales de los productos básicos y el tipo de cambio efectivo real sobre las presiones de deforestación en la Amazonia Legal de Brasil. Utilizando esta relación empírica, el estudio define un punto de referencia para cuantificar la deforestación proyectada si no se implementan políticas. Este punto de referencia es esencial para evaluar la eficacia de las acciones de política. Una serie de dos partes destacó la importancia de un punto de referencia de deforestación fiable para un bono vinculado a la sostenibilidad para la Amazonia.
Para 2022, el escenario BAU proyectaba una deforestación de 9619 km2, mientras que los datos de PRODES indicaron una pérdida real de 12 695 km2: un 32 % más de lo previsto. Esta discrepancia entre los niveles de deforestación proyectados y observados puede indicar una laxitud en la aplicación de políticas medioambientales en los años anteriores a 2022. Según indican las investigaciones, de hecho, la gestión ambiental se debilitó durante el anterior gobierno federal, lo que ha suscitado críticas generalizadas a escala nacional e internacional. El escenario del nivel de referencia histórico (HRL) proyecta hacia el futuro las tasas pasadas de pérdida de bosques, como sucede con el valor de referencia de la REDD+. Si la deforestación se mantiene en la actual tasa de HRL, prevemos un aumento del 35 % en la deforestación para 2025 en comparación con el valor de referencia del escenario BAU. Esto sugiere que en este momento las condiciones macroeconómicas pueden ser favorables para lograr una mayor reducción de las tasas de deforestación si se ven acompañadas de medidas de política ambiental.
El escenario de gestión ambiental (GOV) examina el impacto de los posibles cambios políticos en las tasas de deforestación simulando una mayor protección de las zonas forestales a través de la acreditación.
¿Dónde se producirá la deforestación?
Determinar los focos de deforestación es fundamental a la hora de aplicar eficazmente políticas de preservación y prepararse para afrontar posibles fugas en regiones vulnerables. Si analizamos la deforestación con más detalle, cobran importancia los factores locales. Por ejemplo, el acceso al mercado para los agricultores amazónicos y la aptitud de la tierra para la agricultura influyen significativamente en el atractivo de la deforestación. La facilidad con que los agricultores pueden ampliar la producción o transportar mercancías para venderlas también se ve afectada por las condiciones biofísicas, como la pendiente, la altitud y la densidad de carbono de la tierra. Nuestro modelo incorpora estos factores para simular la deforestación local mediante un modelo espacial. Para 2022, nuestro modelo logró una precisión del 90 % en una cuadrícula de 20 km x 20 km, si comparamos la deforestación simulada y la observada.
Avancemos juntos: explore el tablero
Para compartir con el público las proyecciones espaciales para 2022-2025 de los tres escenarios, desarrollamos un tablero en línea disponible en este enlace: Tablero Bosque en Riesgo. Permite a los usuarios profundizar en las diferencias entre los años y observar cómo los escenarios de riesgo de deforestación interactúan con los territorios indígenas y las áreas de conservación. Si los complejos datos sobre futuras presiones de deforestación se vuelven accesibles y se ofrece una representación visual, esto puede servir de base para planificar y aplicar estrategias de conservación.
El tablero se actualizará anualmente a medida que se disponga de nuevos datos sobre las condiciones macroeconómicas proyectadas y la deforestación observada. Encontrará más información sobre las estrategias para contribuir a un Brasil más resiliente y descarbonizado en el Informe sobre el clima y el desarrollo del Banco Mundial y sobre cuánto la Amazonia necesita de un nuevo modelo económico para detener la deforestación en este memorando.
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