Los países de América Central y la República Dominicana se encuentran en un momento crítico para transformar sus economías, crear nuevos empleos y por consiguiente aliviar la pobreza. Lograr esto requiere abrazar el progreso tecnológico. Sin embargo, para aprovechar esta oportunidad, es crucial mejorar el capital humano y expandir el uso de la tecnología en el trabajo, según destaca el informe "El Futuro del Trabajo en América Central y la República Dominicana."
El informe indica que la automatización en los países más desarrollados puede llevar a la relocalización o reshoring, donde las empresas regresan la producción y la manufactura a sus países de origen. Esto ocurre porque la automatización reduce los costos laborales, alentando a las empresas a mantener o crear empleos en sus propios países en lugar de trasladar las operaciones al extranjero.
La automatización puede ser una oportunidad. Si los países de América Central y la República Dominicana toman las medidas adecuadas, estos países pueden atraer inversiones de alta calidad y fomentar la creación de empleos a través de nuevas tecnologías. Para lograrlo, mejorar la infraestructura tecnológica y el capital humano es esencial. Esto implica promover iniciativas que amplíen el acceso a la tecnología y mejorar los sistemas de educación y formación para orientar las habilidades demandadas en el mercado laboral.
Adaptarse o quedarse rezagados
El informe muestra que la adopción de robots en Estados Unidos tuvo un impacto negativo en los mercados laborales de algunos países de la región, probablemente porque las empresas decidieron no trasladar sus operaciones al extranjero o redujeron sus operaciones existentes, reduciendo así las oportunidades laborales en la región. En Costa Rica, por ejemplo, la adopción de robots en Estados Unidos generó un mínimo aumento en el desempleo de 0,2 puntos porcentuales para los trabajadores que contaban con niveles educativos bajos y medios.
El informe también analiza el impacto del desarrollo tecnológico en los mercados laborales de América Central, señalando que muchos países no han aprovechado plenamente los avances tecnológicos ni sus beneficios. Pero ¿por qué no han podido capitalizar esta ola de progreso? Principalmente, se debe a la baja penetración y difusión de la tecnología y la urgente necesidad de mejorar la calidad educativa.
Los trabajos del futuro, aquellos que requieren conocimientos y una considerable interacción social, están creciendo en la región, pero los trabajos manuales y de cuello azul, es decir lo que requieren habilidades más manuales y rutinarias, aún dominan. Actualmente, la región se caracteriza más por el empleo agrícola que por la manufactura asistida por robots.
En comparación con Estados Unidos, los empleos en Panamá, Costa Rica y la República Dominicana son un 31% menos intensivos en tareas de conocimiento y análisis, como la evaluación de riesgos o la planificación estratégica. La baja adopción tecnológica también se refleja en el uso limitado de computadoras e Internet por parte de los trabajadores. Guatemala tiene el uso menos frecuente de computadoras o Internet (4%) entre los trabajadores, seguido de Honduras (5%), El Salvador (8%), Costa Rica (12%) y Panamá (13%), mientras que en Estados Unidos este porcentaje alcanza el 27%.
Desafíos y oportunidades
Aunque el trabajo remoto y los empleos de tipo gig están ganando terreno, su alcance sigue siendo limitado. En Costa Rica, durante la pandemia, el trabajo remoto aumentó del 8% del empleo en 2019 al 18% en 2021. Sin embargo, en la República Dominicana, solo el 2% de la población empleada puede clasificarse como teletrabajadores.
Otro desafío clave es la falta de habilidades complementarias a la tecnología entre los trabajadores. Menos del 30% de la población activa posee niveles educativos altos que complementan las nuevas tecnologías. En la República Dominicana, el 40% de los empleadores informan dificultades para cubrir vacantes debido a la falta de habilidades o experiencia necesarias. Los datos de LinkedIn en Panamá y Costa Rica muestran que las habilidades tecnológicas están por detrás del promedio global en muchas industrias.
Aprovechar la tecnología para el progreso
Sin embargo, no todo son malas noticias. El informe presenta una serie de acciones que los países pueden implementar para beneficiarse del desarrollo tecnológico.
Primero, es crucial lanzar iniciativas que amplíen el acceso y uso de la tecnología. Implementar proyectos piloto que alienten a las pymes a utilizar plataformas digitales es un buen punto de partida.
Además, es esencial mejorar los sistemas educativos. Estas mejoras deben enfocarse en desarrollar habilidades fundamentales, incluidas las digitales básicas y orientarse hacia las nuevas demandas que permitan preparar la fuerza laboral para los desafíos y oportunidades del futuro.
A corto plazo, los responsables de políticas pueden explorar modelos que amplíen el acceso de los trabajadores de plataformas a la protección social. Dado la naturaleza de los empleos en la subregión – tienden a ser temporáneos y a tiempo parcial – la mayoría de estos trabajadores ahora no tiene acceso a una red de seguridad. A largo plazo, es importante dejar de depender exclusivamente de las relaciones tradicionales empleador-empleado para financiar y proporcionar protección social.
Según el informe, la automatización, a pesar de causar disrupciones, tiene el potencial de crear nuevos empleos, incluso para los trabajadores menos calificados. Sin embargo, para que este potencial se convierta en realidad, los países deben primero atender importantes desafíos. La clave radica en prepararse y adaptarse al progreso tecnológico. Con políticas adecuadas e inversión en educación y tecnología, América Central y la República Dominicana pueden aprovechar esta ola de progreso para transformar sus economías y mejorar la vida de sus ciudadanos, y construir así un futuro más próspero y equitativo para todos.
Descarga el reporte completo: 'El futuro del Trabajo en América Central y la República Dominicana'.
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