El turismo es más que una industria en el Caribe; es una forma de vida, una columna vertebral económica y, para muchos, un boleto para salir de la pobreza. Según el Consejo Mundial de Viajes y Turismo, el turismo aportó un promedio del 11,4 por ciento al PIB de la región en 2023 y generó más de 2,75 millones de empleos, lo que representa el 15,1 por ciento del empleo total en el Caribe. También desempeña un papel fundamental en el impulso del empleo para las mujeres y los jóvenes. En Santa Lucía, por ejemplo, más del 55 por ciento de los trabajadores jóvenes (de 15 a 24 años) están empleados en el turismo. Las mujeres en el Caribe representan entre el 57 y el 70 por ciento de la fuerza laboral en los servicios de alojamiento y alimentación, muy por encima del promedio mundial del 54 por ciento.
A pesar de su escala, el sector no siempre está a la altura de su potencial para proporcionar empleo de alta calidad, inclusivo y resiliente. Aunque el número de puestos de trabajo es importante, también lo es su calidad.
¿Cómo puede el turismo crear más y mejores empleos en el Caribe?
El informe reciente del Banco Mundial, Repensar el turismo en el Caribe: Estrategias para un futuro más sostenible (i), utiliza un Índice de Calidad del Empleo (ICJ) multidimensional para evaluar los empleos en el sector turístico en Barbados, República Dominicana, Granada y Santa Lucía. El JQI mide la calidad del empleo a través de cuatro dimensiones clave: ingresos, beneficios laborales, estabilidad laboral y condiciones de trabajo.
El análisis revela matices importantes en la calidad de los empleos turísticos en el Caribe. Si bien los empleos en el sector turístico tienden a ser de mayor calidad que los del sector primario, generalmente van a la zaga de la calidad de los empleos en la industria y otros sectores de servicios. Santa Lucía se destaca como una excepción, ya que los empleos en el sector turístico ocupan el primer lugar en la calidad general del empleo en todos los sectores.
Los empleos en el turismo tienden a ofrecer condiciones laborales similares (excepto en República Dominicana) y más beneficios que los de otros sectores (excepto en Barbados). Sin embargo, los empleos en el sector turístico son menos estables que los de otros sectores. Esto refleja la exposición del sector a los cambios estacionales y a las perturbaciones externas.
La calidad de los empleos turísticos varía según los grupos de población y las ubicaciones. Para los jóvenes, el turismo a menudo ofrece empleos que son comparables o incluso superiores (en Barbados y Santa Lucía) a los de otros sectores, lo que sugiere su potencial como un punto de entrada significativo al mercado laboral. Sin embargo, en todos los sectores, los trabajadores jóvenes siguen teniendo los empleos de menor calidad en comparación con los grupos de mayor edad.
A pesar de estar sobrerrepresentadas en el sector, las mujeres se enfrentan sistemáticamente a una calidad laboral inferior a la de los hombres, con mayores brechas en el turismo en comparación con otros sectores en Granada y la República Dominicana. También persiste una marcada brecha entre lo urbano y lo rural, ya que los empleos turísticos en las zonas rurales ofrecen menor calidad que los de los centros urbanos, una disparidad que es más pronunciada que en otros sectores.
Por lo tanto, si bien el sector turístico ofrece amplias oportunidades de empleo, especialmente para quienes buscan empleo por primera vez, la naturaleza de estos empleos, incluido el empleo inseguro, dificulta que los trabajadores asciendan en la escala económica o desarrollen resiliencia frente a las crisis. A menudo, el sector funciona como una puerta giratoria: alta rotación, baja retención y pocas trayectorias profesionales a largo plazo.
El Índice de Calidad del Empleo fue estimado por personal del Departamento Global de Pobreza y Equidad siguiendo la metodología propuesta por Hovhannisyan et al. (2022). Los microdatos de los países se han recopilado y armonizado a partir de las encuestas de presupuesto familiar y las encuestas de condiciones de vida. Los países se incluyeron en el análisis sobre la base de la disponibilidad de datos.
Repensar el turismo del Caribe para obtener mejores empleos
La pandemia expuso la profunda fragilidad del sector turístico, con la pérdida de más de 700.000 puestos de trabajo en el Caribe en 2020, una dura llamada de atención. Los países deben ahora mirar más allá del número de visitantes y centrarse en el impacto real del sector en el empleo, los ingresos y los medios de vida. Por lo tanto, hay que poner la calidad del empleo en el centro de la política turística.
Para liberar todo el potencial del sector, los gobiernos del Caribe pueden llevar a cabo una serie de acciones. Esto incluye ofrecer incentivos para la formalización, como la simplificación del registro de empresas y la desgravación fiscal para las empresas turísticas, especialmente los operadores pequeños y comunitarios. El fortalecimiento de las inspecciones laborales y la promoción de estándares de turismo responsable también son fundamentales.
Invertir en formación específica para el turismo es primordial. La pandemia aceleró un cambio hacia la sostenibilidad y la digitalización en el turismo, abriendo oportunidades de trabajo en áreas como el turismo sostenible, los servicios de TI, la atención al cliente a distancia y las plataformas digitales. Para satisfacer estas demandas cambiantes de la industria, se necesita capacitación. Las políticas incluyen la actualización de los planes de estudio de formación profesional y la creación de trayectorias profesionales claras para retener el talento.
El fortalecimiento de los vínculos económicos locales es esencial para que el crecimiento del turismo sea más inclusivo. Esto implica conectar más estrechamente a las empresas turísticas con las cadenas de suministro nacionales, como los agricultores locales, los artesanos y los proveedores de servicios.
Por último, las asociaciones público-privadas eficaces son cruciales para crear mejores puestos de trabajo en el sector. En Santa Lucía, donde la calidad general del empleo es la más alta, existe una participación activa del sector privado a través del Fondo de Mejora del Turismo, una iniciativa voluntaria dirigida por la Asociación de Hospitalidad y Turismo de Santa Lucía, que apoya proyectos de desarrollo comunitario, conservación del medio ambiente y capacitación de la fuerza laboral.
El Caribe tiene una ventaja inigualable: impresionante belleza natural, riqueza cultural y proximidad a mercados clave. El turismo puede seguir siendo el motor de desarrollo más poderoso de la región, pero solo si sirve mejor a las personas que lo sustentan.
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