Buenos Aires, una ciudad de contrastes que trabaja para integrar los asentamientos informales

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Trabajos de infraestructura en Barrio 31, Buenos Aires Trabajos de infraestructura en Barrio 31, Buenos Aires

Buenos Aires es una ciudad de contrastes.  Se encuentra entre las más habitables de América Latina y se posiciona entre las 25 principales ciudades de mejor desempeño en el mundo, como resultado de la implementación de políticas públicas innovadoras, junto con inversiones significativas a lo largo de la última década. Una ciudad con una rica vida cultural, que alberga a uno de los mejores teatros líricos y a una de las librerías más hermosas del mundo

Pero hay otra cara de la ciudad que no es tan conocida por los extranjeros. La falta de vivienda asequible en el Área Metropolitana de Buenos Aires es un grave problema y los asentamientos informales han aumentado. En la metrópolis se encuentra alrededor del cuarenta por ciento de las familias del país que habitan en asentamientos informales. Se estima que un 25 por ciento de la población vive en la pobreza. Hay diferencias significativas entre el núcleo central de la metrópolis, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, y los municipios del conurbano bonaerense donde, por ejemplo, los índices de pobreza son tres veces superiores.

A fin de abordar este desafío que limita la calidad de vida de la ciudad, así como su potencial de crecimiento sostenible, los Gobiernos de la Ciudad y de la Provincia de Buenos Aires, con el firme apoyo del Gobierno Nacional, han emprendido programas ambiciosos de mejora de los barrios vulnerables más grandes.

El Banco Mundial apoya estos esfuerzos desde 2017 a través del Proyecto de Transformación Urbana del Área Metropolitana de Buenos Aires, que financia intervenciones urbanas integrales en el emblemático Barrio 31, en el centro de la ciudad, y en el Barrio Carlos Gardel, en el Municipio de Morón.

Ahora el Banco Mundial está ampliando este apoyo a través de un Financiamiento Adicional a la Provincia de Buenos Aires para la implementación de su Plan para la Integración Social y Urbana de los Asentamientos Informales y Precarios, mediante un enfoque integral y multi jurisdiccional. 

En una primera fase, y con la colaboración del Banco Mundial, el Gobierno está trabajando en la mejora de 20 barrios vulnerables en nueve municipalidades, incluidas las Villas Itatí y Azul en el Municipio de Quilmes, y la Carlos Gardel en Morón.

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Vecina del Barrio 31

En el Barrio 31, la implementación avanza rápido y, después de casi dos años y medio, podemos extraer algunas lecciones iniciales:

  1. Brindar mayores beneficios sociales y económicos a través de un enfoque integral. Además de las inversiones transformadoras en infraestructura, la Ciudad invierte en capital humano, desarrollo económico local, y mejora de las viviendas en el Barrio 31. Este enfoque integral asegurará que los residentes no solamente se vean favorecidos por un mejor acceso a los servicios, sino que también obtengan beneficios sociales y económicos.
  2. Poner a los ciudadanos en el centro del diseño. Desde su inicio, el plan de desarrollo integral del Barrio 31 incluyó la participación ciudadana como elemento central.  La ley que rige el proceso de mejora exige el compromiso de los habitantes en todas las fases de planificación e implementación.
  3. Balancear la planificación y la acción en el terreno para mostrar resultados tempranos. Puede llevar muchos años completar las inversiones para la mejora urbana. A fin de obtener logros tempranos y aprovechar el apoyo de la comunidad, el gobierno llevó a cabo una serie de intervenciones iniciales, lo que incluye mejoras del espacio público, el establecimiento de una ventanilla única de servicios comunitarios, y la creación de un centro de capacitación denominado Centro de Desarrollo Emprendedor y Laboral - CeDEL, que ayuda a los residentes y emprendedores locales a desarrollar sus habilidades. 
  4. Establecer una estructura institucional adecuada y una gran presencia territorial. La ciudad estableció la Secretaría de Integración Social y Urbana como entidad encargada de orientar el proceso de mejora. Con más de 500 empleados, esta unidad tiene una presencia permanente en el barrio, con alrededor de 200 empleados en el terreno, que ayudan a asegurar la participación y el apoyo de la comunidad. La Secretaría responde directamente a la oficina del Jefe de Gobierno, lo que permite una mejor coordinación entre los actores del gobierno local. 
  5. Crear oportunidades para la innovación. La transformación del Barrio 31 ha ofrecido diversas oportunidades para comprobar los nuevos enfoques para el desarrollo.  Por ejemplo, el CeDEL fue el primer proyecto de la Argentina en obtener la Certificación EDGE, un sistema de certificación que se centra en lograr una mayor eficiencia de los recursos en edificios residenciales y comerciales en países con mercados emergentes.  Las viviendas nuevas para el reasentamiento de la población, en el marco del proyecto financiado por el Banco Mundial, también han recibido esta certificación. Por otro lado, McKinsey.org seleccionó al Barrio 31 como proyecto piloto global,  para una nueva iniciativa dirigida a sensibilizar a los habitantes a fin de mejorar la gestión de residuos en el barrio. Hasta el momento, la experiencia piloto ha trabajado con aproximadamente 500 hogares, y logró un 30 por ciento de tasa de reciclado de materiales secos como plástico, papel y vidrio. 


Estas lecciones aprendidas – y las actividades de intercambio de conocimientos entre ambos niveles de gobierno- sirvieron como base para el programa provincial que el Banco Mundial acompaña en Villa Itatí, Villa Azul y en el Barrio Carlos Gardel; y pueden resultar relevantes para otros países que se enfrentan a retos similares en la construcción de ciudades sostenibles e inclusivas. 


Autores

Beatriz Eraso Puig

Especialista sénior en Desarrollo Urbano

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