Cómo garantizar el acceso al agua para reducir la desigualdad en Centroamérica

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Juan Ángel Sandoval, habitante del municipio hondureño de Siguatepeque, hace cuatro años recibía agua en casa solo tres veces a la semana. La suya no era una realidad aislada. La mayoría de vecinos de Buenos Aires, su barrio, estaban en la misma situación. “Era desagradable porque el agua que llegaba no era suficiente”, señala Juan Ángel.

Actualmente, la mayoría de personas de este barrio disponen de 20 horas de agua potable al día y algunos vecinos incluso la reciben de forma continua las 24 horas. Ello ha sido posible gracias a mejoras realizadas en el acueducto de la ciudad, algo trascendental porque, como señala Juan Ángel “el agua es vital para vivir”. Estos cambios fueron posibles gracias al Proyecto de Modernización del Sector de Agua y Saneamiento (Promosas), una iniciativa del Gobierno de Honduras que fue apoyada por el Banco Mundial (BM).

Hoy, Día Mundial del Agua, reconocer estos avances resulta crucial. Pues el agua es un elemento esencial del desarrollo ya que juega un papel clave en la reducción de la pobreza y la desigualdad, así como en el crecimiento inclusivo de los países. También tiene consecuencias directas sobre la salud de las personas y el medio ambiente. Es por ello que es un componente central del programa del Banco Mundial en Centroamérica, una región que ha logrado avances pero que todavía enfrenta retos.

Un ejemplo es el progreso registrado en los últimos años en relación con la cobertura de agua potable. Según los Indicadores de Desarrollo Mundial del BM, en El Salvador esta cifra es actualmente del 94%, lo cual supone un importante avance respecto al 70% que se registraba en 1990. De forma similar, en 2015 el acceso a agua potable en Honduras y Panamá llegó al 91% y 95% respectivamente, un incremento en comparación al 73% y 84% que se registraba en 1990.

Sin embargo, la región todavía enfrenta algunos retos. Uno de ellos es que los países centroamericanos deberán invertir al menos el 0.41% de su PIB anual para poder alcanzar los compromisos asumidos dentro de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS), según el informe “ Monitoreo de los Avances del País en Agua Potable y Saneamiento” (MAPAS), de 2014. Esto se refiere a inversiones no solo para desarrollar proyectos de nuevos servicios, sino también para rehabilitar los existentes.

Este documento, promovido por el Foro Centroamericano y de la República Dominicana de Agua Potable y Saneamiento (FOCARD-APS) y que contó con el respaldo del Banco Mundial, también identifica otros desafíos. Por ejemplo, en El Salvador, el hecho de que la población crezca más que la tasa de expansión de los servicios de agua y saneamiento podría poner en peligro los avances realizados hasta el momento.

En Honduras, todavía existen retos en cuanto a la calidad y el desempeño regular de los servicios mientras que en Panamá las zonas rurales y periurbanas siguen en gran medida desatendidas. En Guatemala, más del 53% de la población carece de acceso a saneamiento mejorado, lo cual puede afectar la salud de las familias y el medio ambiente, según el “Diagnóstico de Agua, Saneamiento e Higiene y su relación con la Pobreza y la Nutrición en Guatemala”, presentado recientemente.
 
Para ayudar a los países a avanzar en este sector, el Banco Mundial apoya a los gobiernos a través de:
  • Proyectos de inversión. Como el mencionado Promosas, que apoyó la descentralización de nueve servicios de agua y saneamiento en Honduras, lo cual permitió mejorar los servicios de agua para 108,000 familias y saneamiento para otras 3,786. En Panamá el Proyecto de Gestión de las Aguas Residuales en Burunga contribuye a mejorar el acceso a los servicios de alcantarillado en la zona Oeste y fortalece la capacidad de gestión de las aguas residuales de las principales instituciones del sector. Asimismo, en Guatemala el acceso a agua es un componente fundamental del proyecto de lucha contra la desnutrición Crecer Sano y en Honduras del trabajo para apoyar la seguridad alimentaria en el Corredor Seco.
  • Asistencias técnicas. Como el apoyo a la implementación del Plan Nacional de Recursos Hídricos en Nicaragua, a través del cual se creó un grupo multisectorial integrado por diferentes agencias relacionadas con el agua, que contribuye a la realización de actividades y el desarrollo de instrumentos para cumplir ese plan, cuyo objetivo es mejorar la disponibilidad y la calidad del agua y proteger los recursos subterráneos. Otro ejemplo es la “Agenda Regional Centroamericana y Planes de Acción”, con la cual se apoya a los gobiernos del istmo a lograr los ODS en cuanto al saneamiento universal para 2030.
  • Conocimiento. A través de los diagnósticos sistemáticos, preparados previo a las estrategias de asistencia con cada país, y los análisis de gasto público social, así como con otros informes como el mencionado MAPAS y el Diagnóstico de Agua, Saneamiento e Higiene y su relación con la Pobreza y la Nutrición en Guatemala.
A través de estos instrumentos esperamos poder apoyar a Centroamérica a cerrar las brechas existentes en el acceso a agua y saneamiento entre diferentes poblaciones. Pues las carencias en esta área siguen afectando particularmente a las poblaciones pobres, indígenas y del área rural. Lo hacemos actuando en cuatro sectores: seguridad hídrica, resistencia en el Corredor Seco, acceso a agua para las comunidades más vulnerables y saneamiento urbano.

Con todo ello buscamos garantizar el acceso al agua y reducir las desigualdades, mantener los recursos hídricos y mitigar los riesgos derivados del agua frente a los cambios globales, objetivos todos ellos que hoy más que nunca resultan una prioridad para Centroamérica.
 

Autores

Seynabou Sakho

Directora de Estrategia y Operaciones

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