¿Cómo los emprendedores han impulsado la recuperación económica de Ecuador?

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Emprendedor en su taller arreglando bicicleta en las calles de Quito, Ecuador Emprendedor en su taller arreglando bicicleta en las calles de Quito, Ecuador

Nuevas cafeterías, tiendas de abarrotes formalizadas, emprendimientos digitales y cientos de otros negocios. Ese es el producto del trabajo de más de 22.000 ecuatorianos y ecuatorianas que recurrieron a las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS) para constituir sus empresas, o formalizarlas, y contribuir con el país, incluso durante la pandemia de la COVID-19.

Las SAS, han sido atractivas para todo tipo de empresarios por su facilidad de incorporación a un costo cero y su flexibilidad de operación, entre otras ventajas.  De la misma forma, han incentivado la formalización de empresas. A través de una encuesta realizada por la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros (Supercias), se conoció que los empresarios que realizaban algún tipo de actividad económica antes de convertir su emprendimiento en SAS, optaron por este modelo societario para mejorar la imagen de sus emprendimientos; acceder a créditos para fortalecer y expandir sus negocios; y poder afiliar a sus empleados a la seguridad social.

En estos dos primeros años, el 29% de las SAS tiene a una mujer como representante legal y el 41% cuenta con al menos una mujer accionista.  Además, más de 600 SAS, han podido acceder a créditos, con una cartera vigente de 136 millones de dólares. Incluso las nuevas SAS, han comenzado a participar en procesos de licitación de contratación pública.

Las Sociedades por Acciones Simplificadas (SAS) resultan una forma fácil y rápida para constituir y operar una empresa y así acceder a créditos y otros beneficios que permiten fortalecer y expandir los negocios

Por otra parte, el Servicio de Rentas Internas (SRI) ha recaudado alrededor de 218 millones de dólares por concepto de obligaciones tributarias solamente de las SAS, y se ha logrado que se registren cerca de 25 mil trabajadores en el Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS), de los cuales casi el 40% han sido mujeres. El comercio es el sector que más se ha beneficiado con un 26,6% de SAS constituidas del total general, seguido por el sector de actividades profesionales, científicas y técnicas con una participación del 19% en compañías SAS constituidas.

Las SAS desde la concepción hasta la implementación han sido producto de una iniciativa del Gobierno de Ecuador que ha contado con el apoyo continuo tanto del sector privado como del Banco Mundial.  Particularmente, el Banco Mundial ha colaborado activamente con la Supercias en todo el proceso de constitución, implementación, capacitación y socialización de esta figura societaria compartiéndoles las buenas practicas internacionales en la materia societaria.

Parte del éxito de las SAS se ha debido a la información y capacitación que se ha ofrecido al sector privado. Por ejemplo, el desarrollo de informes de medición de desempeño, la creación de una encuesta de satisfacción para el sector privado; manuales para los usuarios externos y para los analistas de la institución; cursos de formación en línea; y una campaña de comunicación continua para dar a conocer la SAS, explicar sus alcances y beneficios y así incentivar el uso de este tipo de empresa.

Desde mayo de 2020, se ha visto cómo ha ido creciendo el número de compañías SAS creadas en el país ayudando de esa manera a la recuperación económica de Ecuador y la tendencia continua al alza, desplazando a otros tipos societarios tradicionales como la Sociedad de Responsabilidad Limitada y la Sociedad Anónima. En promedio, alrededor de 1.300 compañías nuevas se crearon mensualmente desde esta fecha, siendo la mayoría de estas, SAS, promedio significativamente mayor que antes de la existencia de esta figura societaria en el país (figura 1).

Figura 1: Las SAS han impulsado la recuperación económica del país  al incentivar la generación de empresas
Fuente: Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros de Ecuador

Las SAS pueden ser beneficiosas en otros países del mundo si se adoptan apropiadamente.  Podrían ser particularmente útil en las economías en desarrollo y emergentes donde existe una necesidad creciente de flexibilidad societaria y nuevos vehículos corporativos fáciles de incorporar y operar. Ecuador, sin lugar a duda, es un ejemplo a seguir.

La historia de la SAS, no termina aquí, esperamos los siguientes capítulos.


Autores

Christian De la Medina Soto

Especialista en Desarrollo del Sector Privado

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