¿Cómo pueden los países apoyar el crecimiento y mejorar los niveles de vida en todas las regiones?

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Territorial development in LAC
View from San Bernardo Hill in Salta, Argentina. IStock

¿Qué sucede cuando las personas y la actividad económica se concentran en unas pocas ciudades dentro de un país?  Desde una perspectiva económica, sabemos que en general esta concentración puede ser positiva: las condiciones de vida pueden mejorar, las tasas de pobreza pueden disminuir, las empresas pueden aprender unas de otras y se pueden establecer conexiones entre trabajadores y empresas.

Pero, ¿qué pasa con aquellas personas que se quedan estancadas en regiones rezagadas donde no hay oportunidades?  Es más difícil para ellos acceder a puestos de trabajo y tener una buena calidad de vida.  A menudo, esto puede traer descontento y malestar social.

Para asegurar que las oportunidades lleguen a todos los rincones de un país y a todos los ciudadanos dentro de sus fronteras, es necesario un enfoque de Desarrollo Territorial en el diseño de políticas públicas . Esto significa aplicar políticas diferenciadas a necesidades diferenciadas, destacando la importancia de programas que tengan en cuenta la interdependencia entre diferentes sectores (por ejemplo, haciendo coincidir las inversiones en pavimentación de carreteras con la ubicación de las escuelas) y las relaciones entre los diferentes niveles de gobierno.

 

 

Para aplicar este enfoque territorial, el primer paso es evaluar el desarrollo del país en tres dimensiones clave:

  • Escala, porque las personas y las empresas a menudo se concentran en unos pocos lugares, lo que demuestra que la proximidad es valiosa.
  • Especialización, porque cuando los lugares están mejor conectados, pueden especializarse en lo que mejor producen, o diversificarse e innovar, lo que permite que los beneficios de la concentración se difundan espacialmente.
  • Convergencia, porque la concentración espacial de personas y empresas se puede aprovechar para mejorar las condiciones de vida en todas partes, permitiendo la convergencia de los niveles de vida en todo el territorio.

El análisis de estas tres dimensiones en un país puede ayudar a los formuladores de políticas públicas a identificar y priorizar las políticas que apoyen al mismo tiempo tanto el crecimiento económico como el mejoramiento de la calidad de vida en todos los territorios.  El desafío para los formuladores de políticas públicas es conciliar estos dos objetivos.

Pero, ¿cómo pueden hacer esto?  Nuestro informe “Desarrollo Territorial en Argentina” (Volumen 1 - Diagnóstico de los retos como primer paso para mejores políticas públicas y Volumen 2 - Políticas diferenciadas para reducir disparidades y potenciar el crecimiento económico) aborda esta interrogante.

El informe diagnostica el desempeño de Argentina en esas tres dimensiones utilizando una amplia gama de indicadores; identifica los principales obstáculos para conciliar los objetivos de apoyar el crecimiento económico y mejorar los niveles de vida; y extrae las principales lecciones de los instrumentos utilizados en más de 20 países para reducir las desigualdades territoriales.

Estos instrumentos incluyen la introducción de marcos institucionales en Australia y la Unión Europea que empoderan a los gobiernos subnacionales para elegir los instrumentos de política que mejor se alineen con sus necesidades; instrumentos basados ​​en el desempeño de los gobiernos para mejorar la prestación de servicios y fortalecer las capacidades locales en el Reino Unido;  o mecanismos de financiamiento con objetivos claros para promover inversiones en infraestructura básica en Perú o lograr la convergencia y el crecimiento en la Unión Europea.

Si bien el inventario de instrumentos no es exhaustivo, sí destaca las herramientas comúnmente utilizadas para promover el desarrollo territorial y evalúa sus fortalezas y debilidades para extraer lecciones que puedan informar las políticas públicas.  Una vez que se identifican los principales obstáculos para promover el crecimiento económico y la convergencia en calidad de vida, podemos diseñar el instrumento apropiado para utilizarlo en el contexto adecuado.

Nuestro análisis de estos casos internacionales apunta a la importancia de tres pilares para posibilitar el desarrollo territorial: instituciones eficientes y efectivas, capacidades sólidas y alineación del financiamiento  para cumplir con las responsabilidades. Un Programa de Desarrollo Territorial integral puede reunir estos estos tres pilares ayudando a construir mejores instituciones. Este Programa puede proporcionar el marco para que los gobiernos subnacionales tomen la iniciativa en el diseño e implementación de soluciones en sus territorios, coordinando inversiones de diferentes sectores y permitiendo en última instancia que los beneficios del desarrollo lleguen a todos, en todas partes.

 


Autores

Diana Tello Medina

Especialista en Desarrollo Urbano en el Banco Mundial

Nancy Lozano Gracia

Economista senior en la práctica de Desarrollo Urbano, Rural, Social y Resiliencia

Beatriz Eraso Puig

Especialista sénior en Desarrollo Urbano

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