Conectividad contra el rezago económico y social

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Mujer busca señal de internet en un cerro en Lima, Perú Mujer busca señal de internet en un cerro en Lima, Perú

Si hay algo que la pandemia de COVID-19 ha demostrado es la importancia fundamental de las tecnologías digitales. Debido al distanciamiento social, la conectividad ha permitido a las personas mantenerse informadas, trabajar, estudiar y conservar su bienestar mental y físico. Sin embargo, quienes no tienen acceso a Internet están en una gran desventaja económica y social .  En la región de América Latina y el Caribe, el acceso a banda ancha de Internet no llega al 50% de la población, lo que se traduce en exclusión digital y menos oportunidades para muchos.

Las tecnologías brindan una oportunidad para que los países aceleren su crecimiento y conecten a los ciudadanos con servicios y empleos. Además, pueden desbloquear soluciones innovadoras para los desafíos de desarrollo más complejos. La economía digital equivale al 15.5% del producto interno bruto (PIB) mundial, creciendo dos veces y media más rápido que el PIB mundial en los últimos 15 años. 

Algunas acciones que los países podrían implementar para acelerar su integración en la economía digital son:

 

  • Desarrollar infraestructura confiable para garantizar un mejor acceso a Internet para todos. Es necesario que los países creen las condiciones adecuadas para expandir la conectividad fortaleciendo las regulaciones que permiten a las empresas conectarse y competir; así como creando instituciones capaces y responsables para producir los mayores beneficios posibles en términos de crecimiento, empleo y servicios.
  • Enseñar las capacidades digitales necesarias para participar en los cinco pilares de la economía digital: infraestructura, plataformas, emprendimientos, servicios financieros y habilidades. Priorizar la educación y el uso de la ciencia de datos, la computación en la nube, la inteligencia artificial y el análisis digital avanzado.
  • Fomentar la inclusión digital, principalmente de las mujeres de países en desarrollo, para aprovechar las oportunidades de crecimiento que hay en muchos sectores de la economía, promoviendo la innovación y mejorando la productividad.
  • Cerrar la brecha digital para aprovechar plenamente las oportunidades que ofrecen Internet y las tecnologías digitales. Aunque las nuevas tecnologías se están extendiendo rápidamente por todo el mundo, 4 mil millones de personas todavía carecen de acceso a Internet.
  • Prepararse para los trabajos del mañana que estarán ligados a los avances tecnológicos de la llamada cuarta revolución industrial. La innovación está cambiando radicalmente la naturaleza del trabajo y la región debe aprovechar la oportunidad para colocarse a la vanguardia y cosechar sus beneficios.

La “conectividad para todos” sigue siendo un objetivo primordial y un gran desafío. Invertir en las tecnologías digitales es importante para la recuperación económica de América Latina y el Caribe. Por ejemplo, el Proyecto de Transformación Digital del Caribe Oriental es el primero financiado por el Banco Mundial para apoyar en la recuperación posCOVID-19 a través del desarrollo de la economía digital en el Caribe. Busca aumentar el acceso a servicios, tecnologías y habilidades digitales por parte de gobiernos, empresas e individuos.

 La crisis por la pandemia ha demostrado que la conectividad es un bien público, por lo que es momento de buscar que las tecnologías digitales lleguen a todos.  La adopción de estas puede ayudar a los países durante la fase de recuperación al crear empleos e impulsar el crecimiento; de lo contrario, pueden quedar rezagados.


Autores

Carlota Molina

asociada de asuntos externos del Banco Mundial

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