De barrios marginales a vecindarios: cómo la eficiencia energética puede transformar la vida de los pobres en las zonas urbanas

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La Villa 31, un icónico asentamiento urbano en el centro de Buenos Aires, alberga a unas 43.000 personas pobres de la ciudad. En Argentina, paradójicamente, los barrios marginales urbanos se denominan “villas”, una palabra ligada generalmente al lujo en muchas partes del mundo.

Pero la Villa 31 está lejos de ser lujosa. La infraestructura deteriorada, la conectividad limitada, las viviendas precarias y la falta de servicios básicos de calidad dificultan la vida de sus residentes. Estas condiciones también contribuyen al alto consumo de electricidad por hogar, lo que se traduce en costosas facturas para el municipio que actualmente paga por este servicio.
Pero las cosas están cambiando.

Buenos Aires ha dado prioridad a la transformación de este asentamiento, emprendiendo un ambicioso plan no solo para mejorar su nivel de vida, sino para asegurar una integración social y urbana duradera con el resto de la ciudad. De esta manera, la Villa 31 dejará de ser un barrio marginal (villa) para convertirse en un vecindario, el Barrio 31.

Para transformar la Villa 31 es necesario un enfoque integral y multidisciplinario que incluya viviendas asequibles y cómodas, así como sostenibilidad ambiental, social y financiera. El Banco Mundial apoya esta reforma a través del Proyecto de Transformación Urbana del Área Metropolitana Buenos Aires.

En este rompecabezas, la eficiencia energética puede desempeñar un papel importante.

Con un fuerte compromiso de la ciudad de Buenos Aires, el objetivo es integrar las cuestiones de eficiencia energética en el plan de transformación de la Villa 31. El Banco Mundial proporciona asistencia técnica para lograr este fin, con el apoyo del Programa de Asistencia para la Gestión del Sector de Energía (ESMAP).

Lo que lleva a las autoridades de Buenos Aires a adoptar medidas de eficiencia energética es lo siguiente:

  • Las viviendas y una infraestructura con mayor eficiencia energética ayudarán a que más personas accedan a electricidad segura, confiable y asequible.
  • Modernizar los sistemas de aislamiento, calefacción y refrigeración no solo puede hacer que las casas sean más cómodas para vivir, sino que también puede ayudar a controlar el consumo de energía. Esto podría liberar recursos gubernamentales, que actualmente se gastan en subsidios a la electricidad, y destinarlos a otras prioridades.
  • A medida que la Villa 31 avance gradualmente hacia un servicio de eléctrico regulado, las medidas de eficiencia energética ayudarán a reducir el impacto de la transición al reducir los costos de la electricidad, que representan una parte importante de los ingresos de los hogares.
  • Los servicios dotados de eficiencia energética (por ejemplo, el alumbrado público) pueden tener menores costos de operación sin poner en riesgo la calidad.
  • Las inversiones en eficiencia energética residencial podrían servir de apoyo a las empresas locales al generar más oportunidades de empleo.
  • La mejora de la eficiencia energética contribuirá a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y, por tanto, aportará beneficios ambientales.

Mientras se elaboran los planes para la construcción de nuevas viviendas y la rehabilitación de las estructuras existentes, el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Horacio Rodríguez Larreta, inauguró en el Barrio 31 el Centro de Desarrollo Emprendedor y Laboral (CEDEL). Ahora trabaja desde su oficina en el CEDEL un día a la semana, lo que constituye una señal clara de que las cosas están cambiando.

 

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Antes y después del Centro de Desarrollo Emprendedor y Laboral (CEDEL)
Foto: Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires



Para aprovechar este impulso, el Grupo Banco Mundial ayudó a certificar el edificio CEDEL a través del sistema de certificación de edificación ecológica EDGE  (Excelencia en Diseño para Mayores Eficiencias) de IFC, también apoyado por ESMAP. Las autoridades de Buenos Aires, mediante capacitación, servicios de asesoría y acceso a un software gratuito, pudieron evaluar las características de eficiencia energética y de recursos del CEDEL. El edificio cumple con el estándar EDGE: el uso de un 20 % menos de energía, un 20 % menos de agua y un 20 % menos de energía incorporada en materiales en comparación con los edificios estándar de referencia de la ciudad.
 

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Horacio Rodriguez Larreta, jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, recibe la primera certificación EDGE de Argentina de parte del presidente ejecutivo del IFC, Philippe Le Houérou


La Villa 31 —y no los barrios más exclusivos de Buenos Aires— alberga ahora el primer edificio con certificación de edificación ecológica EDGE.

Pero las aspiraciones no terminan aquí.

Si el proyecto logra mejorar las condiciones de vida de las personas, construyendo viviendas eficientes en el uso de la energía y reduciendo las facturas de electricidad, la transformación podrá ser reproducida. Si es posible convertir la Villa 31 en el Barrio 31, ¿no sería posible hacer lo mismo con otros barrios vulnerables de la ciudad y de todo el país?

El Programa de Asistencia para la Gestión del Sector de Energía (ESMAP) es un fondo fiduciario mundial de múltiples donantes que otorga asistencia técnica. Es administrado por el Banco Mundial y copatrocinado por 13 donantes bilaterales oficiales. Para más información, visite: www.esmap.org. (i)
EDGE, una innovación de la Corporación Financiera Internacional (IFC), agiliza, facilita y hace más asequible que nunca la construcción ecológica en más de 130 mercados emergentes. Para más información, visite: www.edgebuildings.com. 


Autores

Martina Bosi

Economista superior especializada en energía, ESMAP

Beatriz Eraso Puig

Especialista sénior en Desarrollo Urbano

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