La región de América Latina y el Caribe mostró un enlentecimiento en la disminución de la mortalidad materna en la última década, agravado con el exceso de muertes maternas directas e indirectas en el marco de la pandemia por la COVID-19, que provocó un retroceso de 20 años en los indicadores de salud materna de la región. En la región muere una mujer por hora debido a complicaciones en el embarazo, parto o puerperio . Un informe técnico estima que casi 3.000 muertes maternas se pudieron haber evitado de no haber sido por el impacto de la pandemia sobre la prestación de los servicios de salud sexual y reproductiva. A esto se suma la disminución de las compras de materiales de salud por el sector privado, el desabastecimiento general y la reducción de la demanda de salud.
Para la región, una de las más inequitativas en salud, las muertes maternas son la expresión misma de esta inequidad en género, etnia, lugar de residencia, nivel educativo y nivel socioeconómico. Estudios previos a la pandemia indican mayor razón de mortalidad materna entre las mujeres indígenas, un fenómeno que el contexto de la pandemia, se estima, debió haber incrementado por la saturación de los sistemas de salud, las medidas de aislamiento y una merma de la calidad de la atención en las consultas de los servicios de salud reproductiva y, en particular, en las zonas rurales.
Tres datos que dan la razón:
- Entre 2020 y 2021, el 93% de las muertes maternas asociadas a la COVID-19 correspondió a mujeres indígenas y afrodescendientes.
- Un estudio en Brasil encontró que las mujeres de etnias diversas tienen 3,5 veces más probabilidades de morir por causas asociadas con la gestación que las mujeres blancas .
- Una revisión sistemática sobre el tema concluyó que las mujeres migrantes tienen el doble de probabilidades de morir por causas relacionadas a la maternidad .
No solo las mujeres de estas poblaciones ven vulnerado su derecho a la salud y a la vida, sino también sus familias y comunidades. Impedir estas muertes evitables tendrá un fuerte impacto en el desarrollo de los países de la región.
El Banco Mundial en América Latina y el Caribe apoya iniciativas en los países de la región que tienen mayor carga de mortalidad materna y financia investigaciones que permiten mejorar la evidencia sobre buenas prácticas y políticas costo efectivas, tales como en Honduras, Haití y Guatemala. Por ejemplo, en Honduras se apoyó en la organización e implementación de los comités de revisión de la mortalidad materna.
Situar la salud materna como un asunto prioritario
Es clave el compromiso de gobiernos y aliados estratégicos para abordar los distintos determinantes que inciden y aseguran la reducción de la morbi-mortalidad materna evitable. El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) 3, que busca garantizar una vida sana y promover el bienestar para todas las personas de todas las edades, alberga la meta de reducir la tasa mundial de mortalidad materna a menos de 70 por cada 100.000 nacidos vivos de aquí a 2030 .
Por su parte, la Agenda de Salud Sostenible de las Américas (ASSA), que adapta los objetivos mundiales a la región, define como meta la reducción de la razón de mortalidad materna en América Latina y el Caribe a menos de 30 por 100.000 nacidos vivos en todos los grupos poblacionales.
Según las estimaciones, la razón de mortalidad materna debido a la pandemia por COVID-19, en 2019 fue de 77 decesos maternos por 100.000 nacidos vivos y en 2020, de 88 por 100.000 nacidos vivos, con estimaciones preliminares indicando una razón aún más elevada en 2021.
Los datos y las intervenciones costo efectivas están disponibles para una enérgica acción de los gobiernos y sus socios estratégicos, convocando también a la sociedad para que proteja a mujeres y recién nacidos en nombre del desarrollo y la justicia social.
Es en este contexto que el Grupo de Trabajo Regional para Reducir la Mortalidad Materna (GTR) junto con otras agencias entre las que se cuentan el Banco Mundial y la Organización Panamericana de la Salud, lanzaron el pasado 8 de marzo la campaña Cero Muertes Maternas. Evitar lo evitable una iniciativa de alto nivel para reposicionar la salud materna en América Latina y el Caribe en 2023.
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