El gran paso para promover el desarrollo integral de la primera infancia

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En El Salvador cada día nacen, en promedio, 290 niños. No es una cifra menor para un país de 6 millones de habitantes de los cuales unos dos millones son niños, niñas y adolescentes. Son el futuro de una nación y que en 2040 representarán el 50 % de su fuerza laboral. Hoy, cuando las brechas económicas y sociales corren el riesgo de ampliarse aún más por la pandemia, tenemos una oportunidad valiosa para hacer una mayor y mejor inversión en esta nueva generación. La primera infancia es una ventana de oportunidades para influir en el desarrollo saludable de niños y jóvenes a mediano y largo plazo. El envejecimiento de la población, y su crecimiento más lento, agrega también urgencia a esta inversión.

En este contexto adverso, asegurarse de que estos niños crezcan sanos, y estén preparados para alcanzar su potencial y progresar en el futuro requiere de esfuerzos adicionales y bien articulados  en varias áreas clave de la gestión pública, incluyendo salud, nutrición, protección social, y todas las esferas que dan servicios a la primera infancia. 

El desafío es lograr que familias e instituciones públicas y privadas involucradas en la promoción del desarrollo infantil “hablen el mismo código”, para que sus esfuerzos a favor de la primera infancia sean coordinados, secuenciales y complementarios. Esto puede ser complicado cuando, por ejemplo, no existe una visión común sobre qué es el desarrollo infantil, cómo se mide, o cuando cada institución busca diferentes objetivos de desarrollo.

¿Por dónde empezar? Un buen primer paso es definir y homologar estándares de desarrollo y aprendizaje para la primera infancia, para que sean el código común para todos los servicios de atención para los más pequeños. Un ejemplo de ello es lo que se está haciendo en El Salvador, que está dando un gran paso hacia el desarrollo integral de sus niños y niñas.

 

Construir y asentar las bases del desarrollo de la primera infancia

En julio de 2020, El Salvador finalizó un importante proceso participativo de construcción de sus estándares de desarrollo y aprendizaje para niños y niñas de 0 a 7 años . Si bien en el país ya se habían definido unos estándares, no existía una apropiación suficiente ni estos criterios estaban homogeneizados entre todas las instituciones que trabajan con primera infancia.

Bajo el liderazgo de la Presidencia de la República y con el acompañamiento de la Alianza para el Aprendizaje Temprano, promovida por el Banco Mundial, el Gobierno de El Salvador convocó en enero de 2020 a una serie de talleres con representantes de diversas instituciones públicas, organizaciones no gubernamentales y gremiales que trabajan en atención a la primera infancia.

De este trabajo conjunto, consultado y validado con trabajadores y representantes técnicos de las instituciones que trabajan con la primera infancia a nivel nacional y local, se definieron estándares en cuatro áreas clave del desarrollo infantil temprano: 

                a.    Área de desarrollo personal y social, que incluye dimensiones como identidad, expresión emocional, autocuidado, juego y convivencia 
                b.    Área de desarrollo motor, incluyendo motricidad fina y gruesa
                c.    Área de comunicación y expresión, con aspectos de desarrollo como el lenguaje, la expresión gestual y oral y los lenguajes artísticos y tecnológicos
                d.    Área de relación con el medio, que incluye dimensiones como la lógica matemática, la relación con la naturaleza, el pensamiento científico y la relación con la familia y la sociedad, entre otros. 

Cada área establece referencias e hitos de desarrollo, según la edad de los pequeños, para verificar avances o identificar necesidades de acciones diferenciadas. Estos estándares, además de marcar un rumbo, son la piedra fundacional sobre la que se construirá un modelo de calidad que alcanzará a todos los servicios para la primera infancia.

La construcción de estándares de desarrollo y aprendizaje es el primer paso para la implementación de la nueva política de desarrollo de la primera infancia en El Salvador, llamada Crecer Juntos, que acompañará a los menores desde la gestación hasta los 7 años, utilizando un enfoque integral y secuenciado para las diferentes dimensiones del desarrollo infantil. 

 

Crecer Juntos, un enfoque integral para los más pequeños

La visión de Crecer Juntos es que los pequeños y sus familias tengan disponibles servicios esenciales universales de calidad, apropiados para sus edades, y que los niños y niñas con riesgos y vulnerables, o de familias en vulnerabilidad, reciban beneficios y servicios diferenciados y especializados, para potenciar su desarrollo. Es una decidida apuesta a favor de invertir en el capital humano, preparar a las nuevas generaciones para que prosperen y lograr, a la larga, un país con más equidad y con un mayor crecimiento económico. 

Para conseguirlo, se invertirá en un proceso de monitoreo personalizado de la trayectoria de desarrollo de cada niño, para lo cual los estándares son fundamentales. La definición de la política Crecer Juntos ha contado con el apoyo técnico del Banco Mundial y se basa además en una amplia experiencia internacional dentro y fuera de América Latina , incluyendo las políticas “Chile Crece Contigo”, “De Cero a Siempre” (Colombia), “Primero la Infancia” (Perú) y “Uruguay Crece Contigo”. Estas políticas comparten un enfoque integral y secuenciado para el desarrollo de la primera infancia, que ha inspirado a El Salvador en el desarrollo de Crecer Juntos.

Crecer Juntos es además un extraordinario instrumento de política para incrementar la inversión en la primera infancia hacia objetivos concretos de desarrollo integral. Además de movilizar recursos internos, se verá apuntalada por dos proyectos de inversión del Banco Mundial, “Crecer Sanos Juntos” y “Crecer y Aprender Juntos”, en salud y educación respectivamente.  

Con ellos, la implementación de Crecer Juntos continuará con muchos otros esfuerzos, como desarrollo de materiales de aprendizaje para niños, padres y cuidadores, capacitación para personal que atiende primera infancia, implementación de sistemas de gestión e interoperabilidad de información entre ministerios y provisión y monitoreo de servicios de nutrición en los Centros de Atención y Educación de la Primera Infancia.

Desde el Banco Mundial continuaremos fomentando oportunidades y trabajando con los demás países de la región para fortalecer las políticas de desarrollo de la primera infancia, a través de inversiones, asistencia técnica e intercambios de conocimientos. Nuestro objetivo es que todos los menores en la región se beneficien de esfuerzos coordinados, secuenciales e integrales para su pleno desarrollo.
 


Autores

Seynabou Sakho

Directora de Estrategia y Operaciones

Rita Almeida

Líder de Programa de Desarrollo Humano en Centroamérica, Grupo Banco Mundial

Enrique Alasino

Especialista sénior en educación

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