En América Latina, los cascos y las herramientas ya no son sólo para hombres

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En el Perú, el 27% de los trabajadores las empresas de mantenimiento de caminos rurales son mujeres
En el Perú, el 27% de los trabajadores las empresas
de mantenimiento de caminos rurales son mujeres.


Cuando maneje por las áreas rurales de Puno en Perú, de Caaguazú en Paraguay o de Granada en Nicaragua, no se sorprenda de ver a mujeres limpiando los caminos de piedras, o usando picos y palas junto a los hombres. De hecho, en los últimos 15 años, el número de mujeres que se han unido a las organizaciones encargadas del mantenimiento rutinario de los caminos en Latinoamérica se ha incrementado de manera significativa y, con esto, sus condiciones de vida han mejorado notablemente.

La realidad es que, como en otras regiones del mundo en vías de desarrollo, las mujeres, en comparación con los hombres, tienen un acceso limitado a oportunidades económicas y a puestos de toma de decisiones. Esto se debe a niveles de educación menores y a una visión más tradicional del rol de la mujer que en las zonas urbanas. De hecho, las mujeres de las zonas rurales quedan muy a menudo relegadas a las labores de reproducción, al cuidado de los hijos y al mantenimiento del hogar. Aparte de estas responsabilidades, ellas también suelen desempeñar ciertas labores en beneficio de la familia, tales como el cultivo de subsistencia, por los cuales no obtienen remuneración alguna, y que las obligan a ser económicamente dependientes de sus esposos. Promover actividades remuneradas para las mujeres es, por tanto, no sólo importante para asegurar su independencia económica, sino también para empoderarlas y permitirles ejercer su capacidad de acción y decisión.

Los proyectos de infraestructura han sido, pues, una pieza clave del proceso, contribuyendo a la creación de empleo para las mujeres dentro de un sector “tradicionalmente reservado para hombres”, como puede ser el de mejoras y mantenimiento de caminos.

El Banco Mundial ha sido pionero en la inclusión de las mujeres en los proyectos de infraestructura, particularmente en el sector de transporte, a través del Programa de Caminos Rurales II (entre el 2001 y el 2007), y el Programa de Transporte Rural Descentralizado (entre el 2007 y el 2013), ambos implementados en el Perú. Estos proyectos han ayudado a romper las barreras de género, promoviendo la participación de mujeres en las microempresas dedicadas al mantenimiento rutinario. Además, con el Proyecto de Mejoramiento, Gestión y Mantenimiento de la Red Vial del Paraguay, se crearon seis microempresas para el mantenimiento rutinario, y otras seis comenzarán a operar antes del cierre del proyecto en junio de 2015.

El éxito de estos programas ha llamado la atención del sector de transportes no sólo en Latinoamérica, sino también en otras regiones del mundo, como Europa y Asia Central, dónde ya se está considerando la integración de las mujeres en el sector.

Pero, ¿Cómo se consiguió llevar a cabo dicha integración con éxito? El conjunto de los proyectos siguieron los siguientes pasos generales para alcanzar el objetivo:

1. Incluir actividades específicas para incorporar a las mujeres en distintos niveles. En estos proyectos, se introdujo una cuota de género, se organizaron sesiones informativas en las comunidades para reclutar mujeres, y se desarrollaron módulos de capacitación sobre la igualdad de género, tanto para mujeres como para hombres microempresarios y empleados de las agencias implementadoras. Ha quedado demostrado que este tipo de acción es muy efectiva, ya que hasta la fecha el 28% de los microempresarios en el Perú son mujeres.

En el Proyecto de Mantenimiento de la Red Vial del Paraguay, en vez de incluir una cuota de género, las mujeres fueron reclutadas a través de un enfoque de acción afirmativa. La metodología fue muy exitosa, resultando un 29% de participación de mujeres en las microempresas.

2. Proporcionar oportunidades más allá de los roles tradicionales. Se aseguró que las mujeres no desempeñaran “labores tradicionalmente femeninas” como servir comida y bebida a sus compañeros masculinos. En cambio, las mujeres fueron entrenadas para realizar las mismas tareas que sus colegas hombres. Así, las mujeres arreglan baches, despejan las cunetas, limpian la vegetación, retiran pequeños obstáculos y llevan a cabo tareas genéricas de emergencia.

3.Ofrecer oportunidades de empleo remunerado tanto a las mujeres como a los hombres. Gracias a estos proyectos, las mujeres obtienen, por primera vez, un salario por estas labores, y trabajan mano a mano con los hombres. Tal y como las microempresarias expresaron, el ingreso que generan lo utilizan principalmente para la educación de sus hijos, la alimentación y la salud de sus familias, y la mejora y el mantenimiento de sus hogares.Este tipo de iniciativas han permitido no solo mejorar la calidad de vida de las mujeres que trabajan en las microempresas, sino que también han impactado positivamente los resultados. De acuerdo con las entrevistas realizadas y los testimonios recogidos, el rendimiento de las microempresas ha ido en aumento desde la incorporación de mujeres, ya que, en palabras de sus compañeros masculinos, éstas son más detallistas y poseen una buena ética de trabajo, es decir, que llegan puntuales y no faltan al trabajo. Bajo este ambiente, los hombres se ven alentados a ser más responsables, y por tanto, su rendimiento y el de las microempresas como un todo también han aumentado.

Próximos pasos

Gracias al financiamiento de  la Umbrella Facility for Gender Equality, la Practica Global de Transporte y Tecnología de la Información está actualmente llevando a cabo una investigación en Argentina, Nicaragua y Perú, sobre el impacto de este tipo de trabajos en la capacidad de acción y decisión de las mujeres. El objetivo es ampliar los datos y de poner en evidencia la importancia de este tipo de acciones para la igualdad de género y para analizar la factibilidad de replicar y multiplicar este tipo de actividades en los sectores de infraestructuras, sobre todo el de transportes.

Esto es especialmente importante porque, tal y como señala el Informe de Desarrollo Mundial de 2012, la igualdad de género y el desarrollo económico están profundamente ligados, e invertir en el bienestar de las mujeres promoviendo su voz y su capacidad de acción y decisión son condiciones necesarias para lograr los objetivos de erradicar la pobreza extrema e impulsar la prosperidad para todos.

Elaborado con la colaboración de Sebastian E. Guerrero, PhD de la Universidad Berkeley.
 

Caminos Rurales: Facilitando el acceso a oportunidades de empleo
En el Perú, el mantenimiento de caminos rurales no sólo es importante para el buen estado de los mismos. Desde el 2002, varias mujeres también han formado parte de la iniciativa haciendo de esta actividad una excelente oportunidad de empleo para ellas y sus familias. Súmate a la conversación en http://www.facebook.com/BancoMundialPeru

Autores

Maria Margarita Nuñez

Ingeniera Senior de Carreteras

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