Cinco claves para desarrollar un Marco de Taxonomía Verde: el caso de la República Dominicana

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Cinco claves para desarrollar un Marco de Taxonomía Verde: el caso de la República Dominicana Parque Eólico Pedernal en República Dominicana. Foto: Shutterstock

La lucha contra el cambio climático requiere inversiones significativas y asociaciones entre los sectores público y privado para crear economías más verdes. La reciente aprobación de la Taxonomía Verde de la República Dominicana marca un punto de inflexión en los esfuerzos del país para acelerar la financiación climática y promover la acción climática.

En línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030 y el Acuerdo de París, la Taxonomía de la República Dominicana tiene como objetivo involucrar al sector financiero en la promoción de actividades económicas ambientalmente responsables, fomentando inversiones sostenibles y el desarrollo de nuevos productos y servicios que cumplan con criterios de sostenibilidad. La Taxonomía Verde es más que un sistema de clasificación, establece un marco común que mejora la transparencia y facilita la toma de decisiones basada en criterios sostenibles, incluyendo una perspectiva de género. Este marco allana el camino para una transición hacia una economía baja en carbono, un paso crucial en nuestra lucha colectiva contra el cambio climático.

A petición del Gobierno, el IFC proporcionó servicios de asesoría para desarrollar el Marco de la Taxonomía Verde. Cinco factores clave contribuyeron al exitoso desarrollo de la Taxonomía Verde, que fue aprobada el 4 de junio de 2024:

  1. Asegurar el compromiso y liderazgo político. La Taxonomía Verde se benefició de un fuerte apoyo político y liderazgo del gobierno y del sector privado. El Comité de Monitoreo, liderado por la Superintendencia de Mercado de Valores y apoyado por expertos sectoriales, mostró el compromiso del gobierno con el proyecto. Además, hubo una fuerte participación del sector privado, que involucró a instituciones financieras, participantes clave de los mercados de capitales y asociaciones industriales.
  2. Definir objetivos claros. El desarrollo de la Taxonomía Verde inició con objetivos claros en términos de clima y medio ambiente. Estos objetivos guiaron la selección de sectores con un impacto ambiental y económico. Esto aseguró la relevancia y efectividad de la taxonomía. Estos objetivos incluyeron el uso sostenible y la protección de los recursos hídricos y costero-marinos, como ríos y cuencas. La inclusión de estas actividades "azules" generó un gran interés, apoyo y aceptación del proyecto.
  3. Convocar a expertos internacionales y locales. La asistencia técnica proporcionada por el IFC fue fundamental para desarrollar la taxonomía. Los consultores internacionales aportaron una valiosa experiencia adquirida previamente en el desarrollo de taxonomías similares en Colombia y México, mientras que los expertos locales aportaron conocimientos críticos y aseguraron la relevancia de la taxonomía para la República Dominicana. La participación de un asesor intersectorial, siete líderes sectoriales y más de 200 expertos técnicos de la academia, ONGs y los sectores público y privado mejoraron aún más la taxonomía y fomentaron la apropiación.
  4. Diseñar una gobernanza efectiva. Se estableció un comité de monitoreo al inicio del proyecto, compuesto por instituciones clave del gobierno, como la Superintendencia del Mercado de Valores, el Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales, la Superintendencia de Bancos, el Ministerio de Hacienda, el Banco Central y el Consejo Nacional para el Cambio Climático y el Mecanismo de Desarrollo Limpio. Para garantizar una gobernanza y supervisión adecuadas, se creó el Comité de Taxonomía Verde, compuesto por miembros del Comité de Monitoreo. Este comité es responsable de gestionar la taxonomía, mientras que el Ministerio de Medio Ambiente asume el papel de Secretaría Técnica. Este enfoque colaborativo entre instituciones aseguró una coordinación efectiva y una visión unificada en la lucha contra el cambio climático.
  5. Organizar consultas públicas y eventos de mercado. El desarrollo de la Taxonomía Verde involucró un proceso de consulta pública y participación. Comenzó con revisiones con los líderes sectoriales y continuó con la creación de grupos de trabajo para cada sector. La consulta pública formal permitió a las partes interesadas revisar y comentar sobre la taxonomía. La consulta ayudó a aclarar conceptos y abordar desafíos, asegurando una taxonomía más sólida y completa para su difusión.

Resultados tempranos

Durante el evento de aprobación de la Taxonomía Verde, el Ministro de Medio Ambiente, Miguel Ceara, destacó la importancia de la taxonomía y su impacto en el desarrollo sostenible. Considerando los criterios de elegibilidad de la Taxonomía, el Ministerio de Medio Ambiente y el Ministerio de Hacienda han establecido un marco para la emisión de bonos sostenibles de deuda soberana, y la Asociación de Bancos Múltiples (ABA) ha desarrollado marcos específicos para bonos sostenibles para tres instituciones financieras.

Facilitado por IFC como secretaría, la Red de Banca y Finanzas Sostenibles apoyó a la asociación de bancos en el desarrollo del Protocolo Verde, firmado en marzo de 2024. Otro ejemplo ilustrativo es la emisión del Bono Verde del Banco Popular, que tendrá la capacidad de financiar actividades aprobadas por la SIMV dentro del marco de la Taxonomía Verde.

¿Qué sigue?

En adelante, el enfoque estará en la implementación y mejora continua de la taxonomía. Evolucionará con el tiempo para incluir sectores adicionales y refinar su contenido en base a los comentarios y experiencias de los usuarios. Los proyectos piloto apoyados por el IFC y el Banco Mundial contribuirán a una mejor comprensión de la identificación de activos verdes y resaltarán áreas de mejora.

La aprobación de la taxonomía verde es un hito importante, pero es solo el comienzo de un viaje hacia la promoción de prácticas sostenibles y la impulsión de la innovación en el sector financiero. La colaboración continua, el monitoreo y la adaptación serán clave para garantizar la efectividad de la taxonomía en el logro de los objetivos ambientales y en apoyar la transición hacia una economía sostenible y baja en carbono en la República Dominicana.

 

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Mayra Alfaro de Morán

Oficial Senior de Operaciones en la unidad de Asesoría y Economía de País de IFC

Roberto Rubio Miranda

Líder de Proyectos en la International Finance Corporation (IFC) – Grupo de Instituciones Financieras

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