Hacia la equidad: estrategias para equiparar las oportunidades en Colombia

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Hacia la equidad: estrategias para equiparar las oportunidades en Colombia Barrio Paraiso en la Localidad de Ciudad Bolívar en Bogotá, Colombia. Fotografía Jairo Bedoya

El lugar y las condiciones en las que una persona nace pueden determinar significativamente su futuro, y Colombia no es la excepción. Imaginemos a dos niñas: una nace en una ciudad próspera, con acceso a educación de calidad y servicios públicos eficientes; la otra, en un municipio remoto, en una región con altos niveles de pobreza y de padres con escolaridad limitada. Sus trayectorias de vida, desde el inicio, tienen puntos de partida muy desiguales.

Si bien Colombia ha avanzado en la reducción de la pobreza, incluso después de la pandemia de COVID-19, según señala el nuevo informe del Banco Mundial “Trayectorias: Prosperidad y reducción de la pobreza en el territorio colombiano”, aún persisten marcadas disparidades en el bienestar de diferentes grupos sociales y regiones del país. Estas brechas se deben, en gran medida, a la desigual capacidad del Estado para prestar servicios públicos en los distintos departamentos y municipios. Para muchas personas, estas desigualdades se traducen en menos oportunidades para acumular activos esenciales como educación, salud, tierras y vivienda, necesidades fundamentales para mejorar su calidad de vida.

El informe explora los factores que ponen en desventaja la capacidad de muchas personas para llevar una vida productiva en Colombia y salir de la pobreza, y analiza cómo esta capacidad es persistentemente diferente entre municipios y departamentos. Explora además los determinantes de las brechas en pobreza y ofrece opciones de política pública para abordarlas.

La realidad detrás de las brechas 

El acceso limitado a estos activos productivos a menudo genera menos oportunidades económicas, incluyendo empleos de menor calidad y una movilidad social muy baja. Estas condiciones son aún más pronunciadas en departamentos como La Guajira, Vaupés y Guainía, donde las desventajas territoriales se superponen con las mayores necesidades de ciertos grupos poblacionales, como los pueblos indígenas. 

La falta de oportunidades penaliza aún más a las personas y familias que se ven obligadas a desplazarse dentro del país, ya sea para escapar de situaciones de conflicto o por la falta de acceso a servicios básicos de calidad en sus lugares de origen. Estas personas no siempre están equipadas para aprovechar las mejores oportunidades económicas que hay en sus destinos, normalmente las ciudades. Incluso cuando no emigran, las grandes distancias y la escasa conectividad con los centros económicos pueden limitar el acceso a servicios y empleo en muchas regiones.

El acceso equitativo: un motor de desarrollo

Aunque el crecimiento económico entre regiones de un país suele ser un proceso desbalanceado, el acceso a oportunidades no debería serlo. Invertir en los activos de las personas y en el acceso a servicios de calidad, especialmente a los de educación y salud, así como a la mejora de la conectividad física y digital, puede contribuir a aumentar sus oportunidades económicas y sus ingresos. También ayudaría a las personas a aprovechar las ventajas de la migración interna, si así lo desean.

Para lograr estos objetivos, se requiere un fortalecimiento institucional en todos los niveles de gobierno, incluyendo su capacidad técnica y fiscal, y su capacidad de coordinación y asociación. Esto permitiría lograr economías de escala en la prestación de servicios, atender mejor a los más pobres en todo el país y promover el desarrollo local. Un diseño de políticas más efectivas debe tener en cuenta la heterogeneidad de las necesidades y capacidades en todo el territorio, la importancia de la coordinación entre los agentes pertinentes, y el valor de la prestación de un paquete integrado de servicios para abordar simultáneamente diversos obstáculos a la reducción de la pobreza.

Un esfuerzo colectivo hacia la equidad

Cerrar las brechas de oportunidades entre grupos poblacionales y territorios no es un objetivo que se alcance a corto plazo. Sin embargo, existen opciones políticas a nuestro alcance, y el país puede destacar muchos casos de éxito en este esfuerzo. Apostar por políticas públicas que nivelen las oportunidades significa brindar a todas las personas, sin importar su lugar de origen, las herramientas necesarias para prosperar.

Imaginemos y construyamos ahora un futuro en el que todas las personas tengan las mismas posibilidades de alcanzar sus metas, contribuyendo a una Colombia más equitativa y próspera. Este es el desafío, pero también la oportunidad para invertir en el potencial de todos y todas para trazar un camino sostenido de reducción de la pobreza y mayor equidad.


María Dávalos

Maria Dávalos, economista senior en la Práctica Global de Pobreza y Equidad

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