Inversión pública y planificación urbana, dos prioridades en la gestión del riesgo de desastres

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Barrio La Peregrina. San José, Costa Rica. Barrio La Peregrina. San José, Costa Rica.

La inversión pública y la planificación urbana bien gestionadas son dos de las principales estrategias que guían los esfuerzos de los países hacia un desarrollo socioeconómico sostenible.  No obstante, si estas estrategias no consideran las amenazas de origen natural a las que está expuesto un país - como los huracanes, sismos o erupciones volcánicas -, el progreso de décadas puede verse socavado por un desastre.

Costa Rica es un país que reconoce que, para conseguir un desarrollo urbano sostenible, la reducción del riesgo de desastres debe ser un atributo central tanto de la inversión pública como de la planificación a nivel urbano y territorial. 

En particular, el Gobierno de Costa Rica viene trabajando en dos procesos claves: la inclusión del análisis de riesgo de desastres y riesgos climáticos en todas las fases de los procesos de inversión pública y; el ordenamiento territorial para la recuperación de cuencas urbanas degradadas del país desde una perspectiva integral.

La experiencia presentada a continuación, puede servir de referencia a países que consideren el fortalecimiento de su resiliencia ante el riesgo de desastres.

Una inversión holística

La experiencia de Costa Rica muestra cómo los esfuerzos de años para avanzar en el desarrollo socioeconómico pueden desvanecerse en cuestión de horas cuando la inversión pública no se planifica considerando el riesgo de desastres.

Según la Contraloría General de Costa Rica, el costo anual de recuperación y reconstrucción por desastres pasó de cerca de US$ 15 millones en 1988 a US$ 337 millones en 2010; esto representa más del 1% del producto interno bruto (PIB) del país. Atender este problema desde la raíz requiere un cambio de enfoque, mucho más integral e interinstitucional, que incluye promover una inversión pública más resiliente.

En este marco, el Banco Mundial y el Fondo Mundial para la Reducción y Recuperación de los Desastres (GFDRR), están apoyando al Ministerio de Planificación Nacional y Política Económica (MIDEPLAN) en el proceso orientado a la reducción de la vulnerabilidad de la infraestructura pública, a partir de la actualización de guías para la formulación de proyectos de inversión pública resilientes.

Las guías pondrán a disposición de los formuladores de proyectos un marco integral, con criterios de inclusión social y de género, para evaluar el riesgo de desastres tanto durante la fase de planificación de la inversión como en su gestión operativa y mantenimiento. Como parte de este proceso, MIDEPLAN acaba de publicar la Metodología para el Análisis de Riesgos con Enfoque Multiamenaza y Criterios Probabilísticos en los Proyectos de Inversión Pública, que presenta el marco conceptual y metodológico para informar la actualización de las nuevas guías.

 

Mejores capacidades para una mejor planificación urbana

Similar a los retos que enfrentan otros países de la región de América Latina y el Caribe, Costa Rica concentra un 80% de su población en ciudades, producto de un proceso de urbanización no planificado, que incluye la proliferación de viviendas precarias en zonas propensas al riesgo y con valor ecológico, como cuencas urbanas.

Este proceso se ha visto intensificado en el Gran Área Metropolitana (GAM) de San José, que concentra cerca del 60% de la población costarricense. En este contexto, la Municipalidad de San José solicitó el apoyo del Banco Mundial para elaborar un Plan Maestro piloto en La Peregrina – Magnolias, uno de los barrios más vulnerables, afectados por la degradación de la cuenca urbana del río Torres dentro del GAM. Con base en un diagnóstico, el Plan Maestro identifica un plan de inversiones estratégicas para la transformación socioeconómica de la comunidad y la recuperación de las estructuras medioambientales.

El Plan Maestro de La Peregrina – Magnolias es un buen ejemplo de cómo los estudios técnicos de planificación urbana pueden construirse desde una visión integral de replicabilidad y con la participación directa de la comunidad:

  • Primero, el proceso de elaboración del Plan Maestro ofrece lecciones sobre cómo abordar procesos participativos multinivel en un contexto de restricciones de movilidad y presencialidad derivadas de la pandemia del COVID-19.
  • Segundo, el Plan Maestro se estructura alrededor de cinco estrategias multisectoriales de ámbito urbano: desarrollo urbano, conexiones peatonales, espacio público, medio ambiente y reducción del riesgo de desastres, e instalaciones públicas comunitarias.
  • Tercero, de la misma manera, y en línea con la Estrategia Nacional para la Recuperación de Cuencas Urbanas 2020 – 2030: Ríos Limpios, el Plan Maestro piloto contribuye a los objetivos de recuperación de cuencas urbanas y al mejoramiento urbano integral, brindando las bases metodológicas de un modelo que permite ser replicado en comunidades urbanas en contexto de degradación ambiental.

Reducir el riesgo de desastres es un imperativo para garantizar la sostenibilidad de los procesos de desarrollo en los países de América Latina y el Caribe.  Estos ejemplos de Costa Rica son una referencia para otros países y un estímulo importante para lograrlo a través de enfoques integrales de planificación urbana y de promoción de la resiliencia de la inversión pública.


Autores

Haris Sanahuja

Especialista Senior en Gestión de Riesgo de Desastres

Alonso Brenes

Alonso Brenes – Consultor en Gestión del riesgo de desastres y Desarrollo territorial

Pol Nadal Cros

Consultor en Desarrollo Urbano para el Banco Mundial

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