
Comencemos con lo positivo. . Esto es un primer paso importante, especialmente ahora que el Caribe avanza hacia una Economía Azul, mejorando el crecimiento mientras se asegura que los recursos marinos son gestionados y utilizados de forma sostenible.
Hace apenas unas décadas, el Caribe y sus playas eran vírgenes.
En nuestros viajes, hemos observado cómo los pequeños estados insulares están cada vez más presionados: poblaciones que crecen, desarrollo costero sin gestionar, cambio climático que se acelera, más presencia de embarcaciones y una carencia de recolección y gestión de residuos de larga data. Juntas, estas presiones sobre la salud oceánica amenazan a millones de personas que dependen de los mares para su alimento, trabajo y medio de vida, sin mencionar los 57.000 millones de dólares en ingresos que el turismo costero trae a la región cada año.
Ecosistemas enteros, además de los recursos naturales de los que dependen estos países, están amenazados por la contaminación marina, que incluye plásticos, aguas residuales, escorrentía agropecuaria, gas y petróleo. El Caribe es particularmente vulnerable al impacto de la contaminación sobre la salud, como los virus transmitidos por los mosquitos que se reproducen en los residuos. De hecho, l
.Un informe del Banco Mundial de reciente publicación, La contaminación marina en el Caribe: ni un minuto que perder, resalta el gran impacto socioeconómico, sanitario y ecológico de los contaminantes marinos y propone soluciones para la transición hacia una economía azul.
. Los turistas acuden en masa a la región gracias a la belleza, la biodiversidad y los ricos ecosistemas marinos que ahora se encuentran amenazados. Los arrecifes de coral, las playas y los manglares son cruciales para la sostenibilidad de muchas actividades económicas, los puestos de trabajo y el crecimiento inclusivo. Sin embargo, la salud general del océano es cada vez más vulnerable a las actividades humanas, así como al cambio climático. Los datos muestran que los sistemas oceánicos y marinos están siendo degradados por la contaminación marina, la acidificación y la creciente temperatura del mar. La degradación de los arrecifes de coral representa otra grave amenaza al capital natural del Caribe, con pérdidas anuales estimadas entre 350 millones y 870 millones de dólares.
Queda claro que enfrentar la contaminación marina es una prioridad ambiental, económica y social.
. Estas recomendaciones están alineadas con las leyes y acuerdos regionales e internacionales. La prevención y el control de la contaminación marina deben ser una prioridad absoluta para cada país del Caribe y deben estar alineados con un planeamiento más amplio en términos de turismo, agricultura, desarrollo costero, entre otros sectores.
El informe llama a una acción colectiva para promulgar y hacer cumplir leyes que reduzcan la contaminación marina, prioricen las inversiones en gestión de residuos, eduquen y generen conciencia sobre la importancia de la calidad del agua y las inversiones estratégicas en control de residuos.
Reducir la contaminación marina apoyará el crecimiento económico así como una mejora en la calidad de vida y de la salud para los isleños y los turistas que hospedan.
Las soluciones están en nuestras manos y son cruciales para la creación de una Economía Azul resiliente que dé cabida a una mejor gestión de los recursos marinos a la vez que fomenta el crecimiento en la región. Los gobiernos caribeños se comprometieron a generar un próspero legado azul para las generaciones futuras.
¡No hay ni un minuto que perder!
Ver también
Libro electrónico sobre el informe de contaminación marina: http://viewer.zmags.com/publication/012933e2
Recorrido 360: realidad virtual sobre la economía azul: https://www.youvisit.com/tour/wbg/141726