“Ah…. ¿Vas para Lima? ¡Dicen que la comida allí es increíble!". Este es el comentario típico que me hacen mis amigos y mi familia cuando les hablo de mis planes de viaje a Lima por trabajo. Ciertamente en temas de comida, la ciudad cumple totalmente con las expectativas reconocidas.
Lo que he descubierto en mis visitas recientes a Lima es que además de su comida se debe resaltar su bellísimo centro histórico, la impresionante Costa Verde llena de parques bien cuidados, una topografía plana, y una ausencia casi total de lluvia.
Pero sin dudas lo que más llama la atención de la capital peruana es como en poco más de una década se ha convertido, con sus más de 9 millones de habitantes, en una de las urbes más pobladas de América Latina y el Caribe.
Al igual que muchas otras ciudades, la migración urbana hacia Lima ha convertido a la ciudad en el motor económico del país. Me quedé sorprendido al saber que la población de Lima es aproximadamente 10 veces mayor que la de Arequipa, la segunda ciudad del Perú. En 1940, dos de cada tres peruanos vivían en la Sierra, y sólo uno de cada diez en Lima. Hoy, uno de cada tres vive en Lima y el área metropolitana se ha multiplicado 13 veces en tamaño desde mediados del siglo XX.
Como es de esperarse, la prominente expansión urbana en Lima ha llevado a que la ciudad hoy se extienda sobre un área de 2.590 kilómetros cuadrados. Pero a pesar de su tamaño, Lima tiene limitados Distritos Comerciales Centrales, lo que la caracteriza como una ciudad monocéntrica, es decir que la mayoría de los habitantes se desplazan normalmente en una sola dirección -hacia el centro de la ciudad- para llegar a sus empleos y para tener acceso a servicios. Esta expansión y monocentralidad contribuyen al crecimiento de asentamientos informales, un desafío al cual Lima no es inmune. Los barrios de viviendas informales en Lima se han desarrollado y han crecido por todas partes, cubriendo laderas, riberas de ríos, y periferias urbanas.
Ahora, tal vez todo esto no suena demasiado sorprendente: después de todo Lima es una gran área urbana que genera cantidades significativas del PIB de un país; que como muchas otras grandes ciudades se caracteriza por tener problemas de tráfico, de contaminación, de expansión y de informalidad. Es cierto. Pero esto es precisamente lo que hace de Lima un caso tan interesante ya que cuenta con todos los elementos para detonar una transformación urbana necesaria y muy esperada, y para ser reconocida en el escenario global por mucho más que su gastronomía.
Con base en discusiones iniciales con el alcalde de la Municipalidad Metropolitana de Lima y con representantes de casi todas las 22 entidades que tienen competencia en temas de desarrollo urbano durante el “Taller Interinstitucional Para Promover la Atractividad Territorial e Internacionalización de la Ciudad de Lima” se identificaron los proyectos e inversiones principales que está adelantando la ciudad en un corto o mediano plazo y que permitirá responder a los desafíos de descongestión vehicular y de integración urbana.
Transformación urbana
En esta etapa preliminar del diálogo entre el Banco Mundial y la ciudad de Lima pensamos que un primer paso para lograr esta transformación sería promover el desarrollo de nuevos destinos urbanos que permitan a las personas vivir más cerca de sus puestos de trabajo, viajar más fácilmente hacia y desde ellos, y disfrutar de centralidades urbanas con sus familias y amigos. Para que esto se convierta en una realidad, Lima deberá fortalecer su capacidad para gestionar de manera más 'sofisticada' el suelo urbano, utilizando instrumentos de planificación y de manejo que deberían ya existir en una ciudad de su tamaño. Una mejor planificación y uso de suelos ayudarían a aumentar notablemente la competitividad de Lima, a mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, y a promover mejor los atractivos de la ciudad para el turismo y la inversión extranjera.
Esta transformación no será una solución rápida que ocurrirá de la noche a la mañana.Con el inicio de las obras de construcción de la nueva Línea 2 del metro, que se extenderá desde la Municipalidad de Ate en el Este hasta el Municipio de Callao al Oeste, hay una gran oportunidad de influir positivamente en el futuro tejido urbano de la ciudad. El cronograma para estas inversiones es importante, ya que se prevé que Lima tendrá un total de seis líneas de metro diferentes en el futuro.
Otro punto de entrada para considerar opciones de transformación urbana en Lima podría ser el Desarrollo Orientado al Tránsito (TOD por sus siglas en inglés). Los proyectos de TOD se realizan en lugares que engloban la noción de "vivir, jugar, trabajar, comprar”. Para lograr esta mezcla de actividades, esos lugares deben crease con acceso a transporte público de alta calidad, y debe promoverse la construcción de edificios de uso mixto, desarrollos compactos y barrios que, debido a su diseño, faciliten los desplazamientos a pie, en bicicleta, y el uso del transporte público por parte de residentes, empleados, compradores y visitantes.
Emprender con éxito proyectos de TOD, particularmente en países en vía de desarrollo, puede llegar a ser un reto. Sin embargo, existen exitosas experiencias en Bogotá, Ciudad de México, Estambul, Budapest y Guangzhou, para nombrar unos pocos.
El camino que Lima tiene que recorrer para lograr esta transformación urbana será largo y posiblemente complejo. Pero veo este período como un momento emocionante para el Banco Mundial de apoyar y comprometerse con la administración de la ciudad de con el fin de transformar el diálogo en torno temas de gestión urbana en Lima. Después de todo, tiene que haber más de que hablar en la mañana además de lo difícil que está el tráfico.
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