Los ingredientes de la exitosa campaña de vacunación de Chile contra la COVID-19

Chile fue uno de los primeros países de América Latina en empezar a vacunar a su población contra la COVID-19, en medio de condiciones extraordinarias dada la alta demanda mundial por vacunas y la limitada capacidad de producción. Su campaña de inmunización – que ha sido gratuita y voluntaria hasta el momento— ha alcanzado a más del 91% de la población objetivo que conforman todos los mayores de 18 años.

A qué se debe ese éxito? A una serie de hitos clave y que podrían dividirse en cuatro fases: la preparación; la regulación sanitaria para la importación y uso de vacunas COVID-19; el diseño y planificación en la adquisición de vacunas y el proceso de implementación y seguimiento.

Como parte de la campaña de vacunación COVID-19, Chile llevó a cabo un plan de fortalecimiento logístico del Programa Nacional de Inmunización (PNI)  – que ya existía en el país desde 1978— a nivel de recursos humanos, infraestructura, gestión, normativas, logística y distribución de vacunas. Esto permitió, por ejemplo, organizar y distribuir ultracongeladores a los depósitos de vacunas e inmunoglobulinas instaladas a lo largo del país, aumentar y evaluar la capacidad de almacenamiento a nivel central, la distribución y seguridad cívica en torno a las vacunas, la capacitación de los distintos equipos implicados, entre otros.

En este contexto, el Banco Mundial está apoyando al Departamento de Inmunizaciones del Ministerio de Salud de Chile (MINSAL) mediante un análisis comparativo internacional que servirá para informar la toma de decisiones en torno al desarrollo del Programa Nacional de Inmunizaciones (PNI).

Regulación sanitaria y compra de vacunas

En paralelo, para agilizar el proceso de regulación e importación de vacunas COVID-19, el Instituto de Salud Pública de Chile (ISP) implementó el mecanismo de revisión continua de los antecedentes y evidencia disponible , por ejemplo, del proceso de manufactura y sus controles, estudios de estabilidad, e información de estudios preclínicos.

Por otra parte, la colaboración científica entre investigadores nacionales y el laboratorio Sinovac (China) ha permitido generar conocimiento local respecto de la seguridad y efectividad de dicha vacuna. La información sobre otras vacunas aprobadas para uso en Chile ha provenido tanto del extranjero como de investigaciones nacionales.

El acercamiento y la diversificación temprana de acuerdos comerciales y colaboración científica con desarrolladores de vacunas COVID-19 fueron clave para que el país lograra establecer acuerdos directos con AstraZeneca-Oxford, CanSino, Pfizer-BioNTech y Sinovac, además de acceder a la vacuna Janssen al haber suscrito al mecanismo COVAX de la Organización Mundial de la Salud bajo la modalidad de compra opcional.

Esta diversificación de proveedores de vacunas resultó beneficiosa y ha permitido a Chile la adquisición de más de 41 millones de dosis desde el inicio de la campaña de vacunación.

El proceso de vacunación

La implementación descentralizada de la vacunación ha entregado un rol central a los municipios a través de la Atención Primaria de Salud, mientras que la gobernanza y regulación se llevó a cabo desde el MINSAL, que proporciona las directrices normativas, programáticas, logísticas, asegurando la calidad y seguridad de la ejecución de las estrategias de vacunación a través de capacitaciones al nivel intermedio y ejecutor.

Los municipios se han coordinado de manera continua con las Secretarías Regionales Ministeriales de Salud, que representan al MINSAL en cada una de las 16 regiones del país, y que son las encargadas de la gestión de la campaña de vacunación COVID-19, almacenamiento y distribución de vacunas.

De esta forma, el acceso a la vacunación ha avanzado de manera regulada y ordenada, según grupos de riesgo y grupos etarios, permitiendo que las personas puedan acudir a cualquier punto de vacunación habilitado, independiente de la dirección laboral o de residencia, sin cita previa. Gracias al Registro Nacional de Inmunizaciones es posible el seguimiento instantáneo y nominal del avance de coberturas de vacunación a lo largo del país.

Por otro lado, el ISP con apoyo del Departamento de Inmunizaciones se ha encargado de coordinar las actividades de farmacovigilancia, realizando monitorización de efectos adversos por medio de una encuesta aplicada en tres momentos a una selección de personas vacunadas: 48 horas, 7 y 42 días después de la administración de cada dosis. A su vez, el MINSAL emite reportes diarios de la situación epidemiológica de COVID-19, ampliando así el acceso a información oficial por parte de la población general.

La campaña de vacunación COVID-19 chilena sigue en curso. El grupo etario incorporado más recientemente es el de niños entre 6 y 11 años, (más del 60% ya tiene esquema completo y 80% cuenta con una dosis), además de haberse iniciado la inoculación con dosis de refuerzo (más del 61% de la población adulta la ha recibido). Así, Chile ha sido el primer país en el mundo en reportar resultados sobre el uso de dosis de refuerzo, con distintas vacunas, en personas que tienen un esquema primario de inmunización contra COVID-19 con virus inactivado.

Aunque la evidencia muestra que la vacunación por sí sola no eliminará el SARS-CoV-2, ya que se sigue necesitando mantener las medidas de prevención poblacional y autocuidado, la campaña de vacunación ha permitido a Chile avanzar hacia una apertura inicial, poner fin a las cuarentenas y al Estado de Excepción Constitucional de Catástrofe que estaba vigente desde marzo de 2020. 

Promover la cooperación internacional en materia de inmunización y el intercambio de buenas prácticas y experiencias es fundamental para enfrentar los desafíos actuales y futuros de la COVID-19 , lo que beneficiará a Chile y otros países de la región.