Co-Authors: Aleksandra Iwulska, Javier Eduardo Báez y Alan Fuchs
En abril de este año la República Dominicana emitió en los mercados internacionales bonos a 30 años por valor de 1250 millones de dólares. La República Dominicana es el único país con un rating de inversión “B” que ha conseguido en los últimos seis años colocar este tipo de bonos en los mercados internacionales. Durante los últimos 15 meses la República Dominicana ha hecho tres emisiones internacionales de bonos, por un valor total de 2750 millones de dólares.
Mientras tanto, los niveles de deuda han seguido creciendo en el país: la deuda del sector público no financiero se ha doblado en los últimos años, al pasar desde el 18.3 por ciento del PIB en 2007 al 36.6 por ciento en el primer cuarto de 2014. Cuando además se incluye la deuda del Banco Central, el nivel podría estar cercano al 47 por ciento del PIB. Cabe destacar que Jiménez y Ovalle (2011) estimaron en 56.7 por ciento el nivel máximo de deuda que sería sostenible en la República Dominicana en el año 2013. Al mismo tiempo, los pagos de intereses repuntaron en 2012-13, alcanzando el 2.4 por ciento del PIB, y la deuda externa permaneció al 25 por ciento del PIB en 2013, niveles que no se registraban desde la crisis económica del 2003. Pero la realidad económica de la República Dominicana ahora es diferente que entonces. El PIB creció a una tasa del 4.1 por ciento el pasado año, y el 5.5 por ciento en el primer cuarto del 2014. Las proyecciones del Banco Central estiman un crecimiento del 4.5 por ciento este año. También cabe señalar que el déficit del gobierno central se redujo notablemente, pasando del 6.6 por ciento del PIB en 2012 al 2.9 por ciento en 2013.
Siendo un país con una de las tasas de crecimiento más altas de Latinoamérica, la República Dominicana enfrenta, sin embargo, un reto importante: equilibrar un creciente nivel de endeudamiento con las condiciones de equidad y la alta tasa de pobreza (alrededor del 40 por ciento de la población) que imperan. La reducción de pobreza en la República Dominicana ha sido limitada, y los individuos parecen tener pocas oportunidades para escalar social y económicamente hasta la clase media, con tan sólo un 2 por ciento de la población en la República Dominicana experimentando movilidad socioeconómica ascendente, en contraste con el 41 por ciento en promedio en Latinoamérica y Caribe. Si bien el país ha conseguido mejorar el acceso a una serie de servicios básicos, todavía persiste una parte de la población que no sólo es pobre en términos monetarios (falta de generación de ingresos), sino que además carece de acceso a bienes públicos.
Deuda, crecimiento y equidad
Fuente: Dirección General de Crédito Público en la República Dominicana y Banco Mundial.
* Los datos para el primer trimestre de 2014 reflejan deuda actual respecto a PIB proyectado.
Sin duda, el soportar altos niveles de deuda pública puede resultar en un crecimiento más lento (Reinhardt y Rogoff, 2010), y transferir la carga financiera a las generaciones futuras. En países con limitada capacidad de generación de ingresos, creciente pago de intereses y amortizaciones de préstamos puede exprimir el presupuesto público y dejar fuera la ejecución de otros gastos muy necesarios para los pobres. Al mismo tiempo, países con recursos limitados pueden pedir prestado dinero para invertir en capital físico y capital humano, en un contexto de mejoras institucionales y de gobernabilidad, con vistas a mejorar las condiciones de equidad y los fundamentos de un crecimiento robusto, sostenible e incluyente en el futuro.
En definitiva, es difícil predecir el efecto neto que el actual incremento de la deuda en la República Dominicana tiene sobre la pobreza y la desigualdad. No obstante, es importante asegurarse de que la deuda pública permanece en una senda sostenible, dado que altos niveles de deuda podrían dañar las perspectivas de crecimiento, incrementar la volatilidad macroeconómica y, finalmente, provocar una crisis fiscal, que afectaría de manera negativa a los pobres.
En abril de este año la República Dominicana emitió en los mercados internacionales bonos a 30 años por valor de 1250 millones de dólares. La República Dominicana es el único país con un rating de inversión “B” que ha conseguido en los últimos seis años colocar este tipo de bonos en los mercados internacionales. Durante los últimos 15 meses la República Dominicana ha hecho tres emisiones internacionales de bonos, por un valor total de 2750 millones de dólares.
Mientras tanto, los niveles de deuda han seguido creciendo en el país: la deuda del sector público no financiero se ha doblado en los últimos años, al pasar desde el 18.3 por ciento del PIB en 2007 al 36.6 por ciento en el primer cuarto de 2014. Cuando además se incluye la deuda del Banco Central, el nivel podría estar cercano al 47 por ciento del PIB. Cabe destacar que Jiménez y Ovalle (2011) estimaron en 56.7 por ciento el nivel máximo de deuda que sería sostenible en la República Dominicana en el año 2013. Al mismo tiempo, los pagos de intereses repuntaron en 2012-13, alcanzando el 2.4 por ciento del PIB, y la deuda externa permaneció al 25 por ciento del PIB en 2013, niveles que no se registraban desde la crisis económica del 2003. Pero la realidad económica de la República Dominicana ahora es diferente que entonces. El PIB creció a una tasa del 4.1 por ciento el pasado año, y el 5.5 por ciento en el primer cuarto del 2014. Las proyecciones del Banco Central estiman un crecimiento del 4.5 por ciento este año. También cabe señalar que el déficit del gobierno central se redujo notablemente, pasando del 6.6 por ciento del PIB en 2012 al 2.9 por ciento en 2013.
Siendo un país con una de las tasas de crecimiento más altas de Latinoamérica, la República Dominicana enfrenta, sin embargo, un reto importante: equilibrar un creciente nivel de endeudamiento con las condiciones de equidad y la alta tasa de pobreza (alrededor del 40 por ciento de la población) que imperan. La reducción de pobreza en la República Dominicana ha sido limitada, y los individuos parecen tener pocas oportunidades para escalar social y económicamente hasta la clase media, con tan sólo un 2 por ciento de la población en la República Dominicana experimentando movilidad socioeconómica ascendente, en contraste con el 41 por ciento en promedio en Latinoamérica y Caribe. Si bien el país ha conseguido mejorar el acceso a una serie de servicios básicos, todavía persiste una parte de la población que no sólo es pobre en términos monetarios (falta de generación de ingresos), sino que además carece de acceso a bienes públicos.
Deuda, crecimiento y equidad
Fuente: Dirección General de Crédito Público en la República Dominicana y Banco Mundial.
* Los datos para el primer trimestre de 2014 reflejan deuda actual respecto a PIB proyectado.
Sin duda, el soportar altos niveles de deuda pública puede resultar en un crecimiento más lento (Reinhardt y Rogoff, 2010), y transferir la carga financiera a las generaciones futuras. En países con limitada capacidad de generación de ingresos, creciente pago de intereses y amortizaciones de préstamos puede exprimir el presupuesto público y dejar fuera la ejecución de otros gastos muy necesarios para los pobres. Al mismo tiempo, países con recursos limitados pueden pedir prestado dinero para invertir en capital físico y capital humano, en un contexto de mejoras institucionales y de gobernabilidad, con vistas a mejorar las condiciones de equidad y los fundamentos de un crecimiento robusto, sostenible e incluyente en el futuro.
En definitiva, es difícil predecir el efecto neto que el actual incremento de la deuda en la República Dominicana tiene sobre la pobreza y la desigualdad. No obstante, es importante asegurarse de que la deuda pública permanece en una senda sostenible, dado que altos niveles de deuda podrían dañar las perspectivas de crecimiento, incrementar la volatilidad macroeconómica y, finalmente, provocar una crisis fiscal, que afectaría de manera negativa a los pobres.
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