Apoyando a los docentes de América Latina a dar lo mejor de sí mismos

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Docente y alumnos de escuela primaria en Guanajuato, México Docente y alumnos de escuela primaria en Guanajuato, México

No hay sustituto para un docente eficaz. Los grandes maestros hacen una enorme diferencia en los resultados de aprendizaje de sus estudiantes : en Ecuador, los maestros que tuvieron interacciones de mayor calidad con sus estudiantes de preescolar mejoraron sus habilidades lingüísticas y matemáticas. Igual de importante, los grandes docentes ayudan a sus estudiantes a desarrollar las habilidades que no se miden en la mayoría de las pruebas, pero que rinden frutos en la vida, como poder asistir constantemente a la escuela y seguir las reglas.

Hay muchos puntos de entrada para fortalecer la fuerza laboral docente. Los sistemas educativos pueden tratar de atraer candidatos más cualificados o más motivados. Pueden hacer que la formación inicial previa al servicio sea más efectiva. Pueden adoptar estándares de contratación más meritocráticos. Pueden motivar a los docentes con diferentes tipos de incentivos profesionales. Y pueden mejorar las habilidades de los maestros que ya están en servicio, lo que llamamos desarrollo profesional docente.  

Entre todas estas opciones, ¿por qué centrarse en el desarrollo profesional docente?

En primer lugar, el desarrollo profesional docente (DPD) para los maestros de educación básica suele estar bajo la supervisión directa del área del Ministerio de Educación que supervisa la educación básica. La formación inicial previa al servicio a menudo está bajo la supervisión de las universidades, las cuales cuentan con una buena autonomía. Los cambios en la contratación de maestros pueden requerir aprobación legislativa. Sin embargo, ¿qué pasa con un programa para apoyar a las y los docentes que están trabajando actualmente? Eso cae justo dentro de la supervisión del Ministerio.

En segundo lugar, las intervenciones de desarrollo profesional docente suelen ser menos polémicas que otras reformas. Los cambios en la naturaleza de la contratación de docentes o en la estructura de la compensación de los maestros a menudo presentan una fuerte oposición. Pero muchos maestros están felices por la oportunidad de recibir más apoyo para hacer su trabajo. No me malinterpreten. No todos los programas de desarrollo profesional docente son populares. ¡Pero las probabilidades son mejores!

Una revisión reciente de los programas de desarrollo profesional docente en países de ingresos medios y bajos encontró algunas características que distinguen a aquellos programas que resultan en un aprendizaje claramente mejorado de los estudiantes . Los programas que funcionaron mejor para apoyar a los docentes a ayudar a sus estudiantes tenían más de estos cuatro elementos:

  1. Un enfoque específico en la asignatura: se centraron en ayudar a los maestros a enseñar alfabetización básica o conceptos matemáticos específicos, no en principios generales de enseñanza.
  2. Un elemento presencial de inicio: proporcionaron a los maestros un contenido concentrado en un contexto donde podían enfocarse y aprenderlo.
  3. Una alta proporción de ese elemento presencial se dedicó a practicar con otros docentes: los maestros no aprenden de las conferencias largas mejor que los niños. Darles la oportunidad de practicar de manera efectiva con otros docentes antes de regresar a sus aulas les da una gran ventaja.
  4. Visitas de asesoría y acompañamiento: incluso cuando los docentes aprenden contenido nuevo en un programa de formación continua presencial, traducirlo a la práctica en el aula puede ser un desafío. Un elemento de asesoría y acompañamiento puede ayudar a los docentes a hacer esa transición crucial.

 

Resumen gráfico del texto de este artículo. Apoyar a los maestros a dar lo mejor en America Latina y el Caribe
Andre Medina, 2023

 

Sistemas educativos innovadores en América Latina

Algunos sistemas educativos han estado innovando exactamente con este tipo de programas y viendo resultados positivos. Aquí hay algunos ejemplos. (Si bien destaco uno de los principios anteriores en cada ejemplo, estos programas incorporan múltiples principios sólidos). Para un programa con un enfoque temático específico, consideren el esfuerzo de El Salvador para proporcionar nuevos libros de texto de matemáticas y libros de trabajo para los estudiantes, junto con la formación inicial para los docentes, reuniones estructuradas de revisión por pares entre los maestros para mejorar el uso de los nuevos libros y, posteriormente, evaluaciones que los maestros podrían usar para medir el aprendizaje de sus estudiantes en el camino. El programa aumentó los puntajes de matemáticas tanto en primaria como secundaria.

Para un programa que incluye formación presencial, consideren Ceará, el Programa para Lograr la Alfabetización a la Edad Adecuada de Ceará, Brasil, que proporcionó guías detalladas de aprendizaje para docentes junto con formación presencial entre 3 y 5 veces al año, y visitas de asesoría y acompañamiento. El programa impulsó el rendimiento de los estudiantes tanto en lectura como en matemáticas.

Para un programa que ha proporcionado visitas regulares de asesoría y acompañamiento, consideren el programa de Acompañamiento Pedagógico en Perú. Las visitas mensuales a los maestros en las escuelas rurales para formarlos hacia una mejor práctica docente condujeron a una mejor enseñanza y más aprendizaje en el transcurso de tres años. En Colombia, el diseño inicial de Todos a Aprender, un programa que enseña a leer, incluyó materiales y formación continua, pero tuvo un seguimiento limitado con los maestros: no tuvo impacto en los puntajes de las pruebas de los estudiantes. Sin embargo, una versión actualizada agregó visitas de asesoría y acompañamiento más estructuradas e intensivas, y aumentó los puntajes de lectura y matemáticas. Por tanto, las visitas de asesoría y acompañamiento fueron la clave para que todo el resto funcionara de manera efectiva.

El panorama no es todo color de rosa: los programas de desarrollo profesional docente no son una apuesta segura. La mayoría de los programas a escala no aplican estos principios, y hay muchos programas que tienen poco o ningún impacto en la práctica docente, y mucho menos en el aprendizaje de los estudiantes, ya sea porque son demasiado teóricos, porque se implementan mal o, en algunos casos (si somos honestos), por razones de las que no estamos del todo seguros.

Pero, como vimos anteriormente, hay éxitos en la región y en todo el mundo, y hay principios que aumentan significativamente las probabilidades de éxito. La mayoría de los sistemas educativos ya tienen una partida presupuestal para el desarrollo profesional docente. Se lo debemos tanto a los maestros que ya hemos contratado, como a los estudiantes a los que sirven, es necesario equipar a esos maestros con las mejores habilidades posibles, aprovechando los principios ya establecidos y continuando la innovación y la evaluación para aplicar esos principios de manera más efectiva en nuevos entornos. 

En un reciente taller regional de formuladores de políticas educativas de toda América Latina, discutimos por qué el desarrollo profesional docente es una herramienta crucial para ayudar a los docentes a ser la mejor versión de sí mismos, y qué debe suceder para mejorar la práctica docente y el aprendizaje de los estudiantes.

Comparto el siguiente video para obtener más información:

 


Autores

David Evans

Senior Fellow, Center for Global Development

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