Mujeres en el transporte, un avance que conduce al cambio en Quito

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Dayana Lara, operadora del Metro de Quito. Dayana Lara, operadora del Metro de Quito.

"Mi pasión por el sector transporte comenzó cuando tenía 13 años. Después me entrené como profesora de manejo. Ahora estoy trabajando en el Metro". Éstas son las palabras de Dayana Lara, una de las 18 operadoras del Metro de Quito, el sistema de transporte que está cambiando la movilidad de la ciudad.

El 40% de trabajadores del Metro de Quito son mujeres, incluyendo cargos gerenciales, estratégicos y operacionales.  En muchos de los casos, ellas también participan en áreas como el mantenimiento ferroviario y la operación de trenes, lo cual es poco frecuente en un sector masculinizado. Además, el 50% de cargos directivos del metro son ocupados por mujeres. El Banco Mundial a través del proyecto Primera Línea del Metro acompañó la realización de varios estudios analíticos para la inclusión del enfoque de género en la planificación y operación de este megaproyecto de transporte, incluyendo empleo.

 

 

¿Por qué es importante promover el empleo de las mujeres en el sector transporte?

Globalmente, con base en datos de 2019 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), menos del 20% de las personas que trabajan en el sector transporte son mujeres. En América Latina y en Ecuador, la participación de las mujeres en el sector es del 10,8% y 10% (OIT, 2021) respectivamente.

Además de ser un tema de derechos e igualdad, la participación de las mujeres en un sector históricamente dominado por hombres es clave para el desarrollo, puede contribuir a reducir la segregación laboral y las brechas salariales. Existen distintas barreras para la participación de las mujeres en el sector transporte, incluyendo pocas mujeres educadas en materias de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, estereotipos de género, políticas de reclutamiento y perfiles de puesto sin perspectiva de género; así como, pocas políticas que promuevan la retención mediante beneficios que sostengan el equilibrio entre trabajo y familia, como licencias por maternidad. La falta de sensibilización en género del personal, de mecanismos para presentar quejas de acoso sexual en el empleo y pocas oportunidades de mentoría son otras de las limitantes para el involucramiento de mujeres en el sector (Banco Mundial, 2020).

“Hemos pasado por muchos filtros, son más o menos dos mil horas de capacitación, el personal que vino a instruirnos son expertos con más de 25 años de experiencia, y con el apoyo de ellos hemos podido enfrentar este gran cargo que es transportar 1500 personas por tren.” comenta Dayana. 

Más mujeres en cargos técnicos y de dirección pueden a su vez contribuir a diseñar servicios de transporte que consideran las necesidades específicas de las mujeres y, por ende, contribuir a la movilidad y accesibilidad del 50% de la población. Un estudio de la OCDE (2020) reveló, por ejemplo, que a mayor proporción de mujeres directivas en el transporte, más mujeres acceden a trabajos en dicho sector. Asimismo, la diversidad de género crea beneficios al incluir nuevas habilidades y diversidad de opiniones. Si se cerrara la brecha de género en el empleo y la actividad empresarial, se podría aumentar el producto interno bruto mundial en más de un 20 %.  Con la eliminación de la brecha de género en el curso de la próxima década, se duplicaría básicamente la tasa actual de crecimiento mundial.

¿Qué hizo el metro de Quito para incrementar el empleo de mujeres?


La incorporación de un Plan Organizativo y de Empleo en el contrato con el operador permitió defender la igualdad de oportunidades. El Plan establece el compromiso de mantener un mínimo del 20% de representación femenina en todos los segmentos directivos, administrativos, estratégicos y operativos de la organización. Las medidas proactivas adoptadas incluyeron la adopción de protocolos de respuesta y códigos éticos para prevenir y abordar cualquier infracción de los derechos de las mujeres dentro de la organización y alianzas estratégicas con universidades de todo el país para alinear las necesidades de empleabilidad con una perspectiva sensible al género. Asimismo, promovió el reclutamiento enfocado en la experiencia, nivel profesional y competencias, para conseguir una plantilla más diversa y lograr contratar a más mujeres profesionales. A su vez, el operador estableció un Comité de Diversidad e Inclusión bajo la Dirección de Recursos Humanos para dar seguimiento al Plan y fomentar su cumplimiento.

El Metro de Quito, un proyecto financiado por el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco de Desarrollo para América Latina (CAF) y el Banco Europeo de Inversiones, demostró que para lograr la igualdad de género en el sector transporte es fundamental la colaboración entre el sector público y el privado, así como la experiencia técnica para generar trabajo analítico que sostenga las acciones. Mientras más mujeres participen en el sector, mayor será el efecto demostrativo, como dice Evelin, operadora del Metro de Quito, “quería demostrar también que las mujeres sí podemos, que el personal femenino es muy capaz y ahora estoy en el Metro de Quito”.

 

 


Autores

Marcela Silva

Directora de Infrastructure para la región de América Latina y el Caribe

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