Dry cracked earth, Atacama (Chile).
En 2015, cincuenta y dos personas murieron y alrededor de 180 mil resultaron afectadas en Chile por una inundación en las regiones de Atacama, Antofagasta y Coquimbo. Las pérdidas por este evento fueron de unos 2.000 millones de dólares y la reconstrucción demoró 5 años.
Este alto costo se pudo haber atenuado si el país hubiese contado con un instrumento de transferencia que le permitiera trasladar las consecuencias financieras de un riesgo en particular a un tercero como los mercados de capitales, seguros, reaseguros, entre otros. Estos instrumentos tienen como objetivo transferir los riesgos de manera eficiente en términos de costos al proporcionar apoyo al Estado, ayudando a financiar tanto una respuesta rápida para la atención de la emergencia, como la posterior reconstrucción.
Dada su ubicación en el Cinturón del Fuego del Pacífico y sus condiciones climáticas, Chile, Colombia, México y Perú están altamente expuestos a la ocurrencia de desastres de origen geológico o hidrometeorológico. Estas amenazas tienen el potencial de impactar a gran parte de su población y generar pérdidas que afectan la situación fiscal, así como el desarrollo económico y social de sus ciudadanos.
Desde 2018, el Banco Mundial asiste a estos cuatro países, pertenecientes a la Alianza del Pacífico (AP), en el proceso de evaluación de distintos instrumentos de transferencia de riesgos hidrometeorológicos, como inundaciones y sequías , entre otros. En este contexto, se ha trabajado en la identificación de las amenazas hidrometeorológicas y el análisis de su impacto fiscal y socioeconómico para cada uno de los países.
Figura No. 1: Pérdidas Económicas y personas afectadas
Fuente: Modelación y análisis de riesgos catastróficos para la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, Perú, México), Banco Mundial, 2020
Las principales amenazas
Solo los países de la Alianza del Pacífico han perdido más de 76 000 millones de dólares producto de las inundaciones ocurridas entre los años 1926 y 2019 , y alrededor de 32 millones de sus habitantes se han visto afectados.
*Cifras para Chile: años 1965 – 2019; Colombia: 1926-2019; México: 1933-2019; Perú:1941-2019
Por otra parte, el fenómeno de sequía ha afectado a más de 13 millones de personas de los países de la AP, y ha generado pérdidas de más de 12 000 millones de dólares.
Estos riesgos tienen un gran impacto en las finanzas de los países, y sobre todo en la calidad de vida de sus habitantes. Por lo que esta información ha permitido a los gobiernos decidir de manera informada y oportuna sobre qué amenazas analizar y considerar de cara a una posible cobertura. De igual forma, estos fenómenos toman mayor relevancia en la medida que los efectos del cambio climático llevarán a una mayor frecuencia e intensidad de estos eventos.
De modo general, los países han centrado su atención en amenazas relativas a la sequía, lluvias e inundación, considerando las características particulares de cada territorio.
Estos países buscarán en conjunto la manera de protegerse frente al impacto económico y social que pueda generar la materialización de estos riesgos, a través de un instrumento de transferencia que podría convertirse en el primer Bono Catastrófico Hidrometeorológico o, si se incluye conjuntamente la amenaza sísmica, en el primer Bono Catastrófico Multi-Amenaza.
De este modo, disminuirán las pérdidas que estos eventos puedan ocasionarles, priorizando la utilización de sus recursos de manera eficiente y asegurando una atención oportuna a las personas afectadas por estos desastres.
El manejo de riesgos catastróficos se ha posicionado como un área de conocimiento de profundo y urgente interés. Chile ha concluido exitosamente su presidencia Pro Tempore en el Consejo de Ministros de Finanzas de la Alianza del Pacífico con sustantivos avances hacia una agenda de gestión de riesgos catastróficos, que permita al bloque enfrentar de manera conjunta los riesgos propios de una era económica inevitablemente ligada al cambio climático y los eventos de la naturaleza tan presentes en estos cuatro países.
En un momento en que la pandemia de la COVID-19 ha ocasionado importantes daños de largo plazo a la economía y fibra social de los países, iniciativas como esta son las que permitirán lograr una recuperación económica más resiliente ante los desastres.
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