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Independientemente del estado de desarrollo en el que se encuentre un país, sus gobiernos realizan y reciben pagos tanto de individuos como de empresas. Los recursos financieros también se transfieren entre agencias gubernamentales. Estos flujos cubren una amplia gama de actividades y sectores económicos. Asimismo, en la mayor parte de los casos la suma de todos estos flujos es significativa — normalmente oscila entre 15% y 45% del PIB.
Mientras tanto, apenas el 25% de los países de ingreso bajo de todo el mundo procesan las transferencias de renta y los beneficios sociales de manera electrónica, y ese porcentaje es apenas un poco más alto en el caso de los salarios del sector público y las jubilaciones. Esto tiene un efecto significativo sobre los costos. Al optar por sistemas electrónicos, los gobiernos pueden ahorrar hasta un 75% en costos, un monto significativo en tiempos de recursos limitados.
Y hay más beneficios potenciales. Mejorar los programas públicos de pago (i), de modo que se tornen más eficientes, seguros y transparentes, también puede impactar en la economía y ayudar a alcanzar otros objetivos políticos, como la promoción de la inclusión financiera entre determinados segmentos de la población. Este es el motivo por el cual el Banco estableció una serie de pautas para ayudar a los gobiernos (i) y otras partes interesadas a desarrollar programas públicos de pago eficientes y seguros.
Una mejor forma de pagar: ¿por qué es importante?
En primer lugar, el tamaño mismo de los pagos públicos en la mayor parte de los países significa que cualquier mejoría en la forma en que esos pagos se procesan redunda en una reducción de los costos de transacción y en un aumento de la eficiencia. Un ejemplo perfecto es el caso de Bolsa Familia en Brasil: al optar por tarjetas electrónicas, el programa redujo los costos administrativos del 14,7% al 2,6% del valor total de las transferencias.
Además, los sistemas de pago de gobierno a personas (G2P), las jubilaciones y otros beneficios sociales normalmente sirven para fomentar la utilización de instrumentos de pago modernos y otros servicios financieros entre aquellos que no están bancarizados. Por ejemplo, aproximadamente el 36% de los beneficiarios de las transferencias de renta realizadas por la Agencia Sudafricana de Seguridad Social (SASSA) ingresaron al sistema bancario en 2005.
Luego de algunos años, ese porcentaje subió a 60% y sigue creciendo, en buena parte debido a la estrategia de SASSA de utilizar pagos electrónicos. Finalmente, las reformas en los programas públicos de pago pueden dar lugar a una infraestructura de pagos robusta — que, a su vez, servirá para respaldar el procesamiento seguro y eficiente de los pagos públicos.
Para impulsar este círculo virtuoso, es necesario adoptar un enfoque holístico en torno a la reforma de los programas públicos de pago — uno que tome en cuenta el proceso, las herramientas y las reglas que apoyarán la operación de los mismos.
En búsqueda del círculo virtuoso
Quedó claro que las mejoras en los programas públicos de pago pueden ser buenas para los gobiernos y los beneficiarios. ¿Pero cómo lograr esto? El documento publicado por el Banco Mundial incluye recomendaciones para el desarrollo de programas seguros, eficientes y transparentes. Y cubre aspectos críticos relacionados al día a día de la operativa del programa. A continuación algunos puntos relevantes:
- Los operadores de programas públicos de pago de todo el mundo pretenden que los pagos realizados por y para el gobierno sean hechos de forma segura, y que los fondos públicos sean manejados de forma transparente y eficiente. Muchas cuestiones relacionadas a la seguridad, eficiencia y transparencia se enfocan, hasta donde sea razonable, en controlar directamente a los operadores del programa, generalmente los tesoros nacionales.
Los países deben analizar el esquema de gobernanza, las prácticas de gestión de riesgo y la utilización de pagos electrónicos para mejorar la relación costo-beneficio, así como incrementar el impacto potencial derivado de la implantación de programas de pago electrónico.
- Es importante contar con un ambiente legal y normativo apropiado para apoyar los programas públicos de pago. Es crucial establecer leyes asociadas, reglamentos y normas para brindar claridad y certeza a todas las partes involucradas. También es esencial que las leyes y normativas apoyen la seguridad de los sistemas e instrumentos de pago, la competencia en el mercado de consumo y cuestiones de protección al consumidor.
- Un sistema nacional moderno, abarcador y robusto es importante para los pagos públicos. Una infraestructura adecuada puede permitir que los pagos se realicen con un máximo de seguridad y eficiencia. Esta infraestructura no solo debe estar disponible: también debe ser utilizada al máximo, de modo que los proveedores de servicios al gobierno, los contribuyentes y otros receptores pueden beneficiarse.
Los programas públicos de pago tienen muchas características positivas y las autoridades pueden y deben hacer uso de ellas para alcanzar objetivos de desarrollo más grandes. Las sugerencias analizan la experiencia de países como Brasil, India y Filipinas — solo para citar algunos — donde la modernización de los sistemas públicos de pago brindó la oportunidad de reformar el sistema nacional de pagos. Finalmente, y considerando el hecho de que algunos programas tienen como público objetivo a los segmentos de la población con menor acceso a los servicios bancarios modernos, los programas públicos de pago también pueden ser utilizados para promover la inclusión financiera.
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