¿Puede la Inteligencia Artificial contribuir en la lucha contra la pobreza?

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Empresario y robot sosteniendo un rompecabezas. Empresario y robot sosteniendo un rompecabezas.

¿Sabías que en el centro de Madrid solo 45 anfitriones manejan más de 1000 propiedades de AirBnB? Este hallazgo me sirvió para elaborar una propuesta de negocio ficticia para un curso de Big Data que realicé recientemente. Los datos están disponibles gratuitamente y el análisis se facilita gracias a herramientas como Tableu, Python o R, que ayudan a estructurar y trabajar con datos.

Pero, si la Inteligencia Artificial es la forma más avanzada del análisis de información ¿qué proyectos existen que la aprovechan para promover el desarrollo social y económico de los países? Esa fue la pregunta que Guillermo y yo nos hicimos antes de empezar a escribir este blog. 

¿Qué es y cómo funciona la Inteligencia Artificial (IA)?

La Inteligencia Artificial (IA) es una rama de la informática centrada en el desarrollo de algoritmos con la finalidad de crear máquinas que emulen las capacidades analíticas y operativas de los seres humanos. 

La proliferación de máquinas igual o incluso más inteligentes que los humanos es una preocupación cada vez más evidente para muchos, en especial, los que temen su impacto en el mercado laboral. A pesar de las dudas e inquietudes, la historia ha demostrado que la tecnología actúa como catalizador de oportunidades, creando nuevos empleos y aumentando la productividad laboral. 

Bajo el mismo esquema, la IA eleva los límites de las capacidades tradicionales y se centra en aumentar las habilidades de las personas, no sustituirlas. Casi tres cuartas partes del impacto de la automatización en el empleo se producirán dentro del mismo puesto de trabajo, reduciendo el tiempo dedicado a tareas repetitivas para darle más espacio a la interacción social, la creatividad y otras habilidades blandas que conviene desarrollar y/o fortalecer. 

Hablar de Inteligencia Artificial implica, necesariamente, hablar de datos. El deep learning, machine learning y otras técnicas de la IA solo pueden garantizar su éxito si es que sus datos han sido bien recogidos, filtrados y agrupados de tal forma que el procesamiento de un algoritmo (o varios) puedan brindar información relevante y útil para nuestros objetivos.  

Múltiples empresas ya hacen uso de esta tecnología. Por ejemplo, Siri, el asistente virtual de Apple, es una clara muestra de cómo una máquina aprende qué es lo más relevante para el usuario que atiende. Del mismo modo, Amazon personaliza la experiencia de compra y las recomendaciones al usuario, basándose en datos y preferencias del comprador. Por otro lado, Google hace lo propio con nuestras búsquedas y ubicación; y no podemos dejar de mencionar a Facebook, Microsoft y Tesla, entre muchas otras compañías, que parten del análisis masivo de datos para ofrecer experiencias personalizadas. 

Aprovechar el impacto hacia los más vulnerables

En términos económicos, resulta evidente que la IA tendrá un gran impacto en nuestras vidas en las próximas décadas. Según Price Waterhouse Coopers (PwC) la contribución potencial de la Inteligencia Artificial a la economía global es de 15.7 billones de dólares para el 2030.    
 
Si bien su valor actual en la economía global se rige principalmente por motivos financieros, la Inteligencia Artificial puede ser aprovechada para ayudar a los más necesitados y al desarrollo social y económico de las personas, en diferentes sectores. 

Naciones de diferentes tamaños y grados de desarrollo recientemente han lanzado Planes Nacionales Estratégicos de Inteligencia Artificial.  Entre ellas tenemos a Japón, con aplicaciones para la economía del cuidado; China, con avances en medioambiente y energía; e India, con un fuerte liderazgo en telecomunicaciones 5G. Estos países también son algunos de los miembros de un avanzado grupo que tiene a Estados Unidos, Canadá y Francia entre sus pioneros, y a Kenia y Emiratos Árabes entre sus socios más recientes. 

En América Latina los avances también se dejan ver tanto en grandes compañías como en emprendimientos e iniciativas sociales:

Por ejemplo, en Argentina, una máquina predice la solución de un caso judicial en dos minutos. Esta es la descripción de PROMETEA, la solución desarrollada por el Ministerio Público Fiscal de Buenos Aires y diversos especialistas en inteligencia artificial, que ya mostró una eficacia del 98%. Lo más probable es que, a medida que siga aprendiendo, pueda predecir el 100% de los casos. 

En Chile, la compañía NotCo ha desarrollado el NotChef Giuseppe, un algoritmo que usa inteligencia artificial para analizar alimentos con base animal y recrear el mismo producto a base de plantas.

Para el cuidado de la #salud, los sistemas de Inteligencia Artificial tienen el potencial de transformar el diagnóstico y el tratamiento de las enfermedades, lo que podría ayudar a garantizar que los pacientes reciban el tratamiento correcto en el momento adecuado. De hecho, cuando la IA se combina con el diagnóstico humano, la tasa de error es solo del 0,5%, en comparación con el 3,5% de los médicos humanos. 
 
En el Perú, el Banco Mundial brinda asistencia técnica a la Oficina de Tecnologías de la Información del Ministerio de Salud para optimizar el análisis de información, usando múltiples bases de datos para mejorar el estudio de la demanda, los modelos predictivos y el diseño del sistema de los servicios del primer nivel de atención, que permita ofrecer a los ciudadanos servicios de salud más oportunos y de mejor calidad. 
 
Así como estos proyectos, hay múltiples iniciativas de desarrollo siendo impulsadas por el motor de la IA. ¡Aprovecha y cuéntanos qué ideas tienes para promover el #desarrollo con Inteligencia Artificial!
 


Autores

Julio Cesar Casma

Productor digital para América Latina y el Caribe

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