¿Pueden las innovaciones tecnológicas empoderar a los ciudadanos para ser agentes de cambio en sus comunidades?

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Era una tarde soleada de sábado, y conversaba con agricultores, líderes comunitarios,  productores de café y artesanos que habían viajado desde todas partes de Bolivia para reunirse en la plaza principal de Cliza, una localidad rural a las afueras de Cochabamba. Había mucha gente y el entusiasmo y las expectativas crecían. Este no iba a ser un día común de feria.

Miles de personas,  seleccionadas de entre más de 700 comunidades rurales, esperaban un momento muy especial: El presidente Evo Morales; la ministra de Desarrollo Rural, Nemesia Achocallo; la ministra de Planificación y Desarrollo, Viviana Caro, y el presidente del Banco Mundial, Jim Yong Kim, en su primera visita oficial a Bolivia, se reunirían con ellos.

Mientras esperábamos, sentí su emoción y escuché historias de sus vidas. Me llenaron de humildad las grandes expectativas de su gobierno, sus dirigentes y la comunidad internacional para apoyarlos a lograr las aspiraciones de un futuro mejor para sus familias y comunidades. Escuché de muchos de ellos la necesidad de mejorar su bienestar y  de lograr su objetivo de "Vivir Bien".

Escuchar y dar prioridad a la gente

El desafío clave con el cual nos enfrentamos en nuestro trabajo diario es que no escuchamos lo suficiente a la gente, sus aspiraciones de una vida mejor y los obstáculos que encuentran en su lucha diaria para superar la pobreza. ¿Cuáles son los mecanismos para un diálogo más significativo y continuo entre los ciudadanos, los gobiernos y la comunidad internacional? ¿Tenemos que cambiar radicalmente nuestro enfoque? ¿Existe la necesidad de “darle prioridad a la gente”? ¿Cómo podemos aprender a ser mejores oyentes y aprender de las experiencias de vida de las personas? ¿Cómo podemos responder mejor a las necesidades reales de las personas y las comunidades?

¿Cómo podemos establecer un diálogo continuo que no sea ad hoc? ¿Cómo pueden las innovaciones tecnológicas ayudarnos a "ser mejores oyentes" y a hacer que nuestros programas sean más abiertos, efectivos e incluyentes? ¿Podemos aprovechar del poder y la rápida difusión de la tecnología móvil para dar una respuesta eficaz a las necesidades reales y las aspiraciones, no sólo de las personas que participaron en el evento en Cliza, si no de todas las personas y comunidades que luchan día a día para salir de la pobreza?

En base a la necesidad expresada por las comunidades locales y los hacedores de políticas de establecer un flujo directo, continuo y bidireccional de intercambio de información entre los ciudadanos, los gobiernos y las entidades internacionales, el equipo del Instituto del Banco Mundial (WBI por sus siglas en inglés) ha desarrollado en los últimos meses un programa de Retroalimentación Ciudadana denominado “OnTrack”. Éste  forma parte del nuevo acuerdo del Programa de Alianzas Rurales y del  Proyecto de Infraestructura Urbana de la Ciudad de La Paz "Programa Barrios y Communidades de Verdad", ambos financiados por el Grupo del Banco Mundial.  

La idea principal del programa OnTrack es bastante simple, pero al mismo tiempo muy compleja de llevar a cabo: empoderar a los ciudadanos de Bolivia para proporcionar información de estos  proyectos, de una manera directa y abierta, a los gobiernos y personal del proyecto del Banco Mundial, utilizando innovaciones tecnológicas que incorporan el uso de teléfonos celulares, SMS y retroalimentación por medio de la web.

A través de la plataforma OnTrack (Plataforma Empoderar) más de 30.000 familias bolivianas que actualmente participan en el Proyecto de Alianzas Rurales pueden ahora, por primera vez, hacer oír su voz simplemente enviando un mensaje de texto desde un teléfono celular o directamente en la página web de OnTrack. Las agencias gubernamentales responsables de la ejecución de los proyectos y las agencias internacionales de desarrollo, incluidos los funcionarios del Banco Mundial, ahora pueden comunicarse de una forma más directa con los ciudadanos.

Eso fue en Cliza, ahora permítanme llevarlos a un contexto local muy diferente. Al día siguiente viajamos al altiplano Boliviano, aproximadamente a unos 4.000 metros de altura, y a la ciudad de La Paz, rodeada por varias montañas como el majestuoso Illimani. Miles de personas han emigrado al casco urbano de La Paz, llenas de esperanza por un futuro mejor. La Paz, con el apoyo del Proyecto de Infraestructura Urbana financiado por el Banco Mundial, ayuda a las comunidades urbanas marginadas para mejorar sus condiciones de vida mediante el financiamiento de la construcción de infraestructura urbana a pequeña escala, como las casas comunales en cada barrio, graderías, entre otros.

El alcalde de La Paz, Luis Revilla, la ministra de Planificación y Desarrollo de Bolivia, Viviana Caro y Sue Goldmark, directora del Banco Mundial, lanzaron la plataforma OnTrack (Barrio Digital) en el barrio Rincón La Portada para que los ciudadanos compartan sus historias, hagan sugerencias o informen de un problema relacionado con la prestación de los servicios públicos. Una mujer aymara, líder de la comunidad del barrio Rincón La Portada comentó sus frustraciones sobre los problemas que su comunidad enfrenta con la recolección de basura.

Ella compartió el siguiente mensaje con el equipo del proyecto mediante la plataforma de OnTrack: “Los vecinos tienen que trabajar mejor juntos para recoger la basura y colocarla en un punto de recolección específico para que los trabajadores municipales la puedan recoger y no dejarla en las calles”. Fue fascinante ver que su propuesta no era una queja a funcionarios de la ciudad, sino más bien un llamado a los miembros de su comunidad para ser más organizados y juntos trabajar mejor. Las experiencias de las comunidades rurales y urbanas en Bolivia muestran que las personas perciben la retroalimentación ciudadana no sólo como un mecanismo de denuncia, sino como un medio para tener una voz en el desarrollo y afectar positivamente los cambios en sus comunidades.

Compartir experiencias locales, conectarse con otras comunidades y personas de otros países, y entrar en un diálogo constructivo y directo con los responsables políticos, parece ser aún más significativo para los ciudadanos.
 


Autores

Soren Gigler

Senior Governance Specialist, Innovation

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