¿Qué hemos aprendido de la educación a distancia en República Dominicana durante la pandemia?

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Un niño trabaja con una computadora en una escuela en la República Dominicana.
Un niño trabaja con una computadora en la República Dominicana. Foto: Orlando Barría/Banco Mundial

José es un estudiante de secundaria en República Dominicana. Al igual que sus amigos, en marzo de 2020, vio su vida cambiar de la noche a la mañana por el cierre de las escuelas debido a la pandemia. Aún no existen mediciones sobre la pérdida de los aprendizajes de los estudiantes en República Dominicana debido al coronavirus, pero el panorama no es muy alentador.

Antes de la pandemia, 8 de cada 10 estudiantes dominicanos no lograba adquirir el mínimo nivel de aprendizaje esperado a nivel internacional para un joven de 15 años . De acuerdo con estimaciones del Banco Mundial, se espera que este número se podría incrementar a 9 de cada 10 estudiantes (Figura 1).

 

Figura 1: Estimaciones del porcentaje de estudiantes por debajo de los niveles mínimos de competencias debido al COVID-19 en Centroamérica, 2021

 

Para mitigar la pérdida en los aprendizajes, República Dominicana implementó la educación a distancia que buscaba llegar con métodos múltiples a todos los estudiantes del país.  Esto incluyó la distribución de cuadernillos impresos para trabajarlos en casa, el diseño de programas educativos para la televisión y radio, la entrega de dispositivos digitales a estudiantes y docentes y el desarrollo de programas de capacitación para directores y docentes en temas pedagógicos, herramientas de comunicación, temas administrativos y/o manejo socioemocional de sus estudiantes.

Medir la educación a distancia

La Iniciativa Dominicana por una Educación de Calidad (IDEC) y el Instituto Dominicano de Evaluación e Investigación de la Calidad Educativa (IDEICE), con el apoyo del Banco Mundial y USAID realizaron un estudio para entender como funcionó la implementación de la educación a distancia durante el primer año de la pandemia tanto desde la perspectiva de los estudiantes y sus familias, y de los directores escolares.

Este estudio involucró la recolección de datos de diversas fuentes, entre ellas una encuesta telefónica representativa de 800 hogares con niños en centros educativos del sector público; una encuesta telefónica representativa de 454 directores de centros educativos del sector público; y datos de ratings de televisión de canales públicos y privados que transmitieron programas educativos, representativos de las dos principales ciudades del país (Gran Santo Domingo y Santiago) (Figura 2).

 

Resultados de estudio de educación a distancia en República Dominicana

 

Los resultados muestran que la gran mayoría de los estudiantes lograron tener acceso a los materiales educativos desarrollados para la educación a distancia y que existió un compromiso fuerte de parte de los docentes para implementarla. En promedio, 8 de cada 10 estudiantes recibieron los cuadernillos y 7 de cada 10 tuvieron acceso a los programas de televisión educativa. Asimismo, 2 de cada 10 estudiantes de primaria y 4 de cada 10 de secundaria recibieron dispositivos tecnológicos para trabajar desde la casa.

Con relación a los directores, 9 de cada 10 reportaron que todos o la mayoría de sus docentes recibieron equipos tecnológicos y capacitación y la mayoría de los docentes estuvo trabajando presencialmente desde su centro educativo de manera diaria o al menos 2 o 3 veces a la semana.

A pesar de todos estos esfuerzos, la implementación de la educación a distancia presentó bastantes desafíos. Seis de cada 10 padres con hijos en primaria reportaron la necesidad de tener involucrarse en forma permanente para apoyar a sus hijos. Aunque la mayoría de los padres reportó haber tenido acceso a los cuadernillos, estos no recibieron el número total de cuadernillos que estaba disponible.

Asimismo, los ratings de televisión sugieren que la audiencia de los programas educativos, así como el tiempo promedio que los televidentes le dedicaron a los programas educativos, cayó en forma permanente a lo largo del tiempo (Figuras 3 y 4). Por ejemplo, en abril de 2021, solo 2 de cada 10 estudiantes prendió la televisión para ver uno de los programas educativos y el tiempo promedio que estos pasaron frente el televisor fue solo de un 11 % del que originalmente tenía planeado el MINERD. Finalmente, 6 de 10 padres con hijos en primaria reportó que sus hijos estudiaron menos de 3 horas diarias y casi todos los padres y directores tienen la percepción de que ellos aprendieron menos o mucho menos que cuando iban a la escuela en forma presencial (Figura 5).

 

Porcentaje de televidentes de programas educativos (4-17 años) en el Gran Santo Domingo y Santiago, 2020 ?2021

 

Valoración del nivel de aprendizaje de los alumnos en la educación a distancia vs. educación presencial

 

Todos estos hallazgos llevan a algunas reflexiones que pueden ser útiles para el diseño de políticas educativas en República Dominicana. Por un lado, las bajas horas de estudio y la percepción de la baja calidad de los aprendizajes durante el cierre de escuelas resalta la importancia de generar mediciones objetivas de las pérdidas en los aprendizajes a raíz de la pandemia.

Es necesario entender realmente qué y cuánto aprendieron los estudiantes durante la educación a distancia para diseñar e implementar lo antes posible programas de educación remediales . Por otro lado, para potencializar los esfuerzos llevados a cabo en la entrega de dispositivos tecnológicos, es importante que el país diseñe una estrategia sistémica que guíe su uso como medio de acelerar los aprendizajes y como ancla para promover una equidad dentro del sistema educativo dominicano.

José está feliz de estar ya de regreso en su escuela y de poder interactuar en persona con sus compañeros y docentes. Él, al igual que sus padres, docentes y director de escuela, sabe que trabajando juntos podrán lograr recuperar los aprendizajes perdidos para poder lograr su sueño de llegar a la universidad algún día.

 

ReporteEducation for All by Safeguarding Health : A Look at the Performance of Public-Sector Distance Learning in the Dominican Republic in Times of COVID-19 (Inglés)


Autores

J. Alfonso Aísa

Responsable de la Oficina Técnica de la Cooperación Delegada del Programa de Apoyo a la Educación y Formación Técnico Profesional en la República Dominicana

Daniel Morales

Profesor-investigador en la Escuela de Economía de la Pontificia Universidad Católica Madre y Maestra, El Salvador

Monica Yanez Pagans

Economista Sénior, Práctica Global de Educación

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