Sector público y privado se asocian para marcarle el camino al sector vial argentino

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Foto: Ministerio de Transporte de la República Argentina
El mundo mira a Argentina estos días.  Como líder de las reuniones del G20 de este año, y con visitas de un sinnúmero de personajes VIP de todo el mundo, Argentina recobra su papel como uno de los líderes regionales. Mientras que las expectativas en torno al potencial futuro del país se disparan, un insumo crucial anda rezagado: la infraestructura necesaria para facilitar las inversiones y el crecimiento futuros. 

Captar recursos públicos y privados puede servir para maximizar el impacto del desarrollo en el sector de la infraestructura de Argentina. Los Proyectos público-privados (PPP) pueden servir como vehículo para promover una mayor participación de los inversores en proyectos de infraestructura, ayudando a los gobiernos a gastar más y mejor, mientras se liberan fondos públicos para otros fines relacionados al desarrollo. Las PPP, sin embargo, requieren de una asignación eficiente de los riesgos entre aquellas partes que estén mejor posicionadas para asumirlos y mitigarlos. Cuando se llevan a cabo de manera correcta, usuarios y contribuyentes descubren que las PPP facilitan una mejor prestación de los servicios de infraestructura. Los Bancos multilaterales para el desarrollo (BMD) también tienen un papel que jugar a la hora asistir a los gobiernos a optimizar los instrumentos de financiamiento público para reducir los riesgos en torno a un proyecto. El pasado mes de julio en Hamburgo, los ministros de finanzas del G20 aprobaron los Principios para la captación de financiamiento del sector privado para dotar a los BMD de un marco común para incrementar la inversión privada y así apoyar los objetivos de desarrollo de cada país.
 
Argentina avanza con un ambicioso programa de inversión en infraestructura, algo que reclama una corrección del marco facilitador y la creación de instrumentos que combinen recursos públicos y privados. La inversión en infraestructura fue descuidada en las últimas décadas, mientras que la demanda siguió creciendo. Poner fin al déficit en infraestructura  es imperioso, pero en este momento las arcas públicas no cuentan con recursos suficientes.  Entonces, ¿cómo financiar la cartera pendiente de necesidades de infraestructura más urgentes? La captación de inversiones privadas sólo se logrará a través de eventuales oportunidades firmes de inversión, lanzadas al mercado bajo un marco legal claro y robusto y estructuradas para satisfacer la tolerancia al riesgo de varios inversores internacionales. 
 
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Foto: Ministerio de Transporte de la República Argentina

No es de sorprender que la red vial esté al frente del programa de inversión en infraestructura de Argentina. Las carreteras son el principal modo de transporte, llevando casi el 90 por ciento de todos los bienes de larga distancia transportados en 2015. Una de las arterias clave para la actividad económica, las carreteras primarias concentran dos tercios del volumen total de tráfico, facilitando el comercio y permitiendo un mayor acceso tanto a áreas rurales como urbanas. Por lo tanto, cualquier mejora en eficiencia de la red vial primaria es crucial para una mejora en el desempeño general del sector del transporte. Sin embargo, la red exhibe límites en su capacidad y calidad, dificultando la accesibilidad, aumentando los costos logísticos y obstaculizando la competitividad de los productos argentinos. De hecho, los costos logísticos en Argentina prácticamente duplican el promedio de la OCDE. Para responder a los desafíos del sector y superar estos limitantes estructurales al crecimiento, el gobierno argentino aprobó el Plan Nacional de Transporte, previendo alrededor de US$48.000 millones en inversiones, con un marcado enfoque en la participación del sector privado en la infraestructura de transporte y los servicios logísticos. De hecho, el sector privado jugará un papel crucial a la hora de resolver los desafíos en torno al transporte, aportando no solo financiamiento, sino también innovación y eficiencia a la gestión de activos viales. 
 
Los patrocinadores e inversores observan con gran interés los resultados del proceso licitatorio para los primeros seis, de quince, proyectos viales PPP, presentado a comienzos de febrero. Habrá más, dado que el cronograma de inversiones incluye líneas de transmisión, energías renovables y otras infraestructuras económicas y sociales.   El Grupo del Banco Mundial (GBM) y el Fondo G lobal para la Infraestructura están asistiendo a las autoridades argentinas en la elaboración de un nuevo marco institucional y legal, procesos de priorización, opciones de modelos de negocio para concesiones viales que puedan captar un nuevo tipo de inversores, y prestando apoyo para los primeros proyectos piloto en gestión de contratos.
 
Este año, como líder del G20, Argentina tiene una oportunidad única de captar inversiones en áreas críticas de su economía.  La pregunta es, ¿estaremos listos para maximizar esta oportunidad?  El marco PPP de reciente introducción es el primer paso, pero debemos trabajar rápidamente en la creación del sólido sistema que buscan los inversores.  Debemos asegurarnos que, a medida que avanzamos, hagamos hincapié no solo en la cantidad sino en la calidad de las inversiones y servicios de infraestructura, maximizando el potencial del financiamiento para el desarrollo.  En este sentido, el GBM continuará priorizando temas relacionados con la administración de la infraestructura, con una visión de largo plazo para Argentina.
 

Autores

Verónica Raffo

Especialista en infraestructura del Banco Mundial

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