Trabajemos unidos por la recuperación y resiliencia para combatir la pobreza

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Habitantes del Guaviare, Colombia
Habitantes del Guaviare, Colombia. Foto: Jairo Bedoya/Banco Mundial

Una amiga perdió su negocio hace cinco meses: era propietaria de un restaurante en una universidad, pero sin clases en el campus no tenía clientes. Otra amiga vio cómo desapareció su negocio de entretenimiento; tuvo que despedir a sus empleados y cancelar el contrato de arrendamiento de su oficina. Ellas son apenas dos de las personas que conozco cuyas fuentes de ingreso desaparecieron como resultado de la pandemia de COVID-19.  Sin embargo, son escasamente dos de los millones que se encuentran en la misma situación. 

La crisis nos ha afectado a muchos de nosotros en todo el mundo: familias, empresas, trabajadores, y, especialmente, a mujeres, niños y ancianos. El Banco Mundial estima que entre 88 y 115 millones de personas en todo el mundo caerán en la pobreza extrema en 2020 (que viven con menos de US$1,9 por día) a causa de la pandemia . En América Latina, una de las regiones más afectadas, se espera que la economía se contraiga en 7,9% este año.

Colombia no es la excepción. Se han perdido más de 4 millones de puestos de trabajo, la tasa de desempleo se duplicó entre mediados de 2019 y julio de 2020, y la mayoría de las familias han perdido sus ingresos. El impacto ha sido peor entre los trabajadores de las zonas urbanas, así como para las mujeres, los jóvenes, los empleados de pequeñas empresas y los trabajadores independientes. Una encuesta reciente del Banco Mundial en 13 países de América Latina muestra que, al inicio de la pandemia, Colombia era el país con la mayor pérdida de empleo femenino. Asimismo, muchos de los que han conservado sus empleos están ganando menos pues la crisis ha reducido sus horas laborales.

El gobierno colombiano ha respondido rápidamente ante la crisis con medidas para contener la propagación del coronavirus y para proteger los hogares, empresas y empleos. Se han reforzado varios de los programas existentes como son Más Familias en Acción, Colombia Mayor y Jóvenes en Acción. Y se ha puesto en marcha un nuevo programa, Ingreso Solidario, para llegar a las personas que no están cubiertas por los programas existentes.

Se estima que las diversas medidas sociales han amortiguado cerca de un tercio del impacto de la crisis, impidiendo que los ingresos de alrededor de 1,7 millones de personas caigan por debajo de la línea de pobreza. Incluso con estas medidas, cerca de 3,7 millones de personas podrían volver a ser pobres en Colombia.  

Los trabajadores independientes e informales están entre los más vulnerables, pero, ahora, los empleados con salarios más altos, las personas con mejores niveles de educación, así como aquellos que participan en los sectores de los servicios también están en riesgo de convertirse en “nuevos pobres”.  

Además, la crisis no solo reduce los ingresos de los hogares, sino que también agota sus activos, ya que el acceso limitado o nulo a la educación y a una nutrición adecuada erosiona el capital humano , y se reducen los ahorros y se contraen nuevas deudas, con consecuencias duraderas. Las encuestas telefónicas, llevadas a cabo en agosto por parte del Banco Mundial, muestran que cerca de una tercera parte de las personas entrevistadas está luchando para poder comprar alimentos a medida que sus ingresos son menores; esta proporción es mayor entre los ancianos y los hogares con niños.

Aunque esperamos que lo que hoy estamos viviendo no perdure como “la nueva normalidad”, volver a la “antigua normalidad” no será suficiente y puede que ni siquiera sea posible. #RepensarelFuturo requiere, más allá de amortiguar los efectos a corto plazo de la crisis, generar cambios estructurales para un crecimiento renovado, robusto y más inclusivo, y retomar el camino hacia el #FinalaPobreza en Colombia . Ya se están realizando esfuerzos para identificar políticas que ayuden al país a prosperar con empleos para el futuro, promover el comercio y el crecimiento económico, entre otros.

Cuando estamos cerca de que termine este año difícil, esperemos que haya un número creciente de historias de resiliencia y recuperación. 

Uno de mis amigos ha vuelto a trabajar con sueldo completo después de que le redujeran el salario en un 60% al comienzo de la pandemia. Otra acaba de comenzar un nuevo trabajo esta semana, proporcionándole los ingresos necesarios para pagar la universidad. Con decididos esfuerzos en torno a una agenda política que se enfoque en #RepensarelFuturo, podemos ayudar a millones a mantenerse por fuera de la pobreza o salir de ella nuevamente, mientras Colombia se recupera de manera sostenible. 

El aumento de los puestos de trabajo, que apareció en las cifras recientemente publicadas para el mes de agosto, son una fuente de optimismo muy necesaria; sin embargo, también nos recuerdan que el ritmo de la recuperación puede no ser el mismo para todos los trabajadores por lo que la perspectiva de equidad en la agenda de recuperación es clave.
 


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