Un ejemplo de cooperación para la conservación de ecosistemas terrestres y marinos en Colombia

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Parque Chiribiquete en Colombia. Foto: Rodrigo Botero/FCDS Parque Chiribiquete en Colombia. Foto: Rodrigo Botero/FCDS

Está ampliamente demostrado que los grandes retos por salvaguardar los recursos naturales de los que dependemos para nuestra sobrevivencia y las de todas las especies requiere de la colaboración constante y generosa entre múltiples actores . Cuando se unen fuerzas hacia la cocreación de objetivos comunes, los impactos son más fuertes y ojalá, duraderos. 

Este es el caso del programa Herencia Colombia (HeCo), lanzado a fines de junio por el Gobierno de Colombia con el objetivo de trabajar en la conservación de 32 millones de hectáreas de áreas terrestres y marinas de alta biodiversidad, un área equivalente a toda la superficie de Polonia. 

Esta iniciativa, suscrita en una declaración conjunta, es el resultado de años de colaboración entre el Estado colombiano, organizaciones de la sociedad civil, fundaciones internacionales y agencias de cooperación. La declaración va acompañada del compromiso financiero de 245 millones de dólares provenientes de recursos públicos y de la cooperación internacional dirigido a la conservación de este territorio, uno de los montos más grandes destinados a temas ambientales en el país. 

La firma de esa declaración es un reflejo de persistencia, motivación, y compromiso. Personas e instituciones comprometidas con la conservación de las áreas protegidas de Colombia iniciaron desde 2015, en el marco de la Conferencia de las Partes de Cambio Climático, el acuerdo de cooperación que desde ese entonces llamaron Herencia Colombia. Como bien lo dice su nombre, proteger y conservar áreas protegidas permite que el país deje como herencia a las siguiente generaciones áreas cuyo valor principal es garantizar el agua, el aire, los caminos y ríos estratégicos para el país.

 
La protección de áreas de conservación terrestres y acuáticas, que abarcan una proporción importante de los ecosistemas de Colombia, es una prioridad fundamental para proteger la biodiversidad y garantizar la prestación de servicios ecosistémicos críticos. La ciencia y la experiencia han demostrado en Colombia y el mundo, que las áreas protegidas son estrategias efectivas para proteger recursos naturales a la vez que se mantienen los servicios que garantizan el desarrollo económico, social y cultural de los pueblos. 

Por ejemplo, garantizar la conservación del Parque Nacional Chiribiquete, el área protegida tropical más grande del mundo, no solo protegerá las más de 380 especies de aves, 313 de mariposas, 133 de peces, 7 de primates y 4 de felinos entre otros, resguardará territorios ancestrales de pueblos indígenas, varios en aislamiento voluntario, sino que también aumentará las probabilidades de no perder la conectividad esencial entre la Amazonia y los Andes. 

Acompañar a Colombia a proteger su biodiversidad

Las áreas protegidas y otras medidas de efectivas de conservación necesitan financiación adecuada para cumplir sus objetivos de conservación, garantizando además beneficios locales, nacionales y globales duraderos.  A pesar de los avances en la creación de mecanismos de financiamiento, sigue siendo un reto garantizar flujos financieros estables y adecuados que permitan escalar y dar sostenibilidad a los resultados obtenidos. 
A través de asistencia técnica e inversiones financieras, la mayoría provenientes del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (Global Environmental Facility, GEF), el Banco Mundial ha acompañado a Colombia desde los inicios en el diseño de HeCo y continuará haciéndolo a través de una donación al fondo creado para cumplir con las metas de conservación. 

El acompañamiento también se ha realizado a escala regional. A través del Programa Paisajes Sostenibles de la Amazonia (Amazon Sustainable Landscapes Program, ASL), financiado por el GEF y que lidera el Banco Mundial desde que fue aprobado en 2015, se ha apoyado el fortalecimiento de las capacidades para el diseño de estrategias de financiamiento para la conservación, y el intercambio de experiencias con otras iniciativas similares en el mundo. Este apoyo se ha realizado para Colombia con HeCo, al igual que ARPA en Brasil, que celebra 20 años de implementación, y Patrimonio del Perú, todas beneficiarias de recursos por parte del GEF para su diseño y/o capitalización. 

Estas tres experiencias hacen parte de las iniciativas de financiamiento para los sistemas de áreas protegidas bajo el modelo de Proyecto de Financiamiento para la Permanencia (PFP), que ha recibido el apoyo de múltiples instituciones internacionales, como el GEF y el Banco Mundial.  Es importante reconocer la labor del GEF, institución que por más de 25 años, ha otorgado apoyo financiero a los mecanismos de financiamiento para los sistemas de áreas protegidas de países de alta biodiversidad como Brasil, Colombia y Perú . Como una de las agencias GEF apoyando dichos procesos, celebramos los avances en Herencia Colombia  garantizando beneficios nacionales y globales.

Debido al potencial del modelo PFP, cuya metodología garantiza los cambios políticos necesarios y el financiamiento para objetivos de conservación definidos de forma participativa, el enfoque PFP se está explorando cada vez más en otros lugares, aprovechando las experiencias iniciales.Como contribución a este propósito, en 2021, el ASL con la autoría de funcionarios del Banco Mundial y WWF, lanzó una guía para promover dicho modelo en otros lugares del mundo. 

El esfuerzo de colaboración ha rendido unos importantes frutos para Colombia y sus áreas de alta biodiversidad. Sigue ahora lo más importante: poner en marcha las actividades que han sido priorizadas para cumplir los objetivos de conservación que se ha propuesto para el país. Es la valiosa herencia que dejamos a las generaciones futuras.


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