
Vivimos en una época de grandes disrupciones y avances tecnológicos acelerados que están transformando muchos aspectos de nuestras vidas: salud, educación, transporte, comunicaciones, entre otros. Pero los cambios que están teniendo lugar en un área en particular son clave para nuestro futuro: la agricultura. ¿Hacia dónde se dirige y cómo determinará el futuro en este planeta?
La región de América Latina y el Caribe juega un papel fundamental en la elaboración de este guión. Algunos de los sistemas agropecuarios de la región se encuentran entre los más dinámicos del mundo. Han sido capaces de alimentar a una población en rápido crecimiento, facilitar el desarrollo económico, generar cuantiosas exportaciones y ayudar a reducir el hambre y la pobreza a nivel mundial. Sin embargo,
¿Qué modelo primará en el futuro para atender estos desafíos de forma efectiva?Para analizar ciertos escenarios y políticas capaces de llevarnos —o no— al desarrollo sostenible, publicamos un nuevo informe del Banco Mundial, Panoramas alimentarios futuros: Reimaginando la agricultura en América Latina y el Caribe. Este propone una nueva manera de pensar el papel de la agricultura en América Latina, tanto en el presente como en el futuro.
El informe revela que la agricultura y los sistemas agroalimentarios de la región realizan un aporte crucial al crecimiento y el comercio; generan puestos de trabajo, elevan los ingresos y reducen la pobreza; garantizan la seguridad alimentaria y nutricional, y preservan los servicios ecosistémicos. Como tal,
Los sistemas agroalimentarios de América Latina también son importantes a nivel global. La región es la mayor proveedora de servicios ecosistémicos en el mundo y aporta un porcentaje significativo del suministro mundial de alimentos.
Dotación de recursos naturales, porcentaje de América Latina en el total mundial
Exportaciones netas de productos agropecuarios por región, 1992-2016
No obstante, estos notables logros tienen su precio.
o (GEI). Si bien ALC es particularmente rica en términos de agrobiodiversidad, el auge de los monocultivos amenaza esa misma diversidad. Asimismo, la expansión de la frontera agropecuaria sigue siendo el principal factor detrás de la deforestación en la región.
La existencia en algunos países de un sector agropecuario comercial y productivo a gran escala, bien integrado a las cadenas de valor mundiales, tiende a ocultar una realidad paralela donde muchos pequeños productores dependen de sistemas de baja productividad para su sustento y que muchas veces encuentran difícil satisfacer sus necesidades básicas.
En muchos países los niveles de pobreza más elevados siguen manifestándose en áreas rurales donde predomina la agricultura. Y a pesar de los constantes superávits en la producción de alimentos, millones de latinoamericanos periódicamente pasan hambre o sufren de malnutrición, sobrepeso, obesidad y enfermedades relacionadas: en 2016, la proporción de la población que manifestaba subnutrición superaba el 10 % en siete países, mientras que casi el 60 % de la población regional exhibía sobrepeso.
En síntesis, los sistemas agroalimentarios de América Latina tienen un muy bajo desempeño.
Desafíos a futuro
Los desafíos de larga data asociados con los sistemas agroalimentarios de la región adquirieron un carácter de mayor urgencia. La COVID-19 está devastando a muchas economías latinoamericanas, con el consiguiente impacto en millones de personas que han perdido sus puestos de trabajo y tienen dificultades para obtener el ingreso suficiente para alimentar a sus familias.
, ubicadas muchas veces en regiones remotas y rezagadas.
Entonces ¿dónde deben poner el foco los diseñadores de políticas?
Para responder a esta pregunta, el Banco Mundial reunió a influyentes líderes de opinión y socios en el desarrollo con el fin de imaginar escenarios alternativos para el futuro del sector agroalimentario. En base a estos, el nuevo informe propone un menú de 20 medidas que los diseñadores de políticas pueden ajustar a las circunstancias de países específicos a medida que construyen a futuro de mejor manera tras la crisis de la COVID-19 y adoptan sistemas agroalimentarios sostenibles e inclusivos.
Estas 20 medidas incluyen algunas que pueden ser consideradas imprescindibles y que deben llevarse a cabo sin importar las características propias de un país, al igual que otras que son de carácter más discrecional y dependen de las aspiraciones y capacidad de un país de asumir riesgos.
El primer grupo de medidas propuestas se consideran imprescindibles, ya sea porque son del tipo “sin arrepentimiento”, cuya capacidad de generar beneficios está garantizada (como invertir en investigaciones agropecuarias o reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos), o bien porque son necesarias para protegerse ante riesgos potencialmente catastróficos (establecer sistemas de alerta temprana de hambrunas o fortalecer las defensas para protegerse ante enfermedades transmitidas por los alimentos).
El segundo conjunto de medidas propuestas se consideran discrecionales porque pueden o no traer aparejados beneficios. Estas incluyen medidas diseñadas para mantener abierta la posibilidad de aprovechar las oportunidades que emerjan a futuro (como desarrollar capacidades para producir alimentos y nutracéuticos con valores nutritivos potenciados), así como puntos de inflexión clave con el potencial de revolucionar radicalmente la trayectoria de los sistemas agroalimentarios pero que requieren grandes inversiones de capital y respaldo político sostenido (cosas como eliminar los subsidios distorsivos, hacer que los sistemas agroalimentarios sean neutros en carbono o declararle la guerra total a la comida chatarra).
En el mundo postpandemia,
y el planeta entero.Cumplir con la promesa de sistemas agroalimentarios sostenibles no es sencillo ni fácil: requiere de estrategias adecuadas, políticas bien elaboradas, inversiones enormes e instituciones fuertes dotadas de personal capaz. Pero la recompensa —medida en crecimiento, seguridad alimentaria, nutrición, recursos naturales o mitigación del cambio climático— sin dudas que vale la pena. ¡Arremanguémonos y hagámoslo realidad!
El articulo es muy bueno, siento que el resumen se quedo corto al momento de explicar las recomendaciones de cara al Covid 19. Agradecería mucho que proporcionaran más información o remitirnos a un documento con más detalle. En lo personal trabajamos para una ONG de mucha presencia en Honduras, desarrollando pilotos y modelos en inclusión financiera climática. Es un tema complicado el colocar recursos blandos en zonas remotas rurales sin garantías convencionales, unicamente fortaleciendo las garantias mobiliarias y de reciprocidad. Definitivamente es un gran reto y coincido con los autores en lo mal que andan nuestros procesos agro alimentarios, sobretodo con falta de oportunidades y una inequidad impresionante. Pero se puede hacer mucho por salir adelante, sobretodo en la vinculación de recursos con mercados diferenciados buscando justicia en las remuneraciones de tribus y organizaciones que por siglos se han dedicado a proteger nuestra biodiversidad.
Gracias por este muy buen articulo.
Muchas gracias por su comentario, puede descargar el informe completo en español aquí: http://documents1.worldbank.org/curated/en/159291604953162277/pdf/Futur…
Creo que el articulo tiene y propine visión holistica, sistémica e interdisciplinaria lo wue lo convierte en un excelente mensaje asumiendo aseveraciones generales de componentes amplios y difusos.
Su problema es que no ingresa ni favorece la reflexión para detectar factores especificos generadores de construcción de procesos alternativos para consolidar metas y recursos nuevos.
Excelente articulo, porque nos da luces a las organizaciones que promovemos desarrollo rural con enfoque territorial.
Excelente reporte: considero que se entrelazan o combinan diferentes facetas en ese problema complejo del manejo sostenible de los recursos naturales y la satisfacción de las necesidades de la población en la región: políticas públicas, estrategias de largo alcance, tanto en el tiempo como en espacio, inversiones (desarrollo de capacidades, infraestructura, tanto productiva como de servicios, investigación), asociaciones público-privadas para crear cadenas de valor más sólidas que generen mayor equidad e incluyan a más personas al desarrollo multidimensional. Clave son: manejo y conservación de los recursos naturales (suelo, agua y vegetación), estudios agroclimáticos a diferentes escalas (micro, meso y a gran escala), para aprovechar y manejar los agroecosistemas en forma sostenible y que sean más resilientes.
En cuanto a que la Agricultura es la mayor consumidora de agua, tengo mis apreciaciones muy distintas, porque, dentro del renglón de la Agricultura, se involucra el cultivo de Palma de Aceite, pero es bien claro, que en un porcentaje muy alto del cultivo de palma se usa es para la industria de los biocombustibles y no para la alimentación agrícola., se hace necesario replantear esta situación sobre el cultivo de palma, porque realmente el cultivo de palma requiere de hacer trasvases de las fuentes hídricas para riego en época de estiaje, construir canales muy profundos que rompen el ciclo natural de las escorrentías, afectando de manera significativa a los demás cultivadores y a las fuentes hídricas que se alimentan por escorrentías de muchas fuentes tributarias.
que bien que se focalicen en los más vunerables de nuestras regiones, que son quienes producen sus alimentos, pero tambien son quienes reciben menos recursos y ayudas para aumentar su producción y mejorar sus condiciones de vida
En mi humilde opinión, las medidas y políticas deben de ser concertadas entre los diversos sectores agropecuarios, incluidos por supuesto los Gobiernos locales y nacionales, sin embargo los sectores marginales que producen la mayor parte del consumo local y nacional, son los que menos son considerados y son dejados por fuera. Los servicios ecosistémicos mejor desarrollados son casualmente los que trabajan estos sectores que son marginados y no las grandes compañías que producen solo para tener ganancias sin importar el rápido deterioro socioambiental. Es importante que instituciones como el BM que se supone aboga por la protección y conservación ambiental, realicen estudios de escenarios reales en donde existan procesos exitosos de trabajo concertado en estos tiempos de pandemia, en mi país, Nicaragua, por ejemplo, existen experiencias muy halagadoras de como trabajar de manera coherente para así garantizar una producción alimentaria que apunte a la seguridad alimentaria y no la inseguridad que es lo que ya se está presentando a nivel regional y global. Gracias y muchos éxitos! Emilio
Es un nuevo camino, nueva posibilidad, pero la competencia es dispareja frente a la sobreproducción , al monocultivo y al financiamiento y apoyo que reciben estos últimos. La Agricultura digital abrirá las puertas a financiamientos y leyes. Favor de la agricultura familiar y huertos urbanos??
Cro que es un error geopolítico no tener una estrategia global sobre la agricultura