Un momento de oportunidad para Colombia

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La Guajira en Colombia. Foto: Jessica Belmont La Guajira en Colombia. Foto: Jessica Belmont

Un cambio político histórico ha llegado a Colombia y con él la oportunidad de que diversas fuerzas y sectores sumen esfuerzos para transformarla y hacer las ambiciosas reformas que se requieren para construir un país más verde, más resiliente y más igualitario.

Al igual que muchos países, Colombia enfrenta un período desafiante como resultado de la pandemia. Pero lo cierto es que tiene un potencial de crecimiento mayor del que sugiere su desempeño en la historia reciente. En la mayor parte de las últimas cinco décadas, el desarrollo económico del país estuvo fuertemente limitado por los efectos paralizantes del contexto de conflicto. Si el país logra consolidar la paz, no hay duda de que tendrá un mayor potencial de crecimiento que el de muchos países comparables en la región y el mundo.

Colombia también está dotada de una riqueza de activos naturales renovables y una de las mayores biodiversidades del planeta que prometen ser una fuente crecimiento importante en un mundo amenazado por los efectos del cambio climático.  El país ha comenzado de usar su alto potencial de fuentes de energía solar y eólica. Asimismo, cuenta con un enorme potencial para la silvicultura sostenible y los servicios turísticos basados en la naturaleza.

Consolidar una Colombia más verde va más allá de que cumpla con sus compromisos de reducir las emisiones y ayudar a mitigar el cambio climático. El país deberá estar preparado para enfrentar un futuro en el que sus ventajas comparativas se caractericen por las inversiones climáticas, las nuevas tecnologías y las oportunidades de las nuevas industrias y sean utilizadas para generar empleos de calidad y oportunidades económicas, notablemente en las zonas más rezagadas del país. 

Colombia ya está avanzando hacia una economía más verde a través de medidas como la transición a energías renovables, y hoy se encuentra en un buen momento para enfocar aún más sus esfuerzos en ello , en la economía productiva de la tierra, en la recuperación y protección de la soberanía alimentaria y para lograr la justicia ambiental.

Sin duda, la mitigación y la adaptación serán estrategias de desarrollo en este nuevo contexto mundial. Actualmente, Colombia está expuesta a un grado muy alto de riesgo por las amenazas naturales y es probable que éstas empeoren y no que mejoren, incluso en los escenarios optimistas sobre la capacidad del mundo para mitigar el cambio climático. Los colombianos son excepcionalmente vulnerables a las inundaciones — alrededor de un tercio de la población —, deslizamientos de tierra — también alrededor de un tercio de la población —, terremotos — la mayoría de las personas—, ciclones y volcanes.

Por ello, uno de los dos desafíos prioritarios para Colombia es proteger a su población y su modelo de crecimiento de las interrupciones causadas por el riesgo de las amenazas naturales. El país es particularmente desigual, incluso para los estándares de América Latina y los riesgos de dichas amenazas reducen el crecimiento y aumentan la desigualdad al afectar a los más vulnerables. Recientemente presentamos un estudio profundo de la desigualdad en el país —la segunda más alta de América Latina según la medida más común de desigualdad, el coeficiente de Gini— para tratar de comprender mejor sus causas y las formas de mejorar las cosas. Entre las cosas que el reporte revela está que Colombia no solo es muy desigual, sino que programas se encuentran entre los menos efectivos para redistribuir los ingresos de los más ricos a los más pobres , en un país en el que la desigualdad tiene una alta dimensión regional y étnica. 

La verdadera conclusión del análisis de la desigualdad colombiana, su dimensión regional, su persistencia a lo largo de generaciones, es la importancia de la educación. Mejorar la calidad educativa disponible para las comunidades más pobres de Colombia es la actividad de mayor impacto que podemos imaginar. Los efectos de la pandemia en el nivel educativo de los niños han sido terribles y es prioritario recuperar los aprendizajes perdidos por el cierre de las escuelas.

El momento que vive la nación colombiana es ideal para una transformación con reformas profundas, y para consolidar la paz y la unidad. Una Colombia más inclusiva, más equitativa y más resiliente sí es posible y el Banco Mundial está listo y comprometido para apoyar a los colombianos en la construcción de un futuro mejor en beneficio de todos.


Autores

Mark R. Thomas

Director para México, Colombia y Venezuela del Banco Mundial

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