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De vez en cuando, las convenciones internacionales pueden ser desgarradoramente lentas. El Convenio sobre la Diversidad Biológica (CDB) — uno de los tres convenios creados luego de Río 1992 para fomentar el desarrollo sostenible — que se reúne esta semana en Hyderabad en India no es la excepción. He visto a duros negociadores de todos los puntos del planeta salir de las salas de conferencias con expresiones de dolor.
Pero es fuera de estos salones — en donde el tema del momento es cómo movilizar los recursos financieros necesarios para cumplir con los ambiciosos Objetivos de Aichi del CDB — donde las cosas se vuelven mucho más auspiciosas.
Hoy organizamos una mesa redonda a sala llena para presentar algunos de los muchos ejemplos sobre cómo los países, las ONG y el sector privado llevan a cabo enfoques innovadores con el objetivo de financiar proyectos de conservación de la naturaleza efectivos. También editamos dos publicaciones del GBM que destacan los éxitos y lecciones aprendidas de nuestra experiencia en la conservación de la biodiversidad en África (i) y la región de América Latina y el Caribe.
Rosa Lemos, directora del fondo de conservación brasileño FUNBIO, uno de los más grandes del mundo, describe cómo la organización movilizó cientos de millones de dólares para la gestión de áreas protegidas a partir de una amplia gama de fuentes diversas, incluidos los fondos de compensación ambiental. Bajo la ley brasileña, las industrias extractivas están obligadas a realizar estos pagos adicionalmente a sus esfuerzos de mitigación in situ. A través de FUNBIO, estos fondos crecen, proporcionándole al gobierno un respaldo presupuestario a largo plazo para sus esfuerzos de conservación.
Gerard Bos de la Iniciativa Negocios y Biodiversidad de la IUCN habló sobre los enfoques de la Iniciativa Cemento Sostenible y de cómo la IUCN se apoya en éstos para difundir la idea de “impacto positivo neto” en todas las industrias con el potencial de afectar adversamente a la biodiversidad. Esperamos trabajar junto a la IUCN para explorar las compensaciones agregadas.
Andrew Deutz de TNC señaló que cuando uno consigue la alineación correcta, la naturaleza puede ser una proveedora de soluciones rentables. Por ejemplo, TNC les paga a empresas de servicios de agua por el manejo de la cuenca superior, algo que — además de beneficiar a la conservación — reduce los costos operativos de estas mismas empresas.
Jonathan Davis de la Agencia Liberiana de Protección Ambiental subrayó la realidad en el terreno en países faltos de medios y necesitados de soluciones. Se inspiró en el ejemplo de FUNBIO en Brasil, marchándose con el mismo optimismo que esperamos traiga consigo a la mesa de negociaciones.
Nuestro mensaje en los corredores y salas de conferencias esta semana es que las soluciones existen. Sin embargo, es importante contar con un entorno propicio para alcanzar los Objetivos de Aichi. Debemos ir más allá del ciclo de auge y caída de la financiación de proyectos. Debemos preservar los resultados allí donde tengamos éxito, y debemos vincular el financiamiento a las estrategias nacionales de biodiversidad.
Nosotros en el Grupo del Banco Mundial estamos haciendo exactamente eso. Como un primer paso, y a través de nuestro programa WAVES (i), el Grupo del Banco intensifica su apoyo a aquellos países que incluyen el capital natural en la toma de decisiones. La naturaleza debe estar firmemente arraigada en las agendas de los ministros de economía y ser materia de reportes en las salas de juntas. Necesitamos de sólidas alianzas público-privadas que inviertan en la riqueza natural a largo plazo.
Junto a estos tremendos desafíos llegan también oportunidades. Esperamos poder invertir nuestro capital, servicios de convocatoria y asistencia técnica para acelerar el motor de la biodiversidad en el crecimiento verde inclusivo.
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