Decidimos también…promover la igualdad entre los sexos y la autonomía de la mujer como medios eficaces para combatir la pobreza, el hambre y las enfermedades y para estimular un desarrollo verdaderamente sostenible. —Declaración del Milenio de las Naciones Unidas (2000)
La igualdad de género es un derecho humano fundamental para lograr los objetivos de desarrollo del milenio (ODM). En los últimos años se ampliaron las oportunidades de enseñanza para las niñas, pero las diferencias de género siguen siendo grandes en los países de ingreso bajo. Esto ocurre especialmente en la escuela primaria y secundaria. Las niñas que viven en hogares pobres de comunidades rurales tienen menos posibilidades de recibir educación. Mientras tanto, algunas actitudes y prácticas culturales que promueven el matrimonio precoz, el aislamiento de las niñas y la preferencia por la educación de los niños siguen siendo enormes barreras para lograr la equidad. El tercer ODM tiene como meta promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer.
Los países en desarrollo continúan progresando en este tema en lo que se refiere a la educación primaria y secundaria. Un total de 64 naciones, muchas de ellas de Europa y Asia central y América Latina y el Caribe, han logrado nivelar la matriculación de ambos sexos y otras 20 están en vías de hacerlo antes de 2015. No obstante, 22 países, en su mayoría de África al sur del Sahara, están muy lejos de alcanzar la meta.
El avance en el nivel secundario es similar al del nivel primario: 73 naciones lograron la igualdad de género y otras 14 están en camino de alcanzarla. América Latina y el Caribe y Europa y Asia central han sido las regiones más exitosas en este sentido. Sin embargo, 29 países (más de dos tercios de ellos en África al sur del Sahara), están muy lejos de conseguir la meta y es probable que no la logren si continúan las tendencias actuales. En la mayoría de las regiones, el progreso ha sido más rápido en las escuelas secundarias que en las primarias. En el caso de América Latina y el Caribe, por ejemplo, cuatro de cada cinco países han logrado el objetivo en los establecimientos secundarios, mientras que sólo poco más de la mitad lo ha hecho o está en vías de obtenerlo en el nivel primario. Estas propensiones insinúan que los niños abandonan la escuela secundaria de manera desproporcionada — una mala solución para el logro de la igualdad.
La mayoría de los países que cuentan con datos está encaminada hacia la equidad de género, aunque no existe mucha información sobre la educación terciaria. Sin embargo, los números sugieren que los países de Asia meridional y África al sur del Sahara están más atrasados.
En el sector no agrícola, el porcentaje de mujeres con empleo remunerado ha ido aumentando en algunas regiones, pero sigue siendo inferior al 20% en Asia meridional y en Oriente Medio y Norte de África. Hay más hombres que mujeres en trabajos asalariados en todas las regiones, excepto en Europa, Asia central y América Latina y el Caribe. Además, hay más féminas en los sectores en que las remuneraciones son más bajas. Aún en los que predomina el género femenino (como el cuidado de la salud), las mujeres rara vez ocupan puestos superiores de gestión.
El porcentaje de escaños parlamentarios ocupados por mujeres ha venido aumentando en forma sostenida desde la década de 1990. Rwanda lleva la delantera con el resultado histórico de las elecciones de 2008, cuando las representantes femeninas obtuvieron el 56% de los puestos en el Parlamento. Cada vez más mujeres alcanzan posiciones de liderazgo político en todo el mundo. En 2000, nueve mujeres eran jefas de Estado y en marzo de 2009 pasaron a ser 15. En América Latina y el Caribe, Asia meridional y Oriente Medio y Norte de África, la representación parlamentaria aumentó del 30% al 50% entre 1990 y 2009. Las féminas de esta última región lograron progresos considerables, pero todavía ocupan menos del 10% de los escaños legislativos, la cifra más baja de todas las regiones. América Latina y el Caribe, en tanto, es líder en esta materia con el 23% de los cargos ejercidos por mujeres.
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