Publicado en Blog de Datos

El ODS 6 sobre agua y saneamiento es esencial para el desarrollo sostenible

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Esta publicación forma parte de una serie de blogs relacionados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (i) y los datos de la edición de 2016 de los Indicadores del Desarrollo Mundial.

El suministro de agua y el saneamiento se vinculan con numerosos factores de desarrollo

Pese a que el número de personas en el mundo sin acceso a una fuente mejorada de abastecimiento de agua se redujo a la mitad en los últimos 25 años, los países más pobres se esfuerzan por proporcionar agua potable y saneamiento adecuado a todos sus ciudadanos de una manera sostenible. En 2015, un poco más de la cuarta parte de la población en los países de ingreso bajo tenía acceso a servicios de saneamiento mejorados, en comparación con poco más de la mitad en los países de ingreso mediano bajo. Proveer agua y saneamiento ya no es solo un desafío en materia de prestación de servicios, sino que esto se vincula estrechamente con el cambio climático, la gestión de los recursos hídricos, y la escasez y la calidad del agua.

El acceso a agua potable y saneamiento adecuado es un derecho humano básico y sirve de sustento para el logro de buenos resultados en áreas del desarrollo como la agricultura, la energía, la capacidad de adaptación a los desastres, la salud humana, el medio ambiente y, últimamente, el crecimiento económico. En muchos países, tanto el crecimiento económico y demográfico  como la urbanización han aumentado la demanda de agua, mientras que la oferta se ha mantenido sin variaciones o incluso ha disminuido debido al cambio climático.

En el Objetivo de Desarrollo Sostenible 6 (ODS 6) se reconoce que la gestión sostenible del agua no solo incluye lograr el acceso al agua potable y a servicios de saneamiento adecuados (metas 6.1 y 6.2) sino también implica abordar la materia en un contexto más amplio, incorporando temas como la calidad del agua y la gestión de las aguas residuales, la escasez y el uso eficiente del agua, la gestión de los recursos hídricos, y la protección y el restablecimiento de los ecosistemas relacionados.

Facilitar el acceso al agua potable

En 2015, el 91 % de la población en el mundo tenía acceso a una fuente mejorada de suministro de agua, superando la meta del 88 % establecida en los objetivos de desarrollo del milenio. Sin embargo, más de 660 millones de personas aún carecen de acceso a agua limpia​ , la mayoría de ellas en zonas rurales, sobre todo en África al sur del Sahara. .

Más de USD 250 000 millones en producto interno bruto (PIB) (i) se pierden anualmente en los países de ingreso mediano y bajo a causa de servicios deficientes de suministro de agua y saneamiento; a nivel nacional esto puede representar hasta un 7 % del PIB. Incluso para aquellos que tienen acceso a agua, el servicio es a menudo inadecuado o no es sostenible, y aún puede ser peligroso beber agua de una fuente mejorada. (i)

Mejorar el acceso a instalaciones de saneamiento

Solo el 68 % de la población mundial tiene acceso a instalaciones mejoradas de saneamiento , muy por detrás de la meta del 77 % establecida en los objetivos de desarrollo del milenio.

La meta 6.2 de los Objetivos de Desarrollo Sostenible procura garantizar servicios de saneamiento adecuado para todos y poner fin a la defecación al aire libre, que contamina el agua y propaga enfermedades como el cólera, la diarrea y la disentería. Unas 842 000 personas mueren cada año de diarrea como consecuencia de la insalubridad del agua, un saneamiento insuficiente o una mala higiene. El problema es especialmente grave en las zonas rurales de Asia meridional y África al sur del Sahara. Siete de cada diez personas que carecen de acceso a instalaciones sanitarias higiénicas y seguras viven en áreas rurales, sobre todo en África al sur del Sahara y Asia meridional. Además, el rápido ritmo de la urbanización contribuye a que más de 700 millones de habitantes de las ciudades no tengan acceso a servicios de saneamiento. Se estima que solo un 10 % de las aguas residuales urbanas (PDF, en inglés) es sometido a tratamiento en los países de ingreso mediano y bajo, y a medida que aumenta la cantidad de aguas residuales, los impactos en la salud son mayores.

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Equilibrar la demanda de agua con los recursos disponibles

Numerosos países enfrentan la amenaza de la escasez de agua, lo cual ha motivado que se formulen llamados en favor del uso eficiente de los recursos hídricos (meta 6.4). La demanda de agua sigue aumentando, mientras que el abastecimiento mundial de agua dulce per cápita se ha reducido casi a la mitad en los últimos 50 años. Las preocupaciones son distintas según los países y las regiones. Hoy en día, Oriente Medio y Norte de África y Asia meridional son consideradas regiones con problemas de escasez, al tener menos de 1700 metros cúbicos de agua disponibles por persona al año.

El aumento de la extracción de agua para la agricultura y la generación de energía exacerbará la competencia por el uso del agua. El sector agrícola es responsable de más del 70 % de la extracción mundial de agua dulce. Para nutrir a una población mundial de 9000 millones de personas a fines de 2050 será necesario que se registre un aumento del 50 % en la producción agrícola y un incremento del 15 % en la extracción de agua. Del mismo modo, se prevé que la demanda de generación de energía, una actividad que usa el agua en forma intensiva, aumentará un 35 %, y se estima que la extracción de agua para tal fin subirá un 20 % en las próximas dos décadas. (i)
 
Se prevé que el cambio climático empeorará la situación al aumentar el estrés hídrico en las regiones áridas e incrementar la frecuencia y la magnitud de los fenómenos meteorológicos extremos. En 2030, la mitad de la población mundial vivirá en regiones con alto estrés hídrico, según algunos pronósticos. (i) Para sostener el crecimiento económico, proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua, y manejar mejor la escasez de agua, muchos países —incluidos los países de ingreso alto— deben gestionar más eficazmente sus recursos hídricos.

El aumento de la extracción de agua (así como de la contaminación) ejerce un mayor estrés en los sistemas de agua dulce y, por lo tanto, pone en peligro la sostenibilidad de este recurso y su importancia para los seres humanos y los ecosistemas. Grandes inversiones en infraestructura, especialmente en los países ricos, han disminuido considerablemente la amenaza a la seguridad hídrica para las personas (al menos en términos de la calidad del agua). Sin embargo, se ha invertido mucho menos en proyectos destinados a reducir las amenazas a la biodiversidad de agua dulce. Para alcanzar la meta 6.6 —proteger y restablecer los ecosistemas relacionados con el agua— será preciso realizar mejoras sustanciales en la gestión de los recursos hídricos, especialmente en los países en desarrollo, así como importantes inversiones tanto en los países desarrollados como en las naciones en desarrollo. Esto es fundamental para conservar la base de recursos necesaria para suministrar agua potable para todos.


Autores

Stephane Dahan

Senior Water and Sanitation Specialist, Water Global Practice, The World Bank

Haruna Kashiwase

Consultora del Grupo de Gestión de Datos sobre el Desarrollo del Banco Mundial

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