En gran parte del mundo en la actualidad, se observa el crecimiento de los ingresos de los pobres. Para el Banco Mundial esto es la prosperidad compartida, que se define como el crecimiento medio anual de los ingresos o el consumo del 40 % más pobre de la población de cada país. De modo que, si la prosperidad compartida de una nación es de signo positivo, los pobres se están volviendo más ricos.
Además, la prima de prosperidad compartida se define como la diferencia entre la tasa de crecimiento anual de los ingresos o el consumo del 40 % más pobre de la población y la tasa de crecimiento anual de la mediana en la economía. Una prima positiva indica que el 40 % más pobre está obteniendo una proporción mayor del ingreso general observado en la economía.
La prosperidad compartida fue positiva en 70 de las 91 economías para las que se dispone de datos. Es decir, los del nivel más bajo de la escala de distribución de los ingresos experimentaron un crecimiento positivo de los ingresos en la mayoría de los países en el período de 2010-15. Además, 49 de las 70 economías con prosperidad compartida de signo positivo también tienen una prima de prosperidad compartida positiva (ver el panel A del gráfico de economías seleccionadas), mientras en menos de la tercera parte de ellas el crecimiento de los ingresos del 40 % de la población es inferior al de la mediana (panel B).
Sin embargo, lo contrario también es cierto. Diecinueve de 21 economías con prosperidad compartida de signo negativo tienen una prima de prosperidad compartida negativa (panel C). Esto significa que, en estos países, no solo los ingresos del 40 % están reduciéndose, y no creciendo, sino que también la disminución es más profunda entre el 40 % más pobre de la población que entre quienes se encuentran en el resto de la escala de distribución. Para ver la lista completa de economías para las que se dispone de datos, visite http://www.worldbank.org/en/publication/poverty-and-shared-prosperity#data. (i)
Este es un panorama parcial porque los datos necesarios para evaluar la prosperidad compartida son más deficientes en los mismos países que más los necesitan para mejorar. Tan solo 1 de cada 4 países y 4 de cada 35 Estados reconocidos como frágiles y afectados por conflictos cuentan con datos que nos permiten hacer el seguimiento de la prosperidad compartida a lo largo del tiempo. Como la falta de datos confiables se asocia con un lento crecimiento medio de los ingresos de los más pobres, la situación podría ser aún peor que la observada actualmente.
Para obtener más información, lea el informe que acaba de publicarse titulado: “La pobreza y la prosperidad compartida 2018: Armando el rompecabezas de la pobreza” (Piecing Together the Poverty Puzzle).
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