En las últimas dos décadas se han observado avances en muchos de los países más pobres del mundo. La tasa de pobreza extrema cayó de más del 50 % a alrededor del 30 %. La mortalidad infantil disminuyó de aproximadamente el 14 % al 7 %. El acceso a electricidad aumentó en un 57 % y la proporción de personas que usan por lo menos servicios básicos de agua potable y saneamiento se incrementó en un 22 % y un 41 %, respectivamente, entre otros resultados.
La Asociación Internacional de Fomento (AIF) es una de las principales fuentes de financiamiento para combatir la pobreza extrema en los países más pobres del mundo. La AIF otorga préstamos sin intereses o a un interés muy bajo y donaciones a los países para proyectos y programas que ayuden a fomentar el crecimiento económico, crear resiliencia y mejorar las condiciones de vida de las personas pobres en todo el mundo.
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