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“Hackear” el calor: De qué manera las innovaciones en materia de datos pueden ayudar a las ciudades a enfrentar una amenaza creciente

“Hackear” el calor: De qué manera las innovaciones en materia de datos pueden ayudar a las ciudades a enfrentar una amenaza creciente Visitantes del Museo del Palacio en Beijing, China, intentan mantenerse frescos a la sombra en un caluroso día de verano en junio de 2024. Fotografía: Shutterstock.

En París, las autoridades cerraron más de 1000 escuelas, y la cima de la Torre Eiffel, durante la ola de calor del mes pasado. En China oriental, la red eléctrica experimentó presiones debido a las temperaturas de 40,5 °C que provocaron un aumento de la demanda de electricidad. En el Reino Unido, investigadores de salud pública estimaron que 500 personas murieron en solo cinco días debido al calor. 

Estamos solo a mediados de julio, pero en ciudades como Buenos Aires y Bangkok, los residentes y los líderes ya están sintiendo una serie de impactos desalentadores que subrayan la necesidad de adaptarse a un clima caracterizado por temperaturas veraniegas considerable y peligrosamente más altas. 

El calor urbano se ha incluido en los programas de los alcaldes de las ciudades más ricas del mundo durante décadas. En Londres, donde el científico Luke Howard observó y describió por primera vez el efecto de la isla de calor urbana en la década de 1810, las medidas ahora incluyen alertas de salud pública, difusión dirigida a grupos vulnerables, una red de espacios frescos y una evaluación obligatoria del sobrecalentamiento para las nuevas construcciones. 

Aunque el estudio de los climas urbanos es una disciplina establecida desde hace mucho tiempo, los conjuntos de datos y herramientas de modelado tienden a ajustarse a los presupuestos de investigación de las universidades, lo que ha generado decenas de análisis de alta calidad sobre las ciudades más ricas del mundo, pero muchos menos sobre los países de ingreso bajo y mediano bajo, donde los impactos climáticos están aumentando más rápidamente. 

El Fondo Mundial para la Reducción de los Desastres y la Recuperación (GFDRR) (i) del Banco Mundial y su Programa de Ciudades Resilientes (i) consideran que es fundamental cerrar esta brecha, conectando los conocimientos generados por la ciencia del clima urbano con las necesidades urgentes de adaptación de las ciudades en los países de ingreso bajo y mediano bajo. En la Conferencia Internacional sobre Clima Urbano (ICUC12) celebrada la semana pasada, el programa organizó un hackatón para desarrollar métodos escalables que ayuden a las ciudades a responder a los crecientes riesgos relacionados con el calor. 

De la investigación a la resiliencia: Aprovechar al máximo los datos

A la hora de desarrollar un plan de acción contra el calor, hay mucho en juego y los detalles son importantes. Tomemos el caso de Singapur, donde un programa de investigación patrocinado por el Gobierno (“Cooling Singapore”) creó una base de evidencia sobre las causas y consecuencias del estrés térmico. Este conocimiento ayudó a respaldar políticas e inversiones que dieron lugar a 370 kilómetros de corredores verdes, 300 hectáreas de espacios verdes adicionales por parte de los desarrolladores inmobiliarios e innovaciones en el sector de la construcción como las pinturas frescas (cool paints).

Pero la mayoría de las ciudades de los países de ingreso bajo carecen de datos detallados y equipos de monitoreo como los disponibles en Singapur. ¿Podrían los modelos mejorados proporcionarles respuestas a preguntas clave tales como qué vecindarios necesitan inversiones en refrigeración, qué cambios en los edificios evitarían temperaturas interiores peligrosas y quiénes necesitan alertas y actividades de divulgación cuando se avecina una ola de calor?

Veinticuatro investigadores, incluidos estudiantes de doctorado y profesores de 19 países, se unieron al hackatón sobre calor urbano para abordar tales preguntas.

Image El equipo ganador del hackatón sobre calor urbano con los miembros del jurado (de izquierda a derecha: Claire Gallacher, Flavia Ribeiro, Negin Nazarian, Ariane Middel, Tiago Silva, Felix Adebayo y Nicholas Jones).

 

El reto: aprovechar los rápidos avances en los conocimientos sobre técnicas científicas para modelar los riesgos y las soluciones relacionados con el calor extremo en las ciudades, y luego aplicarlos a medidas concretas como intervenciones ecológicas, centros de refrigeración y alertas de salud pública. Los participantes en el hackatón se centraron en dos casos de estudio de ciudades ubicadas en regiones con climas muy distintos: Tombuctú en Malí y la ciudad de Davao en Filipinas.

La adaptación de las ciudades al calor extremo es compleja, en parte porque las mejores respuestas varían en función del tipo de clima (templado, árido y tropical), donde los patrones estacionales, los niveles de humedad y la exposición de la población son diferentes. Los responsables de formular políticas necesitan datos en diversos niveles: a escala urbana para entender qué barrios se ven más afectados por el sobrecalentamiento; a nivel de los vecindarios para determinar qué cambios locales en el diseño, la ecologización o los materiales funcionan mejor, y a nivel de los edificios para diagnosticar los riesgos del calor interior en hogares y escuelas.

Los participantes abordaron estos desafíos en los tres niveles (ciudad, vecindario y edificio) utilizando conjuntos de datos y códigos iniciales (i) desarrollados por los organizadores.

Los ganadores del hackatón —Claire Gallacher (Reino Unido), Flavia Ribeiro (Brasil), Tiago Silva (Portugal) y Felix Adebayo (Nigeria)— aplicaron modelos a escala vecinal para recomendar inversiones específicas en paisajes urbanos y salud pública. El jurado elogió el enfoque práctico y basado en los datos, y los argumentos claros en favor de la acción.

Image El organizador principal, Matthias Demuzere, durante una introducción técnica.

 

Unir la ciencia y la práctica para lograr ciudades resilientes

Hace tan solo dos o tres años, este nivel de detalle era inalcanzable. Hoy en día, los conjuntos de datos disponibles a nivel mundial, las nuevas capas de datos y las herramientas de modelado mejoradas están creando nuevas oportunidades para ayudar a las ciudades a enfrentar el problema del calor extremo.

Además de generar nuevas ideas, el hackatón también reveló brechas y cuellos de botella clave. Por ejemplo, los arquitectos comúnmente utilizan herramientas de simulación de edificios para evaluar las necesidades energéticas y las temperaturas interiores, pero los “archivos meteorológicos” detrás de estas herramientas a menudo ignoran el efecto de isla de calor urbana. La incorporación en estas herramientas de las condiciones climáticas futuras y los efectos urbanos podría facilitar el diseño de viviendas, escuelas y lugares de trabajo más adecuados para el aumento de las temperaturas de las próximas décadas.

En un momento en que las ciudades tratan de traducir la ciencia en acción, iniciativas como el Programa de Ciudades Resilientes del GFDRR —que ha trabajado en 366 ciudades de 94 países y ha ayudado a respaldar inversiones del Banco Mundial en resiliencia urbana por valor de más de USD 8000 millones— están bien posicionadas para ampliar estas innovaciones. Con la ayuda de datos de vanguardia y la experiencia de investigadores como los que participaron en el hackatón, más ciudades pueden tener acceso de manera más rápida a soluciones prácticas para el calor extremo.

Image Resultados de los modelos incluidos en la presentación del equipo ganador.

Nick Jones

Jefe de programa, Resiliencia frente al Calor Extremo, Banco Mundial

Matthias Demuzere

Especialista en Resiliencia Climática Urbana, Banco Mundial

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